jueves, 6 de febrero de 2025
DOG MAN
Sigo avanzando con las lecturas, pero después de muchos meses, ayer fui al cine, a ver la película de Dog Man, basada en la mega-exitosa historieta homónima de Dav Pilkey que -inexplicablemente- nadie publica en Argentina.
Es un largometraje animado de aventuras para chicos (de hasta 10-11 años, diría yo), repleto de situaciones muy cómicas, con un nivel de delirio digno de Ren & Stimpy o de Cha-Cha-Cha. El primer tramo de la peli (el origen de Dog Man) es sumamente respetuoso de la primera historieta que realizó Pilkey con el personaje allá por 2016. Después, la película empieza a agregar personajes, a cambiar personajes y a tomar pedacitos de otras aventuras de Dog Man, para redondear una hora y 34 minutos absolutamente disfrutables. Cada libro de historietas de Dog Man trae cuatro o más relatos completos, así que había mucho material de donde tomar situaciones, personajes y peripecias limadas.
El director Peter Hastings se pone la película al hombro. No solo hace las voces de varios personajes (incluyendo la de Dog Man), sino que mete mano en muchísimos rubros técnicos. Lo mejor que tiene la película es, sin dudas, el ritmo frenético, la sensación de disparate vertiginoso, que te lleva puesto. Ojo: hay momentos más tranquilos, e incluso momentos más dramáticos. No es toooodo un cago de risa. Como en todo arco aventurero en el que vemos a un héroe convertirse en tal cosa, la trama tiene puntos en los que nada parece salirle bien a los protagonistas. Pero el guion (escrito por el propio Pilkey) sabe matizar esos momentos con otros muy cómicos, o muy tiernos, o muy fumados. Pero pego un volantazo al mejor estilo diputado de la UCR, y cambio de opinión: creo que lo que más me gustó de la película es el aspecto visual. Todo lo que las historietas de Dav Pilkey no tienen, porque están dibujadas a los santos pedos, la peli sí lo tiene. Los personajes, objetos, vestuario, etc. tienen un gran nivel de detalle... ¡y hay fondos! En los comics de Dog Man los fondos casi no existen y son tres palotes que parecen dibujados por un nene de seis años. En la pantalla, en cambio, toda la ciudad donde viven los personajes está perfectamente retratada, de un modo muy vívido, muy vibrante, con una onda muy compatible con el estilo de Pilkey y con la impronta del guion, y cobra un rol muy importante en el desarrollo del mismo.
La animación es excelente, la música es excelente y en el elenco vocal se destacan las actuaciones de Pete Davidson (brillante interpretación del gato Petey) y del maestro Ricky Gervais, que le da voz a Flippy, el pescado. Todo el tiempo aparecen en pantalla elementos gráficos que nos recuerdan que Dog Man es, antes que nada, un comic. Y no cualquier comic, sino el más vendido del Siglo XXI, un comic para chicos que conquistó al público de todas las edades con sus aventuras bizarras y plagadas de humor. La peli de Dog Man está pensada para que los más chicos se descostillen de risa, se emocionen y la pasen bomba. Pero en ningún momento le falta el respeto a los grandes. DreamWorks lo aprendió hace décadas, con la primera peli de Shrek: dibujos animados + aventuras + chistes = hitazo entre el público infantil. Peeeeero, si le ponés algo más para que la disfruten los grandes que llevan a los pibitos al cine, aspirás a un nivel de gloria que de otra manera te es esquivo. Y la peli de Dog Man tiene sutiles guiños a los adultos, cositas que por ahí los pibes no pescan, pero que están buenísimas. Incluso Pilkey se toma unos minutitos para explicar más en profundidad algunas cosas que en los comics pasan porque sí, de manera medio caprichosa, porque supone que la peli la va a ver gente que le exige un poquito más a los argumentos a la hora de consumir ficción. El plot más "político" de Dog Man (la aventura en la que la Alcaldesa se revela como villana) quedó afuera de la peli, y la Alcaldesa es un personaje... ambiguo. No del todo querible, pero tampoco antagónico. Pero puede ser que ese aspecto del personaje se desarrolle en una eventual secuela.
En algún momento, a Dav Pilkey se le ocurrió que en los comics Dog Man adoptara una identidad de justiciero enmascarado al estilo Batman, y a los lectores les encantó. No creo que DreamWorks se pierda la oportunidad de mostrarnos esa historia en una segunda película, sobre todo si a esta primera entrega le va bien en la taquilla (cosa que sería lo más lógico, por lo menos en los países donde se publican las historietas de Dog Man).
El largometraje de Dog Man no es una adaptación lineal de la ultra-consagrada historieta, pero sí una traslación perfectamente lograda del mundo creado por Dav Pilkey, en la que lo más importante, que es el carisma de los personajes y el nivel de delirio de las historias, se conserva a rajatabla y brilla en total plenitud. No seas rata: llevá al cine a tu hijo, sobrino, ahijado o mascota bípeda y disfruten juntos de Dog Man. Y sigamos haciendo fuerza para que se editen los comics en Argentina. Nuestros pibes se merecen encontrarse con la magia de Dav Pilkey en todas las librerías de nuestro país.
Gracias por estar ahí y creo que mañana tenemos nuevo post con reseñas de historietas...
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