martes, 24 de mayo de 2011
24/ 05: THE COMPLETE BAD COMPANY
Estos ingleses se zarpan! Este tomo recopila TODO Bad Company, y son un montón de sagas, originalmente publicadas entre 1986 y 2002. Leídas una atrás de otra, te parten la cabeza y te permiten ver la increíble evolución de un guionista cada vez menos explicable: Peter Milligan. Cuanto más lo leo, menos lo entiendo. ¿Cómo hace Milligan para que todas sus obras sean tan distintas entre sí? ¿Por qué no hay temas recurrentes en su obra? ¿Por qué cambia tan brutalmente de estilo a la hora de escribir? Es un caso único, sin duda.
La primera saga de Bad Company es la típica historieta bélica ambientada en el futuro. Podría haber aparecido tranquilamente en la Skorpio, escrita por el querido Loco Barreiro. Hasta tiene esa cosa oesterheldiana del héroe grupal, y la clásica bajada de línea de “el verdadero villano es la guerra”, que viene desde la época de la E.C. Pero Milligan le pone demasiada atención a la construcción de la psiquis de dos personajes, Kano y Danny Franks, y eso hace que la segunda saga tenga –por ahí sin proponérselo- la posibilidad de explorar otros terrenos menos obvios y menos seguros.
The Bewilderness es una saga de transición, una preparación para un tercer arco revolucionario. Acá Danny arma una nueva Bad Company, y el conflicto central pasa por la psiquis de Kano. Ya no es más un comic de guerra, en todo caso ahora es una de misterio, o incluso de terror, porque Milligan juega con el paralelismo entre Kano y el monstruo de Frankenstein. Y todo desemboca en una tercera saga, The Krool Heart, donde la machaca vuelve a cobrar protagonismo, donde Danny Franks logra opacar a la figura de Kano, donde Milligan hace mierda a los personajes que acaba de inventar, y donde por primera vez aparecen conceptos más limados, más jugados, más cercanos a los que veíamos en las obras del guionista para EEUU. La fosa del dolor, por ejemplo. La reproducción del líder de la raza Krool. La danza de átomos. La sonrisa de la nada. De pronto, el concepto de la mente y la demencia pasa a ser central, en una historia salpicada como pocas por la violencia, las torturas y las muertes escabrosas.
Young Men Marching es un unitario poco trascendente, donde la novedad es el color, aplicado a lo salvaje, una onda Brendan McCarthy, o incluso más psicodélico. La brevísima Simply también es olvidable. La siguiente saga extensa se titula simplemente Kano, y esta vez está coloreada de modo sobrio y tradicional. De nuevo, el thriller psicológico y el suspenso desplazan al género bélico y de nuevo el protagonista camina por la angosta cornisa de la cordura. Tras un largo paréntesis, Milligan retoma la saga de Kano en la breve Down Among the Dead, que desemboca en el arco final, Bad Company 2002, con nuevos personajes y una resolución perfecta para la guerra con los Krool y un giro brillante y definitivo para Kano y para Danny. Perdón por ser tan breve: esto ameritaba muchísimos caracteres más de los que tengo disponibles en una reseña diaria. Por ahí más adelante armo un artículo para la Comiqueando, o la Comiqueando Online.
El dibujo de casi todo el tomo está a cargo de la dupla Brett Ewins-Jim McCarthy. A este último no lo ubicaba. Me acabo de enterar que dejó de dibujar y se convirtió en un escritor muy importante, especializado en las biografías de músicos y bandas de rock. Y a Ewins sí, claro, porque era uno de los dibujantes de Skreemer, aquella joyita que Milligan publicara en DC hace como 20 años. Los dos dibujantes se complementan bien y, sin descollar, están a la altura de las circunstancias. Es raro, porque en algunas de las sagas posteriores se ven torpezas que no se veían en la primera. En algún punto tratan sin éxito de parecerse a Kevin O´Neill, pero lo que a mí más me convence es el primer estilo, ese que trata de llegar a Wally Wood o Jack Davis y no llega, y se queda en un especie de Richard Case o Darick Robertson. Eso, con fallas y todo, tiene mucha onda y es muy funcional al relato que propone Milligan. Por suerte, la mayoría de las sagas están dibujadas en ese estilo.
Bad Company no es la obra maestra del comic británico, ni lo mejor que publicó la 2000 A.D. en su historia, ni el mejor trabajo de Peter Milligan. Pero es una historieta honesta, cruda, áspera, que se anima a salirse del libreto, por momentos intimista y por momentos grandilocuente, repleta de climas atrapantes y giros inesperados, poblada de personajes muy bien logrados y a la que -16 años después de empezarla- Milligan, Ewins y McCarthy le encontraron un final redondo y poco predecible, que no decepciona en lo más mínimo. No es poco, para nada. Y menos cuando te lo sirven todo junto en una edición devastadora como esta que sacó Rebellion al irrisorio precio de u$ 20.
Etiquetas:
Bad Company,
Brett Ewins,
Jim McCarthy,
Peter Milligan
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5 comentarios:
que tentador, que tentador...
la dupla de Skreemer, uno de los mejores comics que leí en mi puta vida. Top 5 total.
Skreemer, una historieta vital para el lector de historietas. Me alegra mucho saber que está completo esto. No me compre la edición de Dc, porque me imaginaba que le faltaban cosas.
Saludos...
pd: Amó el color de Hewligan's Haircut, me parece perfecto. Necesito ese tomo para mi biblioteca ya.
Che Andrés, muy buena la reseña, pero te consulto algo...
Si Gaiman sabe que Harry Potter es flor de plagio...¿por qué no le hizo un juicio a J.K Rowling?
No sé. Yo se lo hubiera hecho, de una...
¿Que no hay temas recurrentes en la obra de Milligan? Te digo tres palabras:
Identidad. Sexualidad. Muerte.
Salvo excepciones, creo que no hay obras de él que no traten estos temas. Y si trazamos paralelos entre algunos de sus laburos más importantes (Skreemer, Enigma, The Extremist, X-Statix, Human Target y un par que seguro se me olvidan), eso es más que evidente.
VRT
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