el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 29 de noviembre de 2014

29/11: EL SINIESTRO DR. MORTIS Vol.3

Pasan los años, las décadas, y en Chile se sigue hablando del Dr. Mortis como un comic icónico, definitivo, con un sitial de privilegio no sólo en la historieta, sino incluso en la cultura popular del país vecino. Así como en 2013 me traje de Santiago los tres tomos de la reformulación más reciente del personaje (todos reseñados acá en el blog), de este úlltimo viaje me traje tres tomitos más finitos, de una colección de 12 en la que la editorial Unlimited republicó varias de las historias clásicas. Son las que uno había escuchado nombrar pero no recordaba haber leído; y es lógico, porque si alguna vez leí una historieta del Dr. Mortis (antes de estas que acabo de terminar) deber haber sido hace como 30 años. Veamos con qué me encontré.
El tomito arranca con una historia de ocho páginas, fechada en 1970. El guión es tan obvio y tan predecible que en la segunda viñeta ya sabés cómo se va a resolver. La lectura consiste simplemente en ver hasta dónde se va a estirar el relato antes de llegar al final cantado desde el arranque, incapaz de sorprender a nadie que haya leído un cuento de terror o misterio en su vida. No sabemos quién escribió el guión, pero el dibujo aparece firmado por Santiago Peñalillo, un autor correcto, de estilo clásico, que repite mucho planos y hasta expresiones de los personajes (como para hacer aún más aburida una historia que es puro diálogo), pero por lo menos no muestra errores ni torpezas. Esto está coloreado en varios tonos de rojo, que se combinan bastante bien con el blanco y el negro.
La siguiente historia tiene guionista acreditado: Juan Marino, nada menos que el creador del Dr. Mortis. Son 28 páginas que se hacen eternas. El Dