el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 5 de septiembre de 2014

05/09: EN BLANCO Y NEGRO

Gracias al generoso aporte de un par de amigos, estoy cerca de tener todos los libros que me ceban de la recordada colección de Grandes Humoristas Argentinos que lanzó Hyspamérica hace unos 25 años. Tengo tres tomos nuevos y hoy empiezo por el dedicado a la obra del maestro Alfredo Grondona White.
Primero lo más flojo: la selección abarca pocos años en la carrera del autor. Grondona White empezó a publicar con asiduidad alrededor de 1972 y este libro salió en 1989. Sin embargo, todo el material que se recopila es del período 1982-1987. Son años maravillosos en la carrera de Grondona White, pero hubiese estado bueno mechar con algo de lo anterior, para ilustrar de alguna manera la evolución del autor.
Por lo demás, este libro se parece mucho al que editó la Duendes hace unos años (lo vimos acá el 14/02/12): tiene tres historietas propiamente dichas, con relato secuencial clásico (ahí se destaca ampliamente la desopilante Cómo Perder un Día por Día), y el resto consiste básicamente en esos “ensayos ilustrados” que hacía Grondona White para la revista Hum®, en los que clavaba su escalpelo en un tema de la vida cotidiana, obviamente en clave de joda.
Esto es medio difícil de explicar, porque en Argentina nadie lo practica hace muchos años, y el lector argentino promedio perdió contacto hace décadas con la revista Mad, donde lo hacen todo el tiempo. Pero la fórmula de estos “ensayos ilustrados” es más o menos así: Grondona White planteaba un tema de la vida diaria (inseguridad en los colectivos, se enfermó mi mujer, cincuentones con parejas veinteañeras, padeceres en el micro de larga distancia…) y lo desarrollaba en seis viñetas por página, independientes entre sí, que podían leerse en cualquier orden, y que tenían por un lado un dibujo bien de comic, con globos de diálogo y todo, y abajo un texto que reforzaba, ampliaba o complementaba lo que sucedía en la viñeta. Más adelante, el rosarino simplificaría la fórmula para presentar cinco o seis dibujos por página, sin enmarcar dentro de la viñeta, sin fondos y muchas veces sin diálogos, solo con textos al pie que describían y complementaban a las imágenes.
Todo esto no alcanza ni remotamente para explicar la gracia, el poderosísimo efecto cómico que lograba Grondona White en estas páginas, gracias a su increíble sentido de la observación, su oído único para los diálogos, la mala leche de sus textos y la soltura y la expresividad de sus dibujos. No me quiero extender mucho sobre esto último, porque ya hablé bastante del dibujo del ídolo en la reseña ya citada. Pero sí en lo de lo efectivo de su humor y lo despiadado de su mirada para con la vida diaria de la clase media urbana que (sobre) vivía en nuestro país en los ´80. Pocos artistas, de la rama del arte que sea, sintonizaron tan bien y retrataron de modo tan afilado la vida del argentino medio(cre) como Grondona White. Del bondi a la oficina, de la cama a la playa, del supermercado al restaurante, todos los ámbitos en los que transcurre la vida diaria son analizados por la lupa inmisericorde de un autor que sintetizaba en su trazo finito la enorme complejidad y el patetismo extremo de la vida de nuestra clase media urbana.
Además hay que rescatar la vigencia de estos “ensayos ilustrados” , escritos y dibujados en épocas en las que no existían los celulares, ni internet, ni la tele por cable, ni muchísimas otras cosas que hoy son parte de la vida cotidiana. Sin embargo el humor de Grondona White, leído hoy, funciona en dos niveles: el de “qué hijo de puta, escribió esto hace 30 años y es tal cual lo que sigue pasando hoy”, y el de “uy, ¿te acordás cuando se fumaba a full en los micros, los restaurantes y las estaciones de subte?”. Y además hay joyas, genialidades que nos van a hacer mear de risa siempre, como las gloriosas tres páginas de Los Chicos Haciendo Cosas de Grandes, con 14 viñetas con las que se podrían hacer 14 magníficos episodios de South Park.
Dibujante de raza, narrador nato y humorista del mega-carajo, siempre conviene revisitar a Grondona White. De hecho, el otro día vi barato aquel viejo recopilatorio de El Dr. Piccafeces y me lo compré, para ir completando la bibliografía del maestro. Pronto se vienen más libros de la colección de Hyspamérica, acá en el blog.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Andres en el facebook de comicopolis vi que viene Delisle. Se sabe ya que día va a estar o no?

Anónimo dijo...

AGW es un verdadero genio del dibujo y merece una compilación total de su obra. Releerlo hoy nos hace darnos cuenta lo mal que esta el humor gráfico en la actualidad.

Anónimo dijo...

El único que tengo de esa colección es el de Cuel que lo compré la semana pasada porque estaba muy barato y para ver qué onda.
De AGW tengo algunas cosas en las Pendulo, pero tendría que conseguir el libro que editó La Duendes o éste.
Viendo en livestream una mesa redonda, que organizó el FCE por el festejo de su octagésimo aniversario, sobre nuevas plataformas de difusión, en concreto booktubers, me pregunté si nunca pensaste en mudarte de plataforma para hacer las reseñas en video.

Tornado

P.C. dijo...

Yo tengo el de Fontanarrosa, que tiene un par de historietas de Sperman. Había salido un libro en solitario de ese personaje, pero nunca se reeditó, no?

Yo de Grondona White me acuerdo que era una de mis cosas favoritas en la Humi y Humor cuando era pibe, y que después de muchísimos años volví a ver algo de él de nuevo y pensaba por qué había desaparecido. Un verdadero capo. Eso sí, no tenían un guionista esos "ensayos" ilustrados? Yo creo acordarme que los firmaba con alguien más.

Andres Accorsi dijo...

Anónimo, no me acuerdo la programación completa. Fijate que en cualquier momento la subimos al sitio web de Comicópolis, que está linkeado a este.
Me parece que Delisle es de los pocos que no van a estar los cuatro días en Tecnópolis, pero no te lo puedo confirmar.