el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 13 de noviembre de 2015

13/ 11: TEX: EL JINETE SOLITARIO

Poco conocido en Argentina, Tex Willer es uno de los personajes más famosos de Italia. Creado en 1948 por Gianluigi Bonelli, sus aventuras se publican aun hoy con muchísimo éxito y a pesar de haber pasado por las manos de decenas de autores, nunca necesitó un reboot. El motivo es tan simple como incomprensible: en casi 70 años de aventuras, Tex casi no avanzó un milímetro. Los guionistas vienen y se van, pero todos respetan una consigna básica: el personaje no puede cambiar en lo más mínimo nunca, pase lo que pase, de tal modo que TODAS las historias, de TODOS los autores y TODAS las épocas se puedan leer en cualquier orden. No hay villanos recurrentes, no hay personajes secundarios y creo (no estoy seguro) que nadie se tomó la molestia de indagar en el pasado de este héroe impoluto, que parece estar clavado en una edad indefinida entre los 30 y los 35 años.
Esto pareciera garantizar una serie inocua, anodina, embolante, pero cada tanto la editorial Bonelli deja que algún autor grosso meta mano en el dibujo para algún tomo especial, y ahí es cuando Tex se vuelve relevante, aunque sea un ratito. Uno de los grandes dibujantes que aceptaron cargarse al hombro 220 páginas de Tex fue el maestro Joe Kubert, y los sellos chilenos Acción y Shazam! Hicieron un team-up para editar esa aventura en el país vecino.
El guión de Claudio Nizzi está armado en base a la típica venganza del tipo bueno al que le matan a sus seres queridos. Tex tendrá 220 páginas para capturar a los asesinos de su amigo Ethan Colter y su familia (que por supuesto no habían aparecido en ninguna aventura previa) que son cuatro, como en Dago. De hecho las similitudes con Dago son muchas. Las primeras 30 páginas nos muestran la masacre que perpetran los cuatro villanos en el rancho de los Colter y la primera escaramuza con Tex, que trata sin éxito de capturarlos. Los malos se separan, y el héroe decide ir a buscarlos uno por uno.
Frank, el más jodido de los asesinos, es el primero en caer tras 60 páginas muy interesantes, en las que Tex se enfrenta a la corrupción de un sheriff que juega para los malos. En una aventura supuestamente conservadora, que el héroe tenga que confrontar con la autoridad es casi revolucionario. Durante las siguientes 54 páginas, Tex (que parece no ensuciarse ni bañarse nunca, a quien vemos cabalgar cuatro días por el desierto sin que le crezca ni la sombra de la barba) va contra Luke Thorpe, otro de los asesinos de su amigo, a quien Nizzi se toma un buen tiempo para presentarnos como un tremendo sorete. La cacería de Russ, el tercero de los malhechores, le toma apenas 34 páginas y –de nuevo- involucra a un sheriff medio tránsfuga. Y en las últimas 30 páginas, será el turno de Jako, el indio, cuarto y último de los asesinos. Los cuatro terminan muertos, aunque Tex no mata a ninguno.
Así, con míseros cinco cuadritos a modo de epílogo, termina una saga intensa en la que el ritmo se acelera o se ralentiza varias veces, como si Nizzi fuera regulando para no quedarse sin nafta antes de la página 220. El héroe, dentro de todo, cobra bastante, pero sobrevive a unos peligros realmente excesivos, que conspiran contra el verosímil de la obra. Por suerte el guionista se esfuerza por ponerle onda a los villanos y a algunos secundarios.
Igual el atractivo está (y me animo a pecar de obvio) en el dibujo del Viejo Joe, cuyo regreso al western (género en el que incursionó en los ´50) es definitivamente triunfal.Con una puesta en página muy clásica, con bastantes viñetas mudas, Kubert sale airoso del extenso esfuerzo narrativo. En el dibujo, despliega todas sus técnicas para combinar blancos y negros, desde cross-hatchings imposibles logrados con plumín hasta tramas mecánicas aplicadas con criterio y buen gusto. Los fondos, los climas, las expresiones faciales, la reconstrucción histórica son todos puntos altos en un trabajo impresionante del papá de Adam y Andy.
Si te chupa un huevo Tex, si nada te importa menos que ver a un cowboy “de los de antes” perseguir forajidos por las planicies, desiertos y montañas del Far West, si el argumento te parece remanido o poco profundo, no te calentés: Joe Kubert deja la vida en cada viñeta para que disfrutes de la lectura de este tomo. El guión tiene su aciertos, pero la labor de Kubert es sensacional y justifica ampliamente el laburo de sentarse a leer “una de combóis”, como decía mi abuelo Beto.

1 comentario:

Sergio Más Comic dijo...

Tex es muy famoso y vendido, tambièn en Brasil. Gracias a esas publicaciones, he podido acceder a los Texone (libros gordos) dibujados por Carlos Gómez (sí, el de Dago), Bernet, Manfred Sommer, Kubert, José Ortiz y muchos más. Ya compraré el de Garcia Seijas, también.