el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 10 de febrero de 2025

LUNES A PLENO SOL

Está picantito el verano en Buenos Aires. Menos mal que existen el ventilador de techo y las bebidas frías... Imaginate (si te da la imaginación) una antología en la que participen Alan Moore, Miguelanxo Prado, Horacio Altuna, Lorenzo Mattotti, Muñoz y Sampayo, Rubén Pellejero, Bill Sienkiewicz, Hernández Cava, Sánchez Abulí, Edmond Baudoin, Oscar Zárate, Jorge Zentner, Federico del Barrio y Das Pastoras. ¿Estamos hablando de un delirio, de una quimera, o de un sueño hecho realidad? No, estamos hablando de El Lado Oscuro, una colección de 10 historietas que publicó la Semana Negra de Gijón en 1999, con plata que puso Pepsi. El proyecto fue coordinado por Paco Taibo II y el querido Ángel de la Calle y consisitía en que cada equipo de autores realizaran una historieta de ocho páginas, inspirada en una ciudad distinta. Después "pasaron cosas" y tenemos dos historietas ambientadas en la misma ciudad (tanto Mattotti como Muñoz y Sampayo eligieron a Milán). Pero igual estamos hablando de una antología gloriosa, que -como se hizo para regalar a quienes asistieron a la Semana Negra- nunca salió a la venta y es MUY difícil de encontrar. Ojo: hay tongo. La historieta de Altuna ya la tenía en Hot L.A., la de Moore y Zárate es la misma que aportaron a It´s Dark in London, Sienkiewicz entregó ilustraciones (sin textos ni narrativa) que están sacadas de su sketchbook, Mattotti entregó una historieta que había hecho a principios de los ´80 junto a Antonio Tettamanti con el estilo de dibujo que vimos en Incidenti (reseña del 22/07/23) y lo de Muñoz y Sampayo es un cachivache que mezcla textos de Carlos y dibujos de José sin ningún sentido, ni narrativo ni ningún otro. Para ser encargos pagos, la verdad que no todos dieron lo mejor. Pero, si bien no se hicieron para este libro, la historieta de Altuna, la Moore y Zárate y la de Tettamanti y Mattotti son todos buenos trabajos, sobre todo el de Horacio. Después, la de Enrique Sánchez Abulí y Das Pastoras (ambientada en Barcelona) sufre un poco del exceso de texto, pero los dibujos son maravillosos y la trama funciona muy bien. La de Felipe Hernández Cava y Federico del Barrio (ambientada en Madrid) es una joya, profunda y adictiva. La de Edmond Baudoin (dedicada a París) empieza como una autobiografía sin mucha onda y mejora en el momento en que establece una especie de conflicto. La de Miguelanxo Prado (probablemente la mejor dibujada de todo el álbum) más que una historia plantea una bajada de línea, en contra de un proyecto de modernización del tradicional puerto de A Coruña, su ciudad natal. Y finalmente, Jorge Zentner y Rubén Pellejero se vienen a Buenos Aires, a buscar verdad, memoria y justicia en un conmovedor homenaje a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. No me preguntes cómo estas ocho páginas nunca se publicaron en Argentina, porque no lo puedo explicar. Como subrayamos siempre, es muy complicado trabajar en un formato de ocho páginas. Rara vez alcanzan para plantear un conflicto, darle relieve, generar algún tipo de interés por los personajes y rematar la trama de manera coherente. Pero acá lo logra Altuna, lo logran Abulí y Das Pastoras y lo recontra-logran Hernández Cava y Das Pastoras. Otros ni lo intentan, porque van más para el lado de algo simbólico, o de contar más sensaciones que historias. Pero con el listado de autores alcanza y sobra para que cualquier fan del comic quiera pasarse al Lado Oscuro y quedarse ahí un buen rato. Por si faltara algo, cada capítulo del libro empieza con un texto sobre los autores a cargo de los más prestigiosos especialistas españoles. Una maravilla, extraña y majestuosa.
Leí las tres historietas de Frank Momo varios meses antes de que saliera el libro, porque el editor me pidió que escribiera un texto complementario, y me mandó el material en .pdf. O sea que en esta relectura, ya con el libro impreso (también hace varios meses), tenía bastante frescas en la memoria las genialidades que Juanungo y Pablo Zweig dilapidan en esta obra. Lo primero que impacta es la calidad como guionista de un autor acostumbrado a trabajar como dibujante con guiones ajenos, o como artista integral. Guarda con el Juanungo guionista, que es una bestia a la hora de crear personajes, desarrollar su entorno y meterlos en tramas que combinan suspenso, acción y mucho humor, al estilo de los buenos álbumes de Tintin. O mejor todavía, de Gil Jourdan, porque los guiones tienen más lógica y menos capricho que en los de Hergé. Las tres historias que componen el álbum son bastante distintas entre sí, el rol de Frank Momo no es el mismo en las tres (si bien el disparador siempre es alguien que lo contrata para una investigación) y las resoluciones de los casos son siempre muy coherentes y muy sólidas, más allá del clima de comedia que Juanungo y Zweig le imponen al desarrollo de cada uno de ellos. A diferencia de los clásicos del comic franco-belga ya mencionados, las historias de Frank Momo NO son aptas para todo público, porque tienen algunas escenas de sexo y cierto cinismo que por ahí deja afuera a los más chicos. Con lo cual la serie se suma a sí misma un desafío más: cautivar a los adultos con una estética (la línea clara clásica, bien pegadita a la de Hergé) totalmente identificada con el comic infanto-juvenil. Por suerte el dominio de Zweig de esta línea es tan vasto, que lo logra tranquilamente. A veces el truco es irse un poquito más para el lado de Daniel Torres (sobre todo en algunos primeros planos), y a veces el truco está en el control molecular de la narrativa. Lo cierto es que, aunque asocies a la línea clara con Tintin y otras "boludeces para chicos", la lectura de Frank Momo te va a enganchar, vas a querer seguir adelante hasta enterarte cómo se resuelve cada una de las historias. Zweig deja la vida en los fondos, en el color, tiene unas secuencias oníricas brillantes, sin nada que envidiarle a las de Charles Burns, y la descose en las secuencias mudas que Juanungo (por ser dibujante) habilita con generosidad para que se luzca su compañero. Frank Momo Detective del Caribe es un álbum de impecable factura técnica (arruinado solo por el texto de un goma que hace un blog de crítica hace 15 años), con un personaje que no sé si está destinado a un lugar en el Olimpo de la historieta argentina, pero que acá sin dudas te deja con ganas de volverlo a ver en nuevas aventuras. Estas tres primeras (dos de las cuales eran inéditas) nos muestran a una dupla de consagradísimos profesionales, totalmente compenetrados entre sí y con la serie, lo cual resulta en tres aventuras más o menos detectivescas y más o menos humorísticas, pero 100% disfrutables. Lo pongo entre los mejores libros que se editaron en Argentina en 2024, de una. Nada más, por hoy. Tengo leído un librito más, pero no me queda tiempo para escribir otra reseña. Nos reencontramos pronto, acá en el blog.

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