el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 17 de diciembre de 2010

17/ 12: HELLBOY: WEIRD TALES Vol.1


Esto es el “vale todo” de Hellboy. Acá viene cualquiera y tiene la oportunidad de contarnos una historia corta del mostro mignolesco o de alguno de sus personajes secundarios. Nada está en continuidad, ni cambia nada. Simplemente son nuevas miradas acerca de la maravillosa mitología que desde 1994 construye Mike Mignola en torno a este personaje de inagotable encanto. Algunos hacen la Gran Bizarro Comics: historias 100% en joda, irreverentes, para cagarse de risa un rato. Y otros se meten a fondo con los personajes y demuestran que los entienden y los quieren casi tanto como su creador. El cóctel es variado y –sobre todo- satisfactorio, no sólo como tributo a la chapa de Hellboy (y si no, traeme el Spawn Weird Tales), sino además porque hay buenas historietas para leer y grandes dibujantes para deleitarnos con imágenes de alto impacto.
La única historia realmente floja del tomo es la segunda, la de Tom Sniegoski (verdulero irredento) y Ovi Nedelcu (grosso en la animación, pero del montonardo en la historieta). El resto, va casi todo para adelante. Eric Powell (el maestro que hace The Goon) es, sin dudas, el autor mejor dotado para hacerse cargo de Hellboy el día que Mignola no lo haga más. La de Sara Ryan y Steve Lieber (el de Underground, ¿te acordás?) es la mejor historieta del libro, con un guión perfecto y muy buenos dibujos. Es tan rica, tan compleja, se disfruta tanto, que cuando la terminé volví a contar las páginas, porque no podía creer que en tan sólo ocho me hubiesen contado una historia tan copada. Con ese mismo argumento, cualquiera (Mignola, sin ir más lejos) te hace un episodio de 24 páginas.
En “Hot” vemos el primer trabajo en comics de Seung Kim, un monstruo del lápiz, realmente virtuoso, que se la banca a la hora de la narrativa. El guión (de Randy Stradley) es flojo y previsible, pero el dibujo la rompe, mal. Fabián Nicieza y Stefano Raffaele cuentan una historia de Baba Yaga que no está nada mal. La de John Cassaday también hace agua por el lado del guión, pero el dibujo te parte el cráneo en 18.000 fragmentos, después te los derrite, te los fisiona y te los vuelve a juntar formando las estructuras de cristal que creó el Dr. Manhattan en Marte cuando se fue de la Tierra. Impresionante. La de Joe Casey y Steve Parkhouse tampoco está mal, pero sobra Hellboy. Podría estar en cualquier otra antología de relatos extraños.
El Sector Joda está copado por las historietas de Bob Fingerman y por la de John Arcudi (el de B.P.R.D.) y el glorioso neozelandés Roger Langridge, con quien ya nos hemos cruzado en varias antologías. Además de Seung Kim, el otro dibujante al que no junaba y que me encantó es Eric Wight, que resuelve con gran cancha el guión de Mark Ricketts. La historieta más extensa del tomo (12 páginas) está protagonizada por Liz, y escrita y dibujada por Jason Pearson, en un laburo realmente notable, donde Pearson se mata por encontrarle una vuelta más a un personaje muy laburado por Mignola. La de Alex Maleev es como la de Cassaday: está dibujada como la hiper-concha de Dios, pero el guión no va a ningún lado. Y cerramos con la del capo canadiense Andi Watson, que tiene un dibujo sencillo, casi aniñado, y un tono que parece de comedia, pero que leída con atención tiene una enorme profundidad. Como la de Pearson, la historieta de Watson nos muestra a un invitado que demuestra un conocimiento y una comprensión de estos personajes que seguramente conmovieron al impasible e inmisericorde Mignola.
Ya para el postre, pin-ups, bocetos, textos de agradecimiento y demás giladas de rigor, que nos dan ese “algo más” a los que nos compramos los TPBs en vez de las revistitas. A los que se compran las revistitas les dan avisos de películas, videogames, golosinas, series de TV, o de otros comics que no nos interesan en lo más mínimo. Calenchu!

1 comentario:

Marbot dijo...

Tenés pensado reseñar algo de Mikilo?