el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 1 de mayo de 2011

01/ 05: LA LEYENDA DE LAS CUATRO SOMBRAS


Como hice el año pasado, este año festejo el cumpleaños de mi amigo e ídolo Carlos Trillo con una reseña de una de sus obras inéditas en Argentina. Esta, por lo menos está publicada en castellano, dos veces a falta de una: primero se serializó en la ochentosa Zona 84 y hace no mucho la reeditó Glénat en un lujoso álbum de tapa dura. Pero claro, es una de las pocas historietas dibujadas por el maestro Fernando Fernández, y eso ya la convierte en una rareza digna de ser redescubierta por las nuevas generaciones.
Después de La Leyenda…, Fernández prácticamente se retiró del mundo de la historieta para dedicarse a la ilustración y la plástica. Pero antes de irse dejó todo. Como sus otras obras de los ´80 (Drácula y Zora y los Hibernautas) La Leyenda… está pensada para quemarle el cerebro a cualquier fan del dibujo académico-realista, con una alucinante combinación de técnicas (desde el lápiz pelado a las mega-ilustraciones con colores y texturas cercanas al impresionismo) y con un despliegue de recursos narrativos de los que no abundan en los autores de estilo pictórico. Fernández arriesga siempre y siempre gana. El resultado es una fiesta para los ojos que combina sutileza, poesía, espectacularidad, sensualidad y power en un relato que te atrapa ni bien empieza y no te suelta hasta el final. Por ahí hay un poquito menos de virtuosismo que en Zora, o menos énfasis en los climas que en Drácula, pero no es ilógico si pensamos que esas historietas (bastante más extensas que esta) las escribió el propio Fernández, mientras que acá tenía que decodificar y respetar un montón de lineamientos que provenían de la desbordante imaginación de Trillo.
Con La Leyenda…, Trillo se propone recrear la dinámica del cuento de hadas, pero en clave de historieta para adultos. Tenemos al rey que perdió el trono, al poeta que perdió la inspiración y al sacerdote que perdió la fe, tres arquetipos onda El Mago de Oz, reunidos por un misterioso encapuchado, que dice haberlo perdido todo y que convence a los tres “caídos” de acompañarlo en una gesta en la que los cuatro recuperarán lo que perdieron. El argumento es lineal, simple, mucho más jugado a los simbolismos típicos de la fábula medieval que al desarrollo de los personajes. Hay una especie de amague de darle carnadura o peso a las tres brujas y a la doncella a la que están por iniciar, pero queda en el amague: a los efectos de la trama, las brujas y la doncella son elementos meramente accesorios, decorativos, que tranquilamente podrían no estar.
Eso le habría dejado a Trillo espacio para trabajar más el final, que es un poco apresurado y esboza apenas una explicación sobre la verdadera identidad del enmascarado y de los poderes que recupera una vez que, con la ayuda de los tres “caídos”, reúne los objetos que le habían sustraído. No era 100% fundamental explicar meticulosamente al encapuchado, porque su rol en la trama era el de conductor. Alcanzaba con que moviera al rey, al poeta y al sacerdote hacia esas situaciones límite que los hacen enderezar sus destinos. Pero, de nuevo, el misterio en torno al encapuchado (“el que corroe”) tiene bastante protagonismo, con lo cual uno esperaba una resolución más explícita, más redonda. Se dice que Trillo evita echar luz acerca de este personaje, porque tanto él como las brujas y la doncella iban a regresar en una secuela, que se planificó pero que no llegó a realizarse. Puede ser, sería una explicación bastante lógica para esos volantazos medio extraños del final.
Lo cierto es que, así como está, La Leyenda de las Cuatro Sombras es una historia fuerte, emotiva, rica en simbolismos, con la lógica de las fábulas y una potente sensación de epopeya, de relato quintaesencial y atemporal, más poderoso que la vida misma. Le falta un rulito al final, un cierre más trabajado para las brujas y “el que corroe” para aspirar al status de obra maestra. Pero el planteo y el desarrollo son absolutamente memorables. Y el dibujo de Fernández es majestuoso, de punta a punta. Vale la pena, de una.

1 comentario:

dibujante dijo...

Carlos Trillo , Fernando Fernández ; dos potencias unidas . Esta Maravilla la había leído en su momento y es Maravillosa tenerla en Libro . Fernández es uno de mis Autores Favoritos de Todos los tiempos , uno de mis Maestros en Realidad .