el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 23 de mayo de 2010

23/ 05: JSA Vol.8


Acá tenemos polémica garantizada: hoy me toca hablar maravillas de Geoff Johns, mi querido clon al que últimamente se puso de moda putear (y me incluyo entre los que lo putean, obvio). Y sí, hoy lo vemos firmar algunos latrocinios que llenarían de vergüenza a los hermanos Dalton, pero hasta hace no tanto tiempo, Johns podía chapear con obras realmente notables, en las que daba cátedra de cómo se debe abordar el género de los superhéroes. Tal vez su incursión más destacada en el género haya sido la serie regular de la JSA, a la que se subió cuando James Robinson ya la había hecho arrancar, y en la que se quedó casi hasta el final, para después lanzar una segunda serie (Justice Society of America) en la que no logró mantener el nivel. Pero, no jodamos: lo que hizo Johns en la JSA entre 1999 y 2005 es muy difícil de superar y hasta de igualar.
Este tomo nos ofrece tres números de la JSA intercalados con tres de Hawkman, otra serie que en ese entonces (2003) escribía mi doppleganger. Black Reign (así se llama la saga) es uno de los picos de la ilustre etapa de Johns en la JSA. Para empezar, porque es Civil War antes de Civil War. O sea, el conflicto es entre los propios héroes, y por motivos 100% políticos. Johns quería hablar de la invasión a Irak liderada por el borracho-genocida-retrasado mental George W. Bush y se le ocurrió esta trama: Black Adam, el ex-villano que buscaba su redención de la mano de la JSA, hace rancho aparte y, junto a algunos superhéroes de la B Metropolitana, forma un grupo de asalto que toma por la fuerza Kahndaq (el país natal de Adam) para liberarlo del yugo de un dictador miserable, que tiene a la nación sumida en la ignorancia, la pobreza y la explotación. Obviamente por las malas. Y claro, como Black Adam y sus muchachos no dijeron “Estimado dictador, tenga a bien dimitir”, sino que lo hicieron boleta frente-march, el siempre aguerrido Hawkman decide tomar de prepo las riendas de la JSA y mandarse con su “tropa” a ponerle los puntos a los libertadores de Kahndaq.
Pero claro, en Kahndaq, la banda de Black Adam logró status de héroes de la patria y todo el pueblo se encolumna detrás de ellos para resistir el embate de la JSA, que con la excusa de “rescatar” a los otros superhéroes (como si estuvieran ahí contra su voluntad), se lanza con violencia sobre el país africano. El dilema moral, potenciado por las diferencias políticas, le da dimensión y jugo a la machaca de héroes contra héroes, y Johns lo aprovecha al mango. ¿Se justifica una masacre para liberar a un país de una dictadura? ¿Da para cuestionar esos procedimientos cuando lo que se necesita es un líder que reconstruya un país hecho mierda? Y como suele suceder en DC, todos los conflictos entre héroes están agravados por el vínculo. Todos son parientes, o amigos, o ex-compañeros de equipo, o incluso ex-parejas de los que tienen enfrente, y eso potencia y enriquece las tensiones.
Johns aprovecha este contexto de “guerra civil” para trabajar a full las caracterizaciones. El argumento general es potente, pero los hallazgos que más se disfrutan están en pequeñas escenas, o veces en un mínimo diálogo, que Johns dedica a explorar las interrelaciones entre este enorme y complejo elenco de personajes. No todo llega a resolverse, obvio. Por ahí faltaba un epílogo, como para pasar en limpio y cerrar con más prolijidad tantas cosas que pasan en seis episodios. Pero en tiempos en los que nos comemos sagas enteras en las que no pasa nada, no se puede criticar que acá pase mucho.
En materia de dibujo, los capítulos de JSA corren por cuenta del mediocre Don Kramer, y los de Hawkman por el más que correcto Rags Morales. Esto no es para que lo lea cualquiera: conviene conocer previamente a la JSA (y a Infinity Inc.), porque así se disfruta mucho más. Pero la lucha entre la justicia y lo legal, la lucha contra el demonio interior que te ceba para que hagas mierda al adversario, el sufrimiento del que perdió todo y se quiere vengar… esos son temas universales, que se pueden entender y te pueden emocionar aunque no lleves la cuenta de cuántas veces murió y resucitó cada uno de los 25 personajes que aparecen en la saga. Muy grosso.

7 comentarios:

Cuestionador dijo...

¡Que buena reseña,Andrés!Coincido totalmente: la JSA de Robinson, Goyer y Johns es IMPRESIONANTE, y me atrevo a decir que es uno de los mejores comics de superhéroes de la última década. Discrepo sobre lo de Kramer: a mi me copa bastante, por ahi lo de sus primeros laburos con la Society es medio flojeti, pero leé (por ejemplo) la mini JSA Vs Kobra que hizo con Eric Trautmann (viene en ascenso este grosso) y vas a ver que se nota una diferencia importante.

Cuestionador dijo...

Por otro lado,a mi lo último de Johns no me parece tan maalo...Blackest Night está mejor si seguís la serie central y los dos títulos de los lanterns (el de Jordan y el de los Corps), aunque igualmente tengo que decir que es una serie estiradísima y crossovereada al repedo, con one-shots malísimos y algunas consecuencias dan poco menos que risa (¡Murio Damage!). Igual bueno, la historia sigue en Brightest Day, que me parece que va bien...

Cuestionador dijo...

Bien en el sentido de que hay personajes como Aquaman, Firestorm y Atom, que hay que relanzarlos de una y con calidad...esperemos que Johns cumpla con eso.

Cuestionador dijo...

Por cierto Andrés...ahora que dijiste lo de la polémica...¿qué tal si reseñas JLA: Cry for Justice?Querría saber que te pareció mas que nada el guión de la mini, ya que el arte de Cascioli es fabuloso.

Andres Accorsi dijo...

Cuando salga el libro, si me lo compro o me lo regalan, con mucho gusto reseño Cry for Justice. Ya la leí, y tengo una opinión formada, pero espero a tener el libro para escribir la reseña.
Y Brightest Day no la leo ni drogado. Me entero de lo que pasa por amigos que la siguen, pero no me interesa en lo más mínimo.

jmdude dijo...

No la leas, Andres. Cagas fanta si lees eso, te arruina el cerebro. Johns es un grosso: el un torpe como nadie, pero tiene las ideas más divertidas. Se pone mersa y es imbancable, con la frase hecha de muñeco de acción, pero cuando va a los bifes, asi como corriendo, como pibe corriendo con tijera en la mano, divierte como casi nadie.

Anónimo dijo...

Aqui es donde la JSA pierde un poco la inocencia, mucha sangre y violencia grafica, y deja la sensacion B.R. de que pudiera haber sido un poco mas larga. pero es un Arc bastante pasable.