el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 24 de junio de 2025

EN LA CLANDESTINIDAD

Ya hace tanto que no escribo reseñas para el blog, que me olvidé como se hacía. Perdón, pero estoy realmente muy jugado con los tiempos hasta el lunes 30, que -con un poco de suerte- sale el nº11 de Comiqueando Digital y empiezo a recuperar algo así como una vida. A durísimas penas y de a muy poquitas páginas por día, tengo un par de libros para comentar, así que ahí vamos. Mish Mash es un álbum precioso, con hojas gruesas, que viene con una tarjeta de regalo, todo de super-lujo, para compilar bajo una misma portada 16 historietas cortas del maestro Blutch, originalmente desparramadas por distintas publicaciones entre 1992 y 2002. Como en toda antología, no hay un nivel parejo, sobre todo en los guiones. Blutch ya dibujaba como los dioses desde los inicios de su carrera, pero al principio las historias eran apenas excusas para dibujar lo que tenía ganas. No hay, en esos primeros trabajos, un cuidado por las tramas, o por desarrollar personajes, ni nada de eso. A veces son simplemente gags, o una breve serie de situaciones bizarras hilvanadas por una lógica que apenas se sostiene, como en los sueños. Pero siempre hay algo extraño, fascinante, o muy gracioso. Y los dibujos no son siempre iguales: Blutch está probando cosas nuevas todo el tiempo, algunas de las que va a descartar y otras de las que va a incorporar a su estilo más reconocible. El primer guion de interesante para arriba es el de "Souviens-toi de Juan de la Cruz", y ya para "L´Enfance de l´Art" vamos a tener un guion tan cautivante como el dibujo. Las historietas que incorporan la temática del boxeo son espectaculares, con un despliegue de técnicas entre gráficas y pictóricas que te dejan knock-out, y las de Rancho Bravo (ambientadas en el far west y a veces con la colaboración de algún guionista) son una maravilla. También hay una breve historia de dos páginas protagonizada por Blotch (a quien conocimos un lejano 17/02/11), pero dibujada en un estilo muy distinto al que disfrutamos en ese entonces. Libro ecléctico, con altas y bajas en los guiones y unos dibujos demasiado buenos para ser reales, o para ser obra de un autor que en 1992 tenía 25 y menos trayectoria que la piba que encabezaba la boleta de la UCR en la elección de legisladores porteños. Pero también un lindo rescate para que los fans de Blutch sumemos a nuestra biblioteca y descubramos material del ídolo que no sabíamos que existía y que no siempre se parece a sus obras más famosas.
Me voy a Japón, año 2020, cuando Masasumi Kakizaki (el autor de Hide Out, de quien hablamos el 29/07/20) toma la película Spy´s Wife (que es de ese mismo año) y la convierte en un manga de dos tomos, que por suerte en Argentina apareció en uno solo, cortesía de Ivrea. Como vimos hace poco en varias obras de autores europeos, las tramas de espionaje en el marco de la Segunda Guerra Mundial suelen dar frutos interesantes, y en este caso, con Japón en el medio del bolonki, hay mucho de dónde nutrirse. Más allá de algún tropiezo narrativo, el manga es ganchero, te dan ganas de leerlo de una sentada, no de 130, como me pasó a mí... Le sobra un poco de data histórica, que aporta, pero no tanto como para dedicarle tantas páginas al "minuto a minuto" de lo que pasaba en la guerra, sobre todo al interior de Japón y en la relación con Estados Unidos. Obviamente el contexto determina varias decisiones que toman los personajes, pero Kakizaki lo presenta (para mi gusto) en demasiado detalle. En general, las historias de espías tienen el atractivo de que no hay "buenos y malos". Todos son jodidos, todos esconden cosas y todos "flexibilizan" ciertos códigos éticos para cumplir la misión. Eso acá se respeta, pero a medida que el foco del relato se va hacia Satoko (la esposa del japonés que quiere denunciar un genocidio que descubrió en Manchuria, del cual es responsable su país), nos vamos a encontrar con una mina que no tiene maldad. Un personaje demasiado noble y puro para una historia como esta, que no tiene los dobleces que enriquecen al resto del elenco. O sea que paulatinamente, el guion le da cada vez más bola al personaje que menos encaja con este tipo de relatos. Al que aprendemos a querer, al que vemos desarrollarse un montón, pero que queda un poco anclada en la unidimensionalidad del amor y la lealtad extremas hacia su marido, que se revela (también paulatinamente) como tipo recontra turbio. Entonces tenemos malos tremendos (aunque hacen la mayoría de las maldades "fuera de cámara), a un personaje ambiguo e impredecible (Yusaki, el marido de Satoko) y un personaje (Satoko) que no para de arriesgarse ni de sacrificarse en un conflicto donde lo único que tiene para ganar es que no le maten a su compañero... que es incapaz de confiar en ella y blanquearle toda la verdad. El dibujo está muy bien, al principio un poco frío, después ya más expresivo, más acorde a tiempos más extremos y más violentos que le toca vivir a los protagonistas. Kakizaki dibuja solo seres humanos y toma de fotos prácticamente todo lo demás, no sé si por rigor histórico o por fiaca. Y particularmente a mí me gusta cómo se ve el "efecto máscara" que explicaba Scott McCloud, con personajes y fondos en distinto registro, unos más sintéticos, o caricaturescos (el villano principal para el último tramo ya parece una caricatura de un personaje de Hirohiko Araki, o de Tetsuo Hara), y otros realistas al mango. Básicamente, Spy´s Wife me entretuvo, por momentos me shockeó y por momentos me conmovió, aunque me doy cuenta de que esta misma historia, ambientada en un país donde la gente le da más rienda suelta a las emociones, las pasiones, e incluso las venalidades, sería mucho más impactante. Nada más, por hoy. Vuelvo a sumergirme en el laburo, que ya está en la recta final. Y nos encontramos mañana a las 22:30 en Agenda Abierta, para otro programa en vivo en el canal de YouTube de Comiqueando. Gracias y hasta pronto!

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