el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 19 de mayo de 2011

19/ 05: LA TRAGEDIA DE P


Ah, qué delicia! Esta es la Rumiko Takahashi que a mí me gusta. Sin estridencia, sin fan service, sin exabruptos y –lo más importante- sin repetir una misma fórmula tomo tras tomo, hasta el infinito y más allá, hasta que lo que al principio era gracioso o ingenioso al final tenga menos gracia que un desalojo. Este libro reúne seis historias cortas autoconclusivas, realizadas por Rumiko entre 1987 y 1993 para la revista Big Comics Original, y nos muestra a la famosísima (y multimillonaria) mangaka en todo su esplendor, en una dimensión distinta y a la vez fascinante.
Las seis historias están ambientadas en el presente, en algún suburbio tranqui de Japón, y protagonizadas por gente absolutamente normal. Hay unos toques de delirio (de realismo mágico, si querés), pero todo está encorsetado en los parámetros de la vida cotidiana. La primera historia (que se llama igual que el libro) es una excelente comedia de enredos: una familia tiene que esconder en su departamento a un pingüino (!), e impedir que se entere una de las grossas del consorcio, una mina estricta y casi autoritaria que pide poco menos que la pena de muerte para los vecinos que tienen mascotas, cosa que el reglamento del edificio prohíbe. Sí, es la misma consigna con la que Trillo, Maicas y Varela desarrollaron durante años la serie Ele, para la revista Genios. Pero Rumiko la remata en 32 páginas, sin estirar innecesariamente y sin romper el verosímil. El final es impredecible y redondísimo. Una joyita.
La segunda historia, El Negocio del Romance, es la más chata, a pesar de que baja una línea muy copada (pelear por tus sueños, nunca rendirte ante la adversidad). El guión está un poquito estirado y la casualidad tiene un protagonismo algo desmedido para mi gusto.
El Basurero de Casa es otra comedia de enredos, más graciosa y extrema que la primera. Rumiko la aprovecha para contarnos cómo es la relación fuera de la oficina entre jefes y subordinados. Seguro exagera, pero no tanto. A los que no somos japoneses nos parece un delirio absoluto que los empleados hagan las cosas que hacen para congraciarse con los jefes, pero en la islita, esto que nos cuenta Rumiko en son de joda debe darse a menudo y en serio.
La cuarta historia, En las Macetas, es un thriller psicológico. Es la única escrita en un tono más dark, más perturbador. Acá Rumiko crea clima, levanta presión y define con jerarquía, mediante una brillante incorporación de flashbacks en los momentos justos.
Le sigue Cien Años de Amor, una comedia romántica maravillosa, en la que se cuela un mínimo elemento fantástico. Acá aparece el mejor personaje de todo el libro, Lisa Hoshino, la viejita de 90 años que vuelve de la muerte. Impresionante cómo en menos de 40 páginas Takahashi construye a Lisa y a tres personajes más de modo integral, con defectos, virtudes, sentimientos, recuerdos, dudas… Otra joyita.
Y el tomo cierra con La Felicidad, Talla Grande, una tercera comedia de enredos, que una vez más enfrenta a una chica buena pero medio pusilánime con una figura de autoridad bastante brava (la suegra). Esta vez, un elemento fantástico va a motorizar las confusiones y a disparar varios momentos de enorme comicidad. A pesar de estar planteada 100% en joda, la historia logra ponerte nervioso y ese es un mérito enorme.
Del dibujo de Rumiko, no sé si hace falta hablar, a esta altura del partido. Atrás de esa engañosa simplicidad, hay una dibujante increíble, con un manejo inhumano de las expresiones faciales, del lenguaje gestual, de los cuerpos en movimiento. Los fondos también son excelentes, pero seguro los dibuja un asistente. En la edición española, las páginas a color están reproducidas en grises, pero Rumiko también se luce a la hora de ponerle color a sus dibujos.
La Tragedia de P va mucho más allá del manga. Es una oportunidad inmejorable para descubrir a una de las grandes narradoras del Noveno Arte, en historias que no tienen nada que ver con sus obras más famosas, esas llenas de transformaciones, luchas infinitas, superpoderes y monstruos. También en clave intimista, Rumiko logra impactar en el lector, meterlo en las historias, arrancarle varias risas, hacerle sentir la angustia y la alegría de sus protagonistas. Y lo más importante: en poquísimas páginas. Si (como a mí) te gusta la onda de Rumiko pero no te querés subir ni drogado a una serie de chotocientos mil tomos, seguro ya te compraste la de las Sirenas cuando la editó LARP. Y seguro te gustó, porque es una aplanadora. Bueno, esto es mejor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Che, que la mina sea buena narrando historias cortas no quiere decir que sus obras largas sean malas de por sí. Ranma podrá ser repetitiva en sus esquemas, pero no deja de sorprender cómo Takahashi sigue pelando enemigos delirantes y batallas super ingeniosas. Creo que tenés un gran complejo con el shonen de peleas, que es un género en el que podés encontrar de todo.

VRT

Anónimo dijo...

No creo que haya dicho eso sino mas bien que empezar a conocer a un autor por un manga extenso... no es algo que uno haga comunmente.

En cambio a partir de leer esto uno si le gusta si le dan ganas.