el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 14 de marzo de 2010

14/ 03: OH-ROH, EL REY LOBO


Cada vez que se juntan, Buronson y Kintaro Miura se copan imaginando sagas en las que la historia de Japón pega vuelcos fumados o impredecibles, verdaderos Elseworlds históricos que abren las puertas para epopeyas grandilocuentes que, en algún punto, se las rebuscan para conectar con la historial real.
Hace un tiempo me tocó leer Japan, ese Elseworlds en que Japón era destruido y arrasado por las naciones rivales y los japoneses debían emigrar, dispersarse y finalmente reunirse para fundar una nueva nación, todo en un contexto de ciencia-ficción post-holocausto onda Mad Max, y con un par de personajes de nuestra realidad espacio-temporal que –bizarra disrupción mediante- presenciaban los sucesos de esta realidad alternativa. Y me gustó bastante, por eso me compré Oh-Roh.
Acá estamos en la misma: Iba, un historiador y esgrimista de nuestro presente, cae en un vórtice temporal y termina en la China del Siglo XIII, donde gobierna con mano de hierro Gengis Khan, que resulta no ser otro que el legendario guerrero japonés Minamotomo Yoshitsune, un personaje histórico que vivió más o menos en la misma época y cuya muerte teñida de misterio le sirve a Buronson para decir “No, en realidad no murió, se fue a Mongolia y adoptó la identidad de Gengis Khan”. Si leíste mucho comic de superhéroes, este giro limado y traído de los pelos no te va a horrorizar ni mucho menos, así que aceptemos el planteo argumental como válido y démosle para adelante.
Hete aquí que Iba tiene una novia, Kyoko, que no se resiste a perder a su muchacho y, tras seguir sus pasos por China y Mongolia, encuentra el mismo vórtice temporal, se manda de una y cae a la misma época y al mismo lugar! Y acá ya se empieza a caer todo a pedazos. Sobre todo cuando Iba y Kyoko se encuentran y el historiador se convierte en un guerrero mega-pulenta que, gracias a sus técnicas de esgrima moderna y una espada extra-large, le gana de taquito a los aguerridos mongoles del Siglo XIII… que por supuesto están retratados como unos salvajes de escaso intelecto, cuya única motivación es mostrar que son los más malos, matar a muchos tipos y violar a muchas minas.
Iba logra hacerse notar hasta terminar frente a frente con Gengis Khan, quien le revela su pasado como guerrero japonés, y como Iba también viene de la islita, el emperador más cruel, más poderoso y más aficionado a los genocidios, pega onda con el muchacho desplazado en el tiempo y lo integra a su círculo más íntimo. No les quiero contar mucho más sobre la relación entre Iba y el Khan, para no spoilear, pero es muy triste cómo Buronson la usa sólo para darle a Iba nuevas chances de trozar soldados con su espada, en lugar de indagar en el cebamiento infinito que debería sentir un historiador al que –de la nada- le cae la chance de verse cara a cara con una figura histórica de esa magnitud. Todo está puesto al servicio de la machaca y visto desde una concepción machista y retrógrada, donde todo pasa por quién la tiene más grande (la espada, claro). Cuando faltan 58 páginas para el final, Buronson se da cuenta de las posibilidades que abre la paradoja del viaje en el tiempo de Iba y, sin restarle importancia a la machaca sanguinolienta ni pelar ningún giro que no hayamos visto antes 20.000 veces, busca darle un cierre decoroso a este bizarro festival de la violencia. Y casi logra redimirse de las giladas acumuladas en las 150 páginas anteriores. Casi.
Por el lado del dibujo, tenemos a Kentaro Miura prendido fuego, mil veces mejor que en aquel aborto infumable llamado Berserk. Miura es casi un dibujante de Image transplantado a Japón. Se juega demasiado a la espectacularidad, los músculos, las armas, las líneas cinéticas, las poses impactantes, esos caballos enormes (deformes) que parecen poseídos por el Demonio, todo pasado de rosca en materia de violencia y grandilocuencia. Cuando tiene que dibujar una escena tranqui, o laburar los climas, revela sus profundas limitaciones de dibujante pochoclero (aunque no choto, ni precario).
En fin, esto es manga 100% hitero, pensado como eye-candy para la hinchada (o más bien la barra brava), sin profundidad, sin matices y sin chances de resistir una segunda lectura.

8 comentarios:

CONTRERAS dijo...

¿hasta qué tomo de Berserk leíste?

PunkSinCresta dijo...

Adhiero a la pregunta de arriba. Berserk hasta el tomo #13 es un manga de la concha de la lora, después decae un pelo con el gore despiadado, pero sigue con un buen nivel.

Noelia dijo...

