jueves, 1 de diciembre de 2022
JUEVES FEMENINO
Hoy tengo para reseñar dos novelas gráficas publicadas en Argentina en 2022, y firmadas por señoritas.
¿Cuáles son los colores de la mañana? es la opera prima de Beibi Kebab, vecina de Villa Crespo, que en un texto con el que cierra el libro anticipa que su próximo trabajo va a ser un libro de cuentos. Y me parece bárbaro, porque de esta novela gráfica solo rescato los textos. Estuve medio libro tratando de darme cuenta por qué la pasaba tan mal, hasta que me di cuenta que el problema son los dibujos. Si leés ¿Cuáles son los colores de la mañana? como una pieza literaria, sin darle bola a la faz gráfica, te vas a encontrar con una historia interesante, algunas reflexiones copadas y algunos apuntes muy acertados acerca de la vida y el amor en tiempo de confinamiento. No pasa todo por la pandemia, claro, pero es algo que está muy presente, por lo mucho que afecta a la autora/narradora.
El dibujo (y las. letras cuando Kebab las pone a mano) son pesadillescos. Muy, pero muy precarios. La forma en que reparte el texto entre las distintas viñetas es torpe, caprichosa, sin criterio estético ni narrativo. Lo único piola es que deja zanjas entre las viñetas. El resto, muy feo, muy descuidado, con una mezcla de técnicas totalmente innecesaria, a años luz del gran poder de observación y el vuelo cuasi-poético que pelan por momentos los textos.
Nada, me quedo con los textos. Y recomiendo pasar totalmente por alto los dibujos, que no aportan nada.
Me voy con Turba, lo nuevo de Lauri Fernández, otra historieta que prescinde por completo del humor y de los elementos fantásticos. Turba nace de la inquietud de la autora por sacar a la luz ciertos temas vinculados a la Guerra de Malvinas, de los que no se suele hablar. Entre Mendoza, Buenos Aires y distintos lugares de Inglaterra, Lauri entrevista a ex-combatientes de ambos bandos y recoge unos testimonios valiosísimos, por momentos muy conmovedores.
Y acá me pregunto de nuevo: ¿hacía falta que esto fuera una historieta? Podría haber sido tranquilamente un documental en soporte audiovisual, en el que nos muestren a Lauri charlando con los entrevistados, y lo complementen con imágenes de la guerra, o de lo que hoy son las Islas Malvinas. Y pasarlo en la TV Pública, o en Encuentro o cualquier canal de documentales. La columna vertebral de Turba, lo que sostiene toda la obra son estas conversaciones, que se traducen en páginas muy cargadas de texto. Salvo en una hermosa secuencia muda con la que abre el capítulo 4, Fernández pone al dibujo en el rol de acompañante, muy lejos de hacerse cargo de llevar adelante la narración.
Pero, incluso en un rol bastante secundario dentro de la obra, el dibujo y el color de Lauri la descosen. Hay viñetas en las que parece estar poseída por la magia de Jill Thompson y muchas en las que el trazo y la paleta se acomodan para acompañar mejor lo que propone el guion. Del splash page a la página de 13 viñetas, la autora prueba de todo en materia de ritmo narrativo para que -si bien estamos leyendo/ viendo páginas y páginas de gente que habla- en ningún momento nos resulte agobiante o aburrido.
El gran obstáculo para disfrutar o emocionarte con Turba puede ser que no te interese en lo más mínimo el tema de Malvinas, que sí, es 100% hegemónico de punta a punta en estas 130 páginas. Una vez sorteada esa barrera de peaje, Lauri Fernández ofrece un hermoso comic que documenta su búsqueda de respuestas y ofrece una reconstrucción de aquellos dramáticos sucesos muy rigurosa y a la vez muy humana. Lo recomiendo enfáticamente.
Y nada más, por hoy. Nos leemos pronto, acá en el blog.
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2 comentarios:
Buenas Andres ya que andas reseñando solo historieta argentina, queria preguntarte si leiste Horizontes perdidos de Zanotto ya que salio una reedicion.
No, no la compré porque no está completa y es una editorial que no me inspira confianza como para comprar series fragmentadas.
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