el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 6 de enero de 2010

06/ 01: THE MARQUIS: INFERNO


Guy Davis es un autor sumamente atípico para el mercado norteamericano, en el que se desenvuelve con creciente éxito y repercusión desde fines de los ´80. Atípico por miles de motivos, entre ellos su inmensa y siempre ascendente calidad, pero además por el hecho de que le gusta a los franceses. Los franceses se ceban MAL con Guy Davis, lo tienen allá arriba y logran que el autor reparta su tiempo entre las miniseries del B.P.R.D. que dibuja para Dark Horse y distintos proyectos para editoriales francesas, entre los que se destaca Los Zombies que se Comieron la Tierra, junto al guionista Thierry Frissen. Y Davis, feliz de la vida, produce muchas páginas y embolsa muchos cheques.
Entre su abultada producción, se destaca aquella que él mismo escribe, y a la que claramente le puso todo su corazón y hasta su último miligramo de talento: The Marquis. Iniciada en 1997 e interrumpida mil veces porque caían otros trabajos, The Marquis tuvo un preludio en Caliber, una miniserie de 5 episodios, más un one-shot y una mini de dos partes en Oni, y ahora recaló en Dark Horse, que recopiló todo lo publicado hasta hoy en el fastuoso tomo que hoy nos ocupa. Cuando Davis tenga un rato libre, piensa continuar la serie, obviamente en la editorial del caballito.
La historia transcurre en la ciudad de Venisalle, que no existe, pero a la que Davis sitúa en una Francia de mediados del Siglo XVIII (y por ahí sea eso lo que la convirtió en hitazo entre los franceses). Bajo el férreo control de la Iglesia y el Ejército, la ciudad vive con miedo a la Inquisición, pero casi nadie se abstiene de cometer abyectos pecados y de entregarse a los vicios más profanos, bajo el ala de impunidad que les brinda una especie de hiper-burdel llamado El Confesionario. Con total hipocresía, esa gente sale después a la calle a pedir mano dura contra los pecadores… no sé si les suena…
Vol de Galle es un inquisidor ya veterano, que recibe un don: ver a los demonios que poseen los cuerpos de los humanos y los conducen por la senda del pecado y el crimen. Ungido por los santos y oculto bajo su aterradora máscara, combate a fuego y acero a los humanos poseídos, ante la mirada atónita de curas y militares que no saben quién es, ni por qué mata a esa gente aparentemente decente. Hasta ahí, la historia es más o menos convencional. Pero Davis pega un giro magistral: cerca del final del primer arco nos enteramos qué hacen esas criaturas infernales entre los vivos, cómo llegaron a ocupar los cuerpos de los ciudadanos de Venisalle y quién le otorgó a Vol los dones que lo convirtieron en el temido cazador de diablos conocido como el Marquis. No les quiero contar más para no estropearles la sorpresa.
Antes de estas revelaciones, la vulnerabilidad del Marquis era la duda, que horadaba su fe hasta convertirse en una especie de condena del espíritu. Luego, cuando se entera de cómo es realmente la cosa, se vuelve mucho menos vulnerable y pierde un poquito la gracia. Excepto porque es un mortal común y corriente que se machaca casi a diario con poderosísimas criaturas del Averno que bien podrían manducárselo como si fuera un alfajor Cachafaz. Emerge así un Marquis más heroico y menos traumado, en un contexto donde cobran más protagonismo las internas entre los demonios.
Los personajes secundarios son básicamente dos: el General Herzoge, cuyas milicias tratan sin éxito de detener al misterioso y esquivo Marquis, y el Inquisidor Supremo Morsea, que sueña con someter al justiciero a los más ignominiosos tormentos para arrancarle la confesión que lo condene al Infierno. Ambos están muy bien trabajados y resultan fundamentales para explicarnos (en extensas secuencias de diálogo que rara vez se hacen pesadas) el contexto social, político y religioso en el que se desarrolla la saga. Pero hasta ahora, el Marquis, con su poder de detectar el aura de los diablos “encubiertos”, les saca tanta ventaja a sus perseguidores que no logran tener demasiado peso en la trama, más allá de ser un mero obstáculo que Vol sortea con holgura. En algún momento, el Marquis se verá máscara a cara con Herzoge y Morsea, y supongo que va a ser memorable.
Y me queda un párrafo para hablar maravillas del dibujo de Guy Davis, cuando se podría escribir un libro entero de loas a este animal del lápiz, la tinta y las tramas mecánicas. Su trabajo en The Marquis es técnicamente soberbio: se embarca en páginas de muchos cuadros, cuida al milímetro todos los detalles de la ambientación (trajes, armas, edificios), pela en los momentos justos las splash-pages y las secuencias mudas (que suelen ser magníficas), y como si esto fuera poco, te hace delirar con unos monstruos alucinantes y originalísimos, que bien podría haber imaginado Quique Alcatena. Cada episodio de The Marquis tiene un laburo infernal (en más de un sentido) y nos muestra a un maestro en su mejor momento, comprometido a full con la historia que narra y con el mundo en el que la ambienta. Posta, vale la pena venderle el alma a Satanás (o incluso a Ricardo Fort) para comprarse este libro y zambullirse de lleno en el subyugante mundo de The Marquis.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

devil may cry de la inquisición juaju, puede ser de lo mismo pero en un escenario genial lo que lo vuelve totalmente disfrutable, quizas

anotading

suerte con el proyectop

luiggidimaggio

Eibel dijo...

Hola Andres, las reseñas van geniales y este comic me llamo mucho la atención. Queria saber si se encuentra editado en español. Para ver si tengo chances de comprarlo y no tener que leerlo en la PC...Gracias y como siempre excelente trabajo...

Andres Accorsi dijo...

Sí, lo editó Norma.
Igual te va a salir MUCHO más barato si lo comprás en inglés...

Pato dijo...

y en donde se puede conseguir (o pedir) en inglés? en las ferias de comics americanos que suelen organizar, aparecerá?

excelente el sitio Andrés

Saludos

Andres Accorsi dijo...

¿Te acordás cuando el comic yanki estaba en las comiquerías?
Nah, hoy en día lo tenés que buscar en las librerías y comiquerías online, ya sea las clásicas de EEUU, o alguna argentina que traiga material yanki a pedido.

Comicnow dijo...

La verdad no lo conocía a este libraco, más que interesante la verdad. A Davis lo ví mucho cuando empezaba yo a leer comics a comienzos de los noventa, pero luego medio que le perdí el gusto. Con lo que escribiste ahora medio que me obligás a retomar contacto con el bueno de Guy.
saludos!

Andres Accorsi dijo...

Claro, seguramente vos lo viste pasar de pechofrío a crack en todos esos números de Sandman Mystery Theatre...
Para cuando llega a The Nevermen ya está prendido fuego y de ahí en adelante la rompe SIEMPRE.
Un grosso, Guy. Garpa seguirlo, a full.