Perdonnn!!! Como insultas a Berserk!!! Estupido!! Se nota que te haces el que te sabes toda pero te deschabaste con lo de Berserk mamerto!!! te leiste el numero uno y te creiste el sabelotodo del dibujo no??criticos como vos sobran por desgracia!! Mira que hasta el momento tenia mis reservas con tus criticas pero lo de Berserk me rebalso y me confirmo que sos el tipico cuadrado del comic bohemio, dibujo choto justificado con poesia...Respeta el trabajo de quienes en realidad se matan en serio en hacer algo de calidad.Me enerbaste.Sos un don nadie!!!Y si te veo en persona tenelo d seguro que me presento y te puteo en la cara.

Esteban dijo...

Sí, en serio loco, no podés, NO PODÉS decir que Berserk es malo. El mejor seinen de la historia de Japón no es material ligero como para analizarlo por el primer tomo. De hecho, si algo tiene de malo Berserk es que del tomo 30 en adelante el nivel gráfico es tan fantástico e insuperable que se patina en splashs y la historia se arrastra. Pero sigue siendo la GLORIA, eso ni dudarlo.

Ponete las pilas Accorsi.

--Esteban

Cristian dijo...

Son controvertidas tus reseñas, sin duda. Pero el objetivo de que entren y las lean está logrado. Yo sigo reivindicando el factor sorpresa de salir a la calle y revolver, y darse cuenta. Pero, che, tenés razón: Oh-ro es el segundo manga que me compré (en la Feria del libro, empecé con Japón) y la verdad, muy traído de los pelos el argumento, y muy desproporcionados los dibujos. Me cuesta ser cómplice del verosímil literario que construyen estos tipos. Yo creo que no se trata de un seinen sino de un shonen, aunque a esta altura, ya no sé a qué se le llama de una forma u otra. A veces, la percepción está pasada de rosca, y estos caballos y melenas hiperestimuladores despierten un poco más al lector medio, o al adolescente, como creo que es el destinatario de este manga. En fin, digo esto, y me subo a mi corcel de tres metros de alto la cruz, y agitando mi melena, voy tajeando paisanos al galope rumbo al almacén de la esquina, a pedirme una caña. u_u

CONTRERAS dijo...

Creo que lo de seinen iba para Berserk, Cristian, no para esto.

No he leído Oh-Roh, pero si Japan y no tiene nada que ver con Miura ni con Berserk. Para empezar el guionista de ambas obras es Buronson, así que escencialmente son cómics de Buronson. No es una mala historia, pero no es nada especial.

Berserk parte bastante mainstream en los primeros 3 tomos, pero al final del 3er tomo comienza la verdadera historia, donde la caracterización es lo más importante, y las escenas de sexo y violencia son completamente justificadas. Hay un rollo con los estados de existencia y con la causalidad que es genial.

Este arco cierra en el tomo 13, y de ahí en adelante comienza a adquirir el ritmo alargado típico de cómic serializado japonés, pero aún así conserva su genialidad.

Pengo dijo...

Hola, soy Nicolás Acosta y entré para putear por lo de "aborto infumable", que es precisamente en lo que se convirtió la versión impresa de este blog después de leer TAMAÑA infamia. "Dibujante de Image transplantado a Japón"... lo siento. Miura no es un empleado descartable, una triste pornostar buscando laburo. Es uno de los artístas más jugados y comprometidos con una obra que hayan existido. Miura ES Berserk y eso se nota muy claramente. No acusar esto bordea lo no-profesional.

Se revela uno mismo como hinchada envidiosa y no como el crítico lúcido que venía pensando que eras.

Me encanta la postura política que dejas entrever en tus reseñas: sos grosso, pero quizás por aquel entonces el ritmo del blog te hizo escribir este pifie atroz.

Concuerdo plenamente con Esteban: En los tomos avanzados el nivel gráfico es INDIGNANTEmente alto. La voracidad de avanzar la trama se atraganta con la cantidad de información gráfica de sus viñetas o splash pages. TODO lo que conforma el universo de Berserk está plasmado ahí: cada ladrillo, hoja, pelo, escama. No hay dos armaduras iguales NUNCA! Y eso que hay combates a escala LoTR. No hay atajos, ni miedos, ni ambigüedades. Decodificar lo que este monstruo detalla en sus dibujos toma MUCHO TIEMPO.

Hablas de los monstruos originalísimos de autores argentinos o europeos? Este tipo tiene "monstruo-ragia" y los pare de a miles.

La cantidad de splash pages en los últimos tomos se justifica por la escala que cobran los eventos.
´
Posta, ponete las pilas Accorsi que estás menospreciando una de las más grandes obras de arte de la historia, especialmente considerando que es la vida de un autor puesta expresamente al servicio de mostrar the beauty of ass kicking. Es casi un sacrificio humano puesto a lograr el máximo exponente del arte violento e inmoral ochentero japonés transmutado delicada, detallada y elegantemente en una bella variante del sword & sorcery.

Unknown dijo...

Puto