martes, 11 de febrero de 2025
ESPERANDO A LA ACADEMIA
Hoy el partido de Racing arranca (como el sábado contra Boquita) a las 22:15, así que me sobra un rato para redactar un par de reseñas.
Empiezo en 1970, en EEUU, con un recopilatorio de tiras de Pogo, a cargo del genial Walt Kelly. Lamentablemente son tiras remontadas para el formato de libro, donde no está muy claro qué viñetas provienen de tiras diarias, cuáles de planchas dominicales, o si hay algunas dibujadas exclusivamente para el libro. Por el dibujo de Kelly y por los temas que tratan los personajes, parece todo material cercano a la fecha de publicación del libro, es decir, fines de los años ´60. Pero no hay ningún dato preciso
El título de la recopilación es "Impollutable" y el tema central es, claramente, la polución del aire y el deterioro del medio ambiente. Walt Kelly hace una vez más lo que mejor le salía: tomar los temas candentes de la sociedad moderna, urbana, pendiente de la noticia y del tratamiento mediático de la misma, y extrapolarlos a este pantano en la Loma del Ojete donde viven Pogo y sus amigos. En las antípodas del lector promedio de la tira, estos animalitos antropomórficos son ignorantes al punto del absurdo. Hablan mal y razonan peor, son fáciles de engañar y se dan manija entre ellos con ideas ridículas, imposibles de llevar a la práctica.
Salvando las distancias, este tomito me hizo acordar mucho a South Park, a esos episodios en los que de una boludez, de un malentendido, una equivocación o un chimento que alguien echa a rodar para hinchar las pelotas, se hace una bola gigantesca, con consecuencias gravísimas que escapan totalmente del control de los protagonistas. Si bien esto es una tira, que cada tres o cuatro viñetas desemboca en un remate humorístico, Kelly logra hilvanar muchas de ellas en arcos narrativos extensos, donde hasta el sinsentido menos sostenible encuentra un sustento. Acá es muy importante ese gran danés (que no tiene nombre) con los rasgos de Spiro Agnew, el lamentable vicepresidente del no menos funesto Richard Nixon. Kelly usa a este personaje para contarnos cómo la autoridad legisla de espaldas a la gente, en una nube de pedos repleta de contradicciones y carente de sentido común y de empatía. Todo esto en un clima de disparate, de joda sin límites, y con juegos de palabras tan graciosos como imposibles de traducir.
Por supuesto, las tiras podrían tener menos gracia que un desalojo y aún así el librito sería una delicia, simplemente por el nivel superlativo de los dibujos de Kelly. Esta bestia estaba en otra liga, tenía un trazo demasiado perfecto para una historieta que se publicaba todos los días durante varias décadas. Los personajes parecen cobrar vida a través de un manejo magistral de la gestualidad, los paisajes son alucinantes, los efectos de iluminación, las texturas, incluso el rotulado es glorioso. Ahora que en los diarios las tiras se publican más chiquitas, ya nadie le pone al laburo de dibujar la dedicación y la atención por los detalles que le ponía Walt Kelly... con la probable excepción de Liniers. Algo del humor de Pogo sobrevive en otra tira con animales antropomorfos, diálogos afiladísimos y constantes malos entendidos entre personajes muy brutos. Sí, me refiero a Pearls Before Swine, pero el día que el dibujo de Stephan Pastis llegue al... 10% de la calidad del de Walt Kelly, abandono la historieta y me dedico al patinaje artístico. No alcanza con el absurdo, no alcanza con la mala leche, no alcanza con la mirada irónica sobre temas candentes en la sociedad: Pogo tenía ese plus que era la calidad sublime del dibujo y faltan siglos para que otro autor de tiras diarias logre reproducir la magia inimitable del pincel de Walt Kelly, en ese mismo formato y con el mismo volumen de producción.
Me voy a Uruguay, año 2024, cuando se publica el manga Fathers of la Patria, obra de Gabriel Cardozo, autor al que yo no tenía en el mapa para nada. La idea central de la obra está muy buena: consiste en narrar eventos históricos de mediados del Siglo XIX, cuando Uruguay existía hacía muy poquito como país independiente, pero en clave de manga de machaca tipo Hokuto no Ken. Los personajes clave en la historia del país hermano (José Artigas, Fructuoso Rivera, Manuel Oribe, etc.) son retratados como chabones musculosos, con cuerpos de superhéroe, y cuando se enfrentan entre sí no solo pelan espadas, sino también se tiran con ataques especiales tipo JoJo´s Bizarre Adventures, Dragon Ball o Saint Seiya, más todo un despliegue de piñas y patadas que me recordó a una partida de Mortal Kombat.
Para que esto tenga un cierto sentido y se sostenga a lo largo de casi 250 páginas de historieta, Cardozo incorpora un elemento sobrenatural, que de alguna manera le abre la puerta a todas estas transformaciones, poderes zarpados y apariciones de criaturas horribles con las cuales se van a enfrentar "los buenos". El resultado es un combo muy loco, porque se entremezclan conjuras y traiciones que sucedieron en la historia posta con combates pasadísimos de rosca que uno no asocia ni a palos con la Sudamérica del Siglo XIX.
El dibujo de Cardozo es muy dinámico, la narrativa está muy lograda y la aplicación de los grises es excelente. En general, la faceta gráfica de Fathers of la Patria no está por debajo del típico manga de peleas entre muchachones poderosos y monstruos o demonios. Básicamente, los problemas que le encontré a la obra son dos. Uno es la extensión: no hacían falta 250 páginas para contar esta historia, si bien tenemos un elenco coral, con muchos personajes para desarrollar. Y el otro problema es bastante menor: con todo respeto y cariño a los amigos y amigas del país hermano, a quienes no somos uruguayos nos chupa un maple entero de huevos cómo y por qué Artigas se tuvo que ir de Uruguay, cómo y por qué volvió, cómo y por qué Rivera cagó a los charrúas, quién y para qué quería armar roscas con Juan Manuel de Rosas, o con los ingleses, o con los franceses. Son detalles que solo maneja el conocedor de la historia uruguaya y que tienen mucho peso en la trama, con lo cual a veces Cardozo da por sentado que uno entiende cosas que en realidad no tiene la menor idea de si sucedieron tal como él las cuenta, o si las deformó a los efectos de agregarle impacto a la historia, o si son 100% inventadas por el autor. Pero repito, es un problema menor, porque incluso sin darle mucha bola a todo ese trasfondo histórico, la aventura y la machaca llevan adelante la trama y, quieras o no, te enganchás con los bizarros sucesos que narra Cardozo. Yo me conformo con haber pescado las referencias a clásicos literarios del país hermano, como Las Aventuras de Juan el Zorro o los cuentos de Horacio Quiroga.
Y hasta acá llegamos, por hoy. Mañana a la mañana está la función de prensa de la peli de Captain America, así que en cualquier momento sale reseña, acá en el blog.
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