el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 20 de diciembre de 2012

20/ 12: GOTHAM CENTRAL Vol.4

Se termina esta gloriosa serie que a lo largo de 40 episodios le supo dar brillo y prestigio al mainstream de DC.
Los nueve números finales arrancan con un unitario magnífico, muy tenso, muy bien llevado y al que Greg Rucka remata con la imprevista aparición de un personaje de los conocidos, de los clásicos super-freaks de Gotham, para una vuelta de tuerca macabra y fascinante. Este unitario marca el pulso de lo que veremos en el resto del tomo: mucho protagonismo para Reneé Montoya y Crispus Allen y sobre todo para Jim Corrigan, irredimible cabecilla de una espeluznante red de corrupción que funciona adentro de la policía de Gotham. El dibujo es del maestro Steve Lieber, acá en su estilo más cercano al de Sean Phillips.
Rucka une fuerzas con Ed Brubaker para el siguiente arco, el de los Robin muertos. Esta es una historia típica de esta serie, bien centrada en los procedimientos policiales, con el protagonismo más repartido entre los distintos inspectores y con otra aparición bastante breve (y perturbadora) de Batman. En el dibujo se combinan el español Kano y el italiano Stefano Gaudiano y el resultado, sin ser brillante, no está mal.
Hay un unitario más de Rucka y Lieber, esta vez una especie de tie-in con Day of Vengeance, una de las miniseries que desembocaron en la intrascendente y vendehumo Infinite Crisis. Esa saga gradilocuente al pedo la escribia Rucka y bueno, decidió mostrarla desde la óptica de un humano común y corriente, en este caso Crispus Allen, quien más adelante tendrá bastante que ver con la magia, la ira de Dios y demás chamuyos místicos.
Y lo mejor del tomo llega al final, con la última trilogía, a cargo de Rucka, Gaudiano y Kano. Si ya sabías que Crispus Allen en algún momento iba a asumir el rol del Spectre, probablemente te preguntabas cómo y dónde murió. Bueno, acá Rucka se juega la vida y los cantos al hacer boleta (pero boleta de verdad) a uno de los protagonistas excluyentes de Gotham Central. Que es lo que deberían hacer todos los guionistas cuando está por cerrar una serie en la que hay personajes que ellos mismos crearon, no? En fin, lo cierto es que Allen está muy cerca de exponer a la red mafiosa de Corrigan y este le baja un cargador entero por la espalda. Montoya descubre que Allen investigaba a Corrigan y pronto todo el elenco está buscando pistas que incriminen al corrupto.
Esta saga es perfecta por muchos motivos: por la intensidad dramática, por cómo afecta a los personajes la muerte de Crispus, porque no aparecen freaks disfrazados, por la impotencia que te da ver cómo el villano zafa, porque los buenos pierden y porque lo que vos creés (convencidísimo) que va a pasar al final (Montoya se pudre y boletea a Corrigan a sangre fría) no pasa. Ese giro del final, esa anteúltima secuencia en la que Montoya tiene la oportunidad de vengar a su amigo y acabar con un corrupto hijo de mil putas, le pega un upgrade tan grosso al personaje que decís “Ah, bueno... ahora sí, Montoya no tiene límites en cuanto a la cantidad de chapa que puede llegar cosechar”.
Lástima que no fue así. Tras este magistral cierre de Gotham Central, Rucka siguió adelante con las aventuras de Allen y Montoya, ahora mucho más integrados al circo superheroico (Allen como el nuevo Spectre y Montoya como la nueva Question), pero todo fue cuesta abajo. Con capas y máscaras, estos dos personajones no dieron nunca el jugo que daban con sobretodo y reglamentaria. Ni siquiera cuando los escribió Rucka. Pero bueno, nada de eso empaña la importancia de estos cuatro brolis de Gotham Central en los que Rucka y Brubaker nos hicieron fans de la policía a fuerza de historias tan pero tan fuertes, tan complejas, tan humanas, tan reales que cuesta creer que estuvieran ambientadas en la misma Gotham en la que transcurren tantas aventuras chotas u olvidables de Batman y sus bati-amigos. Ovación de pie para estos dos grandes guionistas, hoy alejados de un mainstream que, evidentemente, les queda chico.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

eh andres me estoy leyendo el negro blanco de trillo y seijas y esta bueno, no es tan denso como desis.

Andres Accorsi dijo...

¿Cuándo dije yo que era denso?

Joel dijo...

Me lei esta serie en su momento y concuerdo contigo sobre el final, se nota como Rucka le gusta cambiar el giro de la trama al final para que sea todo previsible y sorprender al lector, pero tambien creo que ninguno de los 2 personajes funcioanron muy bien cuando los colocaron como superheroes y quizas por eso no tuvieron mucha revelevancia en el DCU

P.C. dijo...

Yo esto no lo leí, pero siempre me gustó el personaje de Montoya como cana y nunca me terminó de cerrar la idea de convertirla en The Question. Me parece bueno que junto a Batman haya personas más "normales" onda Alfred, Gordon, Rupert Thorne, etc. como para darle un toque más "real" a Gotham, como para que no termine pareciendose a Royston Vasey de League Of Gentlemen. En este sentido, también me pareció muy bueno cuando al Pingüino le inventaron la fachada legal del boliche. No me acuerdo quién hizo eso, pero me pareció una buena manera de devolverle la dignidad a un personaje que había quedado bastante obsoleto. Ojalá encontraran una buena manera de darle más relevancia al Acertijo, pero que no sea una ridiculez absoluta como lo de Hush.

Leandro dijo...

GC está en el podio de mi papa fina preferida.

D.L. dijo...

el que le inventó la fachada legal del boliche fue chuck dixon me parece que cuando hacía una dupla muuy aceitada con graham nolan.

Jack dijo...

Day of Vengeance la escribió Willingham, no Rucka!