el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 27 de enero de 2012

27/ 01: EL VALS DEL GULAG

Volvemos con el tema del momento, que son los campos de concentración. Esta vez no hay nazis ni judíos, sino que tenemos un gulag, los campos de trabajos forzados del régimen stalinista, un clásico soviético de fines de los ´40 y principios de los ´50.
De todos modos, hay que aclarar de antemano que El Vals del Gulag no es un comic que se propone denunciar los abusos a los que se sometía a los prisioneros. Es realista, tiene un innegable valor documental (cosa que la gente que no entiende nada parece querer atribuirle a un CHISTE), pero su objeto no es bajar línea. Simplemente, el guionista Denis Lapiére toma el contexto histórico de la ex-URSS a principios de los ´50 para contar la historia que quiere contar, que es una de amor. Acá no hay golpes bajos, ni se hace demasiado énfasis en la descripción detallada de los padeceres de los cautivos. Está muy claro que la pasan para el orto y que son víctimas de una injusticia mayúscula (como en el chiste de Sala), y hasta ahí llega Lapiére en su “alegato”.
El Vals del Gulag, decía, es ante todo una historia de amor. Un amor gigantesco y a contra corriente, que llevará a Kalia a enfrentarse al mundo para recuperar a Vitor, su marido, el padre de sus hijos, el hombre de su vida, quien fuera injustamente acusado y recluído en un gulag. Es una historia de lucha, de memoria, de lealtad, de sacrificio, pero por sobre todo, de amor.
Lapiére pone todas las fichas a que el lector se identifique con Kalia. La hace protagonizar flashbacks, le permite contar tramos de la historia en primera persona a través de una especie de diario íntimo, nos conmueve con su abnegación, con su valor, con lo que está dispuesta a dejar con tal de reunirse con Vitor. Si alguna vez viviste en carne propia una historia romántica brava, dura, bien cuesta arriba, seguramente te vas a sentir muy cerca de Kalia, aunque vivas 60 años más tarde y en la otra punta del planeta. También hay un par de buenos personajes secundarios, básicamente Baba Grunia y Miguel. Vitor, sin embargo, no es un personaje que se destaque. Está construído en base a silencios y miradas, y su ausencia es más importante que su presencia, excepto por la secuencia (quizás la mejor del tomo) en la que Lapiére nos explica qué es el vals del gulag y que hacía Vitor mientras Kalia movía cielo y tierra para encontrarlo. Y hasta ahí llego. Si doy más data, se pierde el impacto más power de la novela.
Párrafo aparte para el maestro catalán Rubén Pellejero, figura descollante del comic europeo forjada en los ´80 en las revistas de Norma Editorial, casi siempre en equipo con el entrerriano Jorge Zentner. Cuando empezó a trabajar directamente para el mercado francés (mediados de los ´90), Pellejero inició una evolución de su estilo (originalmente cercano al de Alfonso Font) que lo llevó hacia la síntesis. En esta obra nos encontramos con un Pellejero casi minimalista, que elimina líneas y opta por un trazo más grueso, más despojado, que le permite ganar en fuerza y expresividad, una transición no muy distinta a la que viéramos en Jaime Martín, otro hallazgo español de los ´80 transplantado a Francia en los ´90. Pellejero potencia la fuerza expresiva que ganó su dibujo con un tratamiento del color francamente magnífico, que debería ser estudiado a fondo por dibujantes y coloristas de todo el mundo. Noche o día, interiores o exteriores, el catalán encuentra para cada escena el color perfecto, las tonalidades, los climas, las texturas. Sabe cuándo ser sutil y cuándo ser brutal en el planteo cromático de las secuencias y cómo convertir a su paleta en un elemento más para sensibilizarnos y emocionarnos con la historia de Kalia.
Esta es una historieta brillante, cercana a la perfección. Incluso se la podés dar a tu vieja, o a cualquiera que habitualmente no lea historietas y la va a disfrutar como a una buena película o una buena novela no-gráfica. Sigo buscando las obras de Pellejero que todavía no tengo, y sumo a Denis Lapiére (al que recordaba de algúnos unitarios zarpados en El Víbora) a la lista de los guionistas francófonos a tener MUY en cuenta.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Andrés, cuál es el chiste de Sala al que hacés referencia?

Anónimo dijo...

Dejá de lloriquear por lo de Sala y escribí pelotudo.

Martin.

Andres Accorsi dijo...

Anónimo, repasá las entradas anteriores del blog. Ahí vas a ver dos posts referidos a la tira de Sala y uno de ellos la reproduce en su totalidad.
Martín, chupame la pija.

ariel dijo...

y a vos t parece q premiar alos kulaks con una sesion mensual d sexo con desconocidos no es denuniar el abuso estalinista, pedazo de xelotudo. ¿LEISTE LA HISTORIA Y POR SOBRE TODAS LAS COSAS LISTE ALGO DE HISTORIA ALGUNA VEZ PEDAZO DE FO XX O EN TU VIDA? T PERMITIS DECIR CADA COSA PEDAZO DE XOMEXIERDA SIN HABER LEIDO UNA PORONGA EN TU VIDA.
PONETE UN FILTRO EN EL ORTO¡¡¡