el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 19 de mayo de 2010

19/05: LA GRANDE TOILE


La Grande Toile es una novela gráfica de Diego Agrimbau y Gabriel Ippóliti, más conocida como El Gran Lienzo, o (por lo menos hasta que se publique en Argentina) como “la secuela de La Burbuja de Bertold”. La verdad es que de secuela tiene poco: simplemente se nos aclara que la ciudad de Butania (escenario de La Burbuja…) se encuentra no muy lejos de donde se inicia la acción de La Grande Toile.
Esta vez casi toda la trama se desenvuelve en Unánima, que vendría a ser la Antártida. Y los protagonistas son Lorenzo y Lailuka, un ingeniero y una artista plástica, entre lo cuales (pese a varios conatos de onda) no pasa absolutamente nada. En realidad, en toda la novela no pasa absolutamente nada, salvo en tres páginas, cerca del final, donde hay algo así como acción (pero sin piñas, ni persecuciones, ni tiros). ¿Cómo hace Agrimbau para llevar adelante una historia de 46 páginas en las que sólo tres tienen acción? Y, con chapa y talento. En esta historia, al girar en torno a las artes plásticas (así como La Burbuja… giraba en torno al teatro), es muy importante la contemplación. Hay mucho para mirar, el ritmo es pausado, como cuando uno camina por un museo o una galería de arte mirando cuadros, y todo invita al deleite visual pero también a la reflexión.
En La Burbuja…, Agrimbau nos proponía un debate entre recitar el discurso oficial bajado desde arriba, o sublevarse al status quo en pos de la verdad. Acá el eje del debate (omnipresente y más gráfico que en La Burbuja…) se da entre un proyecto artístico personal y un proyecto grupal consensuado, en el que la sensibilidad de muchos quedará subsumida por el trabajo colectivo. El clivaje Grupo vs. Individuo es un tópico muy sensible entre los artistas, y sobre todo entre los que (como Agrimbau) se forjaron a partir del laburo en el under. Acá ese contrapunto anima buena parte de la trama, que además se enriquece con la originalidad de las locaciones y la sensación de maravilla que estas le provocan a Lorenzo y Lailuka, y que se nos transmite a los lectores con enorme precisión. Y para adornar un poquito el gran lienzo, hay excelentes personajes secundarios, un villano encubierto apenitas obvio, y muchos diálogos memorables, que hacen interesantísima la interacción entre todo este elenco.
Al final hay un giro absolutamente impredecible y brillante que no les puedo contar, pero que le da muchísimo sentido a todo lo que Lorenzo y Lailuka hicieron (y hasta a lo que dejaron de hacer) a lo largo del libro. Esto es ciencia-ficción de alta sofisticación. Tiene un cierto regusto a ciencia-ficción ochentosa, a esas maravillas que hacían Trillo, Juan Giménez, Enki Bilal, el Loco Barreiro, Altuna, Miguelanxo Prado… pero todo es mil veces más tranqui y más fino. Olvidate del “sexo, droga y rock´n roll” de la Zona84 y la Metal Hurlant. O no, porque Agrimbau consumió ese material y se le nota. Pero esta saga tiene otra onda, otra impronta, otro ritmo, y tal vez sea eso lo que la hace tan original y tan atractiva.
Nombrábamos a Juan Giménez, Bilal y Prado y por ahí hay que arrancar para explicar por qué el trabajo de Ippóliti es monumental. El rosarino supo abrevar en la obra de estos maestros y además bancarse muchísimas páginas de 8 ó 9 cuadros, darle a cada personaje rasgos individuales, inventar las obras pictóricas que son parte fundamental del guión, crear vehículos, máquinas, edificios, vestimentas… El clima helado, las texturas que le pone a esos cielos infinitos, todo está perfectamente cuidado y hace que esa contemplación que nos sugiere el guión sea absolutamente placentera y estimulante. Realmente un laburo consagratorio, para aplaudir de pie un rato largo.
Si te gustó La Burbuja de Bertold, esta te va a encantar. Y si no te gustó La Burbuja de Bertold, dudo que estés leyendo esto, porque hasta donde yo sé, en Marte no hay internet.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una gran historieta, excelente recomendación. Concuerdo con tus apreciaciones, pero no termino de entender demasiado lo de que no es secuela de La burbuja... Lorenzo es uno de los personajes de La burbuja... Secundario, hasta cierto punto, pero es el que al final se va de la ciudad por la vía y ahí conoce a la chica en el comienzo de El gran lienzo. Y digamos que aunque cambia de teatro a pintura sigue siendo el tema central el poder, pasa que tratado de distinta manera. Abrazo! Colo

Andres Accorsi dijo...

Sí, es así, pero Lorenzo nunca hace ninguna mención a lo que sucede en La Burbuja, más allá de explicar por qué nunca llega el tren que viene de Butania. O sea que podés no haber leído La Burbuja y no saber nada sobre Lorenzo, e igual entender perfectamente La Grande Toile. En ese sentido decía yo que de secuela tiene poco y nada.

Anónimo dijo...

En ese sentido sí, claro. abrazo! C