domingo, 22 de mayo de 2011
22/ 05: ARZACH & OTHER FANTASY STORIES
Creo que acá empezó mi vicio de leer comic europeo editado en EEUU. Cuando Marvel lanzó (en el sello Epic) unas ediciones de la reputísima madre de toda la obra de Moebius. Estábamos a fines de los ´80 y yo era hiper-fan del prócer francés. Por supuesto, tenía un montón de sus obras repartidas entre revistas de antología y álbumes, todo de editoriales españolas. Pero las ediciones de Epic les pasaban el trapo, mal. El propio Moebius coloreó historias que habían salido en blanco y negro, corrigió textos, cambió diálogos y escribió prólogos y notas complementarias para casi todas las historietas, con anécdotas, recuerdos, lecturas o vivencias que lo inspiraron, y mucha data del backstage. Para traducir todo eso al inglés, Marvel puso a Jean-Marc Lofficier (francés radicado en EEUU) y a su muy yanki esposa Randy, que se convirtieron en los fieles esbirros de Moebius en toda su etapa en California, donde el ídolo vivió casi 15 años. El matrimonio logra una equilibrada síntesis entre la sensibilidad de Moebius y los requerimientos del mercado americano, que parece enamorarse –brevemente, al menos- del genio francés.
Este tomo es la devastación total. En sus 72 páginas tenemos las cuatro historias clásicas de Arzach, las de los ´70, las que armaron un kilombo bárbaro cuando se publicaron en los primeros números de Metal Hurlant, porque nadie entendía nada. Al toque, pegadita, una de las pocas historias que Jean Giraud nunca quiso colorear, La Deviation (realizada antes de fundar la Metal Hurlant junto a los otros Humanoides Associés). Y en el tramo final, otro clásico de los ´70 (Ballade, inspirada en un poema de Rimbaud) y tres rarezas de los ´80: La Ciudadela Blanca (de la época en que Moebius realizaba sus estudios de espiritualidad bajo el ala del gurú zen Jean-Paul Appel-Guéry), Ktulu (inspirada en la obra de Lovecraft y con el entonces presidente de Francia como villano) y una historieta 100% nueva de Arzack, que se publicó por primera vez en este álbum, incluso antes que en Francia.
Esta última es la más extraña de todas. Son apenas cinco páginas realizadas en color directo, con poquísimas viñetas por página, y con textos! Textos narrados por el propio Arzack, que explican cómo funciona su universo, resumen un poquito su historia y, como si esto fuera poco, incorporan a “la continuidad” a los personajes de La Deviation, que hasta ese momento era una fumanchereada que no encajaba ni a palos en ningún lado. Los textos que acompañan a las historietas nos cuentan que Moebius y los Lofficier estaban armando una novela gráfica extensa de Arzack, un poco con la intención de conseguir un productor que la convirtiera en un largometraje animado, y de ahí la necesidad de darle cierta cohesión (y personajes humanos y “normales”) a la saga del tipo amarillo con el gorro con forma de pija.
De todos modos, me parece que Arzack funciona mejor cuanto menos se lo explica. Esas primeras historias mudas, en las que Moebius dibuja cada viñeta con el detalle y la dedicación que un dibujante normal le pone a una ilustración o una portada, son sin duda lo más poderoso del tomo. Los argumentos (sobre todo el de la cuarta historia) son menores, a veces apenas excusas para que Moebius dé cátedra desde lo visual, para que despliegue esas imágenes fastuosas que parecen venir directo de su subconsciente, sin filtro ni explicación.
Y por supuesto, esos excesos en materia de dibujo son lo que hacen fundamental a La Deviation, la historieta más zarpada, desmedida y vanguardista del ídolo, que aparece firmada por Gir, dibujada en el estilo de Moebius y nos narra las vacaciones del historietista Jean Giraud. A partir de esta historieta de 1973 ya no hacía falta ser un perito calígrafo para convencerse de que esos tres autores eran, en realidad, uno sólo, cosa que no era de público conocimiento para los lectores de ese entonces. Al exceso visual, Moebius le suma una grosera cantidad de textos (obviamente a propósito) y termina por redondear 7 páginas que tienen más laburo y más contenido que muchos álbumes actuales de 46 páginas.
En 2010, Moebius volvió con Arzack y lanzó una novela gráfica que anduvo muy bien, pero que nunca leí. Ojalá esté a la altura de estos clásicos a los que vuelvo cada tanto, para recordar por qué me enamoré del trazo sobrecargado y los argumentos delirantes de este titán del lápiz y la tinta hace casi 30 años.
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6 comentarios:
Mi idolo absoluto de este arte. Por siempre y para siempre. El mejor. Andrés, por favor reseñá el Garage Hermético. Gracias!
no me quedo claro si esta edicion que reseñaste, es la yanki que mencionas, o si esta en frances, español, etc, podrias facilitarme ese dato?
Esas ediciones son alucinantes. Tengo la del Garage Hermetico (la siguiente a Arzach) y la guardo cual Santo Grial.
Epoca hermosa, en que Marvel se jugaba a algo mas que los superheroes. Genio Archie Goodwin y su Epic.
creí que era el unico hispano parlante que disfrutaba de las ediciones de epic de moebius! yo tengo varios blueberrys así, y los prefiero a la edición española y la francesa, ya que Lofficier se preocupó incluso de darles acento sureño a los personajes (también tengo Cutlass), y eso le da una vuelta muy ecléctica a los vaqueros franceses de moebius al punto de que uno realmente se crea que son americanos
Hablaba de la edición yanki, Fede. La que sacó Marvel en el sello Epic, allá por 1987. Es el Vol.2 de la colección Moebius.
Que afortunado eres Andres por tener este libro, yo trate de encargarlo por amazon a mi pais y me salia un testiculo y medio!
PD: todo el trabajo de Moebius es grandioso pero las historias originalmente hechas en blanco y negro y pintadas despues (de las cuales hay varias en toda esta coleccion) no me terminan de cuajar.
Es como ver Alvar Mayor o Robert Crumb a color....mmmm...nose.
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