el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 7 de julio de 2025

NOCHE DE LUNES

Con la Comiqueando Digital nº11 ya terminada (y por suerte ocupando algunos megas de RAM en las computadoras y tablets de muchos de ustedes, que se copan y la descargan en comiqueandoshop.blogspot.com), logré retomar un ritmo razonable para las lecturas y las reseñas que requiere el blog para estar siempre fresquito, siempre picante. Empiezo con un tomo de historias cortas de Hirohiko Araki editado por Ivrea, con material realizado en los ´90 por el autor de JoJo´s Bizarre Adventure. Yo venía dulce, con buenos recuerdos de aquel trabajo de Araki que me tocó reseñar el año pasado (28/03/24), pero acá me volví a amargar, con argumentos que me resultaron poco atractivos, desarrollados en guiones que a veces pisan el límite de la falta de respeto. Antes de entrar en las historias una por una, quiero dejar sentado que la calidad del dibujo de Araki es demoledora. Acá todavía tiene alguna que otra página muy sobrecargada, con composiciones que, al meterle tantos elementos, se le desbalancean i directamente se le van al carajo. Pero el dibujo en sí tiene una fuerza tremenda, un encanto hipnótico en los cuerpos, en las caras, en los enfoques. Cuando entran las tramas de grises, la rompen. Cuando abre alguna historia con un par de paginitas a color, el color es precioso. Cuando mete un pin-up a modo de carátula, te detona las retinas. Visualmente, esto es una golosina riquísima. Lástima que en algún momento, los historietistas tienen que usar los dibujos para contar historias... La primera es Under Execution, Under Jailbreak, la que le da el nombre al tomo. Es una trama poco original, pero tiene dos ventajas: no se estira al pedo y genera una tensión interesante. Son 33 páginas con una idea medio pobretona, pero no del todo mal explotada. Dolce and his Master, en cambio, tendría mil veces más sentido en 10 ó 12 páginas, y dura 50. Un dolor de huevos. Tiene algún que otro diálogo gracioso, pero la situación que moviliza la trama es una sola, muy sencilla, y no daba ni ahí para alargarla tanto. En las siguientes 50 páginas nos reencontramos con el amigo Kishibe Rohan, que esta vez no es el protagonista de la historia, sino quien relata los hechos. Y no, el argumento tampoco daba para 50 páginas. Estaba bueno para una historia corta de misterio de las que aparecían en las antologías de DC de los años ´70, por supuesto resumida en 10 páginas, 12 a lo sumo. Y el resto del tomo es una historia en tres episodios protagonizada por Yoshikage Kira, quien fuera el villano del cuarto arco de JoJo´s, que murió y volvió en forma de fantasma. La consigna está buena: un fantasma atrapado en un departamento embrujado, en el que pasan cosas rarísimas. Pero claro, ni es una idea que se sostenga más de 60 páginas, ni me parece aceptable que Araki jamás se proponga siquiera explicar por qué pasan todas esas cosas. Tanto Kira como los lectores nos vamos en la última página con el culo lleno de preguntas, tras una larga seguidilla de peleas con criaturas, donde el autor se prodiga en las escenas de acción desenfrenada, con un ritmo alucinante... y nada más. No hay un subtexto, no hay una reflexión, no hay ni siquiera un comentario irónico. Es eso: misterio, pelea, fin. No alcanza ni ahí para llenar todas esas páginas...
Capturé uno más de los TPBs que compilan la extensa etapa de Astro City en Vertigo, y ya me falta leer uno solo de los que salieron en tapa blanda (seguramente será el año que viene). Después hay tres más que solo existen en tapa dura, que no sé si alguna vez compraré, o si buscaré las revistitas, o las nuevas ediciones de Image. Lo importante es que acá hay seis números más, todos unitarios escritos por el maestro Kurt Busiek junto a dibujantes suplentes, mientras Brent Anderson adelantaba trabajo para que la serie pudiera mantener la periodicidad mensual. De los cuatro artistas convocados para reemplazar a Anderson, el único que no me cerró fue el canadiense Joe Infurnari. De hecho contribuyó fuerte a que la historia que dibuja no me haya atrapado en lo más mínimo. Pero por suerte es la única que me resultó floja. El tomo abre con una aventura fuerte, épica, con un final triste para un superhéroe al que no recordaba de sagas anteriores, pero que acá se despide a lo grande, con un aporte fundamental a la derrota de una especie de Darkseid muy heavy. Muy bien los dibujos de Tom Grummett. "Yesterday´s Heroes" le da relieve a un superhéroe australiano, una especie de Ant-Man llamado Wolfspider, en una aventura con mucho ritmo, diálogos graciosos (repletos de "australianismos") y muy lindos dibujos de Gary Chaloner, dibujante oriundo de "the land down under". Acá se cuela un poco más el lado humano de los justicieros enmascarados, no es todo tan épico ni tan solemne como en el episodio anterior. Y nos quedan tres historias dibujadas por el capo español Jesús Merino, sin dudas el más capacitado para jugar de titular en esta serie cuando no pueda contar con Brent Anderson. Merino capta a la perfección las atmósferas típicas de Anderson, reproduce sin problemas los trucos que suele desplegar Anderson en la puesta en página, se complementa muy bien con las tintas de Alex Sinclair, y -lo más importante- es un dibujante de GRAN calidad, con un manejo de la anatomía, las expresiones faciales y los fondos, con imaginación para pelar locaciones fantásticas, con un manejo innato del ritmo que tiene que tener un relato superheroico... Un crack. Y Busiek se da cuenta, y le tira unos guiones bárbaros. El de Starfighter es el más humano, el que más juega a la identificación del lector, sobre todo de los más veteranos. El de Hummingbird es una cátedra de cómo presentar a una heroína "legacy", es como la versión bien hecha del mamarracho que hizo DC cuando nos cambió a la Black Canary de la Golden Age por su hija. Un episodio emotivo, divertido, lleno de momentos para el asombro. Y el otro que dibuja Merino es de los menos interesantes, a menos que seas muy fan de Living Nightmare, ese personaje que fue héroe, fue villano, y acá vuelve a afiliarse al bando de los buenos. No está mal, no es un bofe ni un embole, pero resulta todo tan extremo, tan zarpado, que no conecta mucho con ese tono de "esto te puede pasar también a vos" que tienen las grandes historias de Astro City. El tomo se titula "Honor Guard" y está bien, es lógico, porque todas las historias tienen que ver con pasado y presente de esta especie de Justice League del universo creado por Busiek, Anderson y Alex Ross. Por suerte, en esta etapa hay de todo: historias como estas, con el foco más puesto en los héroes y heroínas, y otras más centradas en la gente común. Veremos con qué me encuentro en el otro tomito que tengo ahí, en el aguante, para leer en 2026. Nada más, por hoy. Gracias y hasta pronto.

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