el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 13 de mayo de 2011

13/ 05: DAREDEVIL: ULTIMATE COLLECTION Vol.1


Tarde o temprano iba a suceder: me compré un tomo que trae material que ya reseñé en el blog. Este hiper-TPB dedicado al Daredevil de Brian Michael Bendis incluye Underboss, el TPB al que le dedicamos la reseña del 30 de Abril de 2010. O sea que todo lo que dije en ese momento acerca de ese tomo, se aplica también a este.
Pero acá hay bastante más. El libro arranca con una saguita muy rara, prácticamente sin argumento. El protagonismo se lo lleva todo el guión, que se estira, se enrosca, se tensa, para crear clima, para ponernos nerviosos, hasta que finalmente Bendis revela qué fue lo que dejó a ese pobre nene en ese estado. Como no hay acción, Daredevil prácticamente no aparece, y le deja la manija a un gran personaje secundario, el periodista Ben Urich, que pela chapa de protagonista, especialmente en unos diálogos antológicos con el maestro de los maestros, J. Jonah Jameson. El arte (no lo puedo llamar dibujo) está a cargo del inigualable David Mack, el creador de Kabuki, un genio de la ilustración que se la banca decorosamente a la hora de tener que contar historias con sus majestuosos dibujos. Arrancamos muy bien.
Después viene Underboss, que pasamos por alto, y después las secuelas de Underboss: la brutal movida de Vanessa Fisk, la esposa del Kingpin, contra los que complotaron para destronar (y boletear) a su marido. En todo este tramo Daredevil sigue sin aparecer en un rol destacado, pero está bien. Bendis se propone lograr que este deje de ser un comic de superhéroes para enrolarlo en el género “pulp fiction” y barrer al cuernitos abajo de la alfombra lo ayuda bastante a lograr su cometido.
La siguiente saga es la que arranca cuando se derrama la data que sólo el Kingpin manejaba: Matt Murdock es Daredevil. Y acá de nuevo tienen chapa los periodistas, que desplazan por unos números a los gangsters. Matt tendrá que “vérselas” con ellos para gambetear la noche que se le viene si todo el mundo se convence de que él es Daredevil. Acá tampoco hay machaca, sólo reflexión, introspección, replanteos, y más diálogos brillantes como el que tiene Matt con Rosenthal, el dueño del diario que lo escrachó en primera plana. Para no aburrir a los lectores que todavía no entendieron que esto era comic de autor, para adultos, Bendis hace desfilar (sin demasiada explicación, pero con algún aporte coherente) a Spider-Man, Black Widow y Elektra, todos tratando de que DD baje un cambio y piense bien su próxima movida.
Al igual que Underboss, todos estos episodios están dibujados por Alex Maleev, ya muy afianzado en ese dibujo realista, sucio, con algunos estallidos expresionistas, y con un abuso de la referencia fotográfica que lo convierte en pionero, en primer abanderado del estilo Juan Carlos Flicker tan popular hoy en los comics de Marvel. Flaco, todo bien… son muchas páginas por mes, te piden realismo, te tenés que fumar ocho mil viñetas de cabecitas que hablan… pero dibujate UN fondo, UNA vez. Un monitor de computadora, una tele, un auto… algo que no sean los personajes. Igual se ve todo muy lindo, en parte gracias al laburo monumental de Matt Hollingsworth, colorista de la San Puta.
Y queda la saguita final, un arco en el que se interrumpe el plot de la lucha de Matt por proteger el secreto de su doble identidad. Es la hora de que Bendis nos muestre qué tal se la banca en ese otro sub-género que siempre estuvo presente en los comics de Daredevil: el courtroom drama. Pero mientras los otros guionistas se esforzaban por meter el courtroom drama adentro, o en paralelo, con tramas de acción protagonizadas por el cuernitos, Bendis no. Para todo, elimina la acción y durante varios episodios sólo vemos el juicio en el que Matt defiende a un justiciero enmascarado de la C, acusado de un crimen que no cometió. Lo cual está excelente… si te gusta el el courtroom drama. Si no, te querés matar. El pobre pibe que tuvo que dibujar toooodas esas páginas de gente con saco y corbata hablando en un tribunal fue nuestro compatriota Manuel Gutiérrez, también conocido como Waccio Zkater. Pero no se la aguantó hasta el final (es comprensible) y el último episodio le cayó a Terry Dodson.
Con la saguita del juicio al White Tiger, Bendis terminó de dejar en claro que este ya no era ni por casualidad un comic de superhéroes. Era otra cosa, personal, rara. No rara en el sentido de escasa, porque por suerte coincidió con esa maravillosa época en la que la gran mayoría de los títulos de Marvel estaban bárbaros. Rara, porque podía pasar cualquier cosa. Hasta que Matt Murdock perdiera un caso por goleada, sin que el Kingpin ni ningún villano metiera mano en el proceso judicial. Impresionante!

6 comentarios:

Cuestionador dijo...

Che Andres, que le paso al post del jueves?

Andres Accorsi dijo...

No hubo post porque no funcionaba Blogger.
Una lástima...

Anónimo dijo...

y si hoy pones dos?

abrazo

Andres Accorsi dijo...

Gracias, pero paso.
Tuve un problemita de salud, me morfé casi todo el día en el hospital y estoy demasiado medicado para pensar coherentemente.
La posteo mañana.

Anónimo dijo...

Que te mejores viejo, pronto. Y un pequeño comentario de esta Reseña, l a etapa Bendis Maleev, a mi juicio junto con las de Miller y la de Nocenti son las mejores del personaje. Y eso que todavía no llegas a las reseñas de los arcos argumentales que mas me gustaron, Golden Age, Murdock Papers y the Decalogue( el mejor).

Andres Accorsi dijo...

Ya llegaremos... No sé si este año, pero seguro en algún punto no muy remoto voy a tener comprado y leído todo el Daredevil de Bendis (y por qué no el de Brubaker).