el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 26 de noviembre de 2024

A CONTRARRELOJ

Estuve casi dos días sin internet en casa y eso hizo que se atrasara muchísimo el trabajo tanto de la Comiqueando Digital como de la Online. O sea que los minutos que les estoy robando para postear en el blog son más criminales que nunca. Intentaré ser breve en las reseñas, así vuelvo a la lista de los pendientes. Después de casi 40 años, conseguí el segundo álbum de Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo, la serie que creó el maestro Francisco Ibáñez en 1986 para la revista Guai!. Esta vez, al genial autor de Mortadelo y Filemón se le ocurrió dedicar estas 46 páginas a contar los orígenes de los tres personajes, a contramano del primer álbum, en el que los veíamos fracasar (y provocar destrozos) en distintos trabajos que conseguían y les duraban no más de seis páginas. Ibáñez cuenta en 10 páginas la historia de Chicha, en 12 la de Tato y en 22 la de Clodoveo, tres secuencias muy distintas entre sí, hilvanadas por los mejores momentos del álbum, que son esas viñetas en las que vemos la larguísima fila de desocupados a la espera de un turno para conseguir trabajo. Esas secuencias duran poco, pero están llenas de chistes magistrales (algunos muy filosos) y de gags visuales. En el resto del álbum, o sea, en las tres historias "de origen", Ibáñez se vuelca más al humor frenético, basado en la acción, el slapstick y la violencia desmedida, con resultados desparejos. El segmento más flojo es el de Tato, donde el autor nos bombardea con todos los chistes que se pueden hacer sobre un pibe que es petiso y/o cabezón... hasta que incorpora a Tato al ejército y ahí viene una (mucho más lograda) catarata de chistes que tienen como blanco a los milicos. El autor le da a Clodoveo un background nada menos que en un circo, un ámbito que no sé si exploró alguna vez con Mortadelo y Filemón, pero que parece perfecto para el humor sacado y violento del autor: jaulas con leones, trapecios a grandes alturas, elefantes, magos, equilibristas, cañones que en vez de balas disparan gente... la cantidad de posibilidades para el desastre, los golpes, las explosiones y los accidentes que brinda el circo son infinitas y seguramente por eso el origen de Clodoveo es mucho más largo que los otros dos. El dibujo es excelente de punta a punta, los momentos en los que Ibáñez desliza su cuota de sátira social son brillantes, pero la verdad que la consigna del primer álbum me había gustado tanto, que un cambio tan radical en la fórmula para el segundo, me dejó un sabor agridulce. No está mal, pero yo quería más de lo otro, que era alucinante. Nunca hablé del Vol.1 en el blog, porque lo leí hace mil años, pero publiqué un artículo en la Comiqueando Online, a modo de homenaje a Ibáñez poco después de su muerte. Lo pueden leer acá: https://www.comiqueando.com.ar/columnas/iberia_incognita/chicha-tato-y-clodoveo/
Me voy a EEUU, año 2020, cuando Dark Horse publica en libro los cuatro episodios de la miniserie X-Ray Robot, una creación de Mike Allred, como siempre con un dibujo formidable y los inmejorables colores de su esposa Laura. Un despelote visual, por momentos mejor que los episodios más logrados de Madman, muy por encima de esos trabajos hechos medio a los pedos para Marvel. Esto es Allred en estado puro: una historia que explota de imaginación, ciencia ficción loquísima, personajes entrañables, giros impredecibles y una propuesta visual que no puede ser más ganchera. X-Ray Robot falla solo en la extensión: el autor decide contarnos en 88 páginas una historia que funcionaría mejor en 50 ó 60. Pero cuando los dibujos son maravillosos, los personajes tienen onda y las ideas son fértiles para la aventura y la peripecia, no da para protestar. En todo caso la queja viene por el lado de la edición: cuando termina la historieta, te clavan 30 páginas de portadas alternativas y pin-ups que aportan poco y encarecen el libro al pedo. Como prometí liquidar rápido estas reseñas, no me quiero meter a fondo con el argumento. Digamos simplemente que es una de realidades alternativas y líneas temporales divergentes, donde un grupo de científicos trata de impedir un caos multidimensional. Allred presenta este complejo entramado de un modo sencillo, no hace falta ser el capo máximo de la teoría físico-cuántica para entender lo que pasa y engancharse en la aventura. Hay un pequeño cameo de Madman, como para sugerir que esta historia es parte de ese mismo universo, pero X-Ray Robot es un relato mucho más convencional y menos experimental que las últimas historietas de Frank Einstein que nos ofreció el autor. Y por supuesto, se puede disfrutar perfectamente sin haber leído nunca un comic de Madman ni tener la menor idea de cómo funciona esa mitología. Si sos fan de Mike Allred, no dejes escapar esta perlita, y si nunca te enganchaste con este autor y te pinta darle una posibilidad, esta es una buena puerta de entrada. Listo, me vuelvo a las obligaciones. No se pierdan este miércoles a las 22:30 la nueva emisión de Agenda Abierta en el canal de YouTube de Comiqueando. Nos vemos ahí.

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