el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 16 de junio de 2011

16/ 06: PROTECTOR


Qué lindo! Sigo encontrando obras de Víctor Santos que no sabía que existían. Qué bueno que un tipo que hace gala de esta calidad autoral, sea además tan prolífico.
Ayer señalábamos que Gotham Central había aprendido buenas lecciones de Powers, la gran obra de Brian Michael Bendis y Michael Avon Oeming. Bueno, en ese curso Protector era el abanderado. Esto es –ni más ni menos- que una excelente saga de Powers creada en España por un autor español. Una ciudad dominada por las runflas entre mafiosos, un cana medio margineta, siempre propenso a cortarse solo y a investigar por afuera de la fuerza, y un crimen que involucra a una superheroína que pela los poderes una sóla vez, cuando faltan ocho páginas para el final. Como los superhéroes de Powers, Fire Girl no es ni la buena ni la mala, es un personaje secundario que durante buena parte de la trama cumple el rol de “damisela en peligro”. O sea que los superpoderes de esta chica son un ingrediente menor en la historia que, como ya dejé entrever, gira en torno a una conspiración mafiosa, más precisamente en el seno de la familia Cagliostro, la más poderosa e impune de Hellion City. Esa es la boca del lobo en la que se va a tener que meter Nicholas Ash, el héroe cínico y pessutti que Santos pergeñó para protagonizar esta obra.
Y ojalá lo tenga en cuenta para protagonizar varias más, porque la verdad es que Ash, con su impronta de veterano curtido y recio y sus one-liners que parecen prestados por los detectives de Raymond Chandler, es un personajón de esos que cautivan de inmediato al lector y lo hacen fan de por vida. La trama está buena, es cierto, pero en las secuencias de desarrollo de personajes, cuando se gesta y cuaja la química entre Ash y las dos minitas con las que interactúa (Ruth y Ariadna), es donde realmente la historieta cobra vuelo, onda y personalidad.
Hay un héroe, hay un misterio, hay algo así como un final feliz, hay muy buenos chistes, pero no creas que estamos frente a una obra light, o inofensiva. Los villanos de Protector le aportan a la obra un filo jodido y perturbador. Acá tenemos malos de verdad, que matan, violan y torturan sin el menor resquemor. Y un traidor, de quien no sospechás ni una milésima de segundo. Como en todo hard boiled, hay bastantes tiros y trompadas, pero muy bien distribuídas a lo largo de la obra y siempre balanceadas por esas deliciosas secuencias de construcción de los personajes.
Esta historieta data de 2004, antes de que Santos descubriera a Darwyn Cooke. Acá sus influencias más fuertes son Bruce Timm y Paul Grist, por lo menos en la superficie del dibujo. El clima tiene más que ver con Powers o Sin City y donde realmente vemos una mezcla más jugada es en la narrativa, que es el rubro en el que este salvaje prueba absolutamente todo lo que le convidan, como la típica borracha de discoteca que vuelca a las 5 AM en las inmediaciones del baño de mujeres. Hay cositas de Miller y de Grist, pero también secuencias qe podría haber creado David Mazzucchelli en Batman: Year One, momentos re-Matt Wagner y armados de página que reproducen con éxito esos maravillosos experimentos ochentosos de Dave Sim. El tríptico en el que Don Cagliostro supervisa la sesión de torturas que lleva adelante Sariel es sutil en los detalles y devastador en su eficacia. Santos despliega un festival de blancos, negros y tramas mecánicas absolutamente hipnótico, con un equilibrio y una fuerza expresiva de maestro con 30 años de laburo en la profesión. Impactante y elegante, sensual y violento, con toquecitos cute y atmósfera sórdida, con un expresionismo marcado, pero que jamás resta claridad ni fuerza al relato gráfico, el dibujo del creador de Los Reyes Elfos es casi demasiado bueno para ser real.
Y cierro con una frase que alguien escribió en la contratapa del libro, y que me shockeó por lo taxativa: “uno de los mejores autores jóvenes de este país, sin necesidad de contemplarse el ombligo, ni escudarse en teorías esotéricas que sólo intentan esconder una flagrante carencia de recursos artísticos y temáticos bajo la burda coartada de la experimentación”. Epa! ¿No será mucho?

1 comentario:

elgorrión dijo...

"(...)sin necesidad de contemplarse el ombligo, ni escudarse en teorías esotéricas que sólo intentan esconder una flagrante carencia de recursos artísticos y temáticos bajo la burda coartada de la experimentación."

Goau, se me vinieron un montón de autores argentinos... y su "arte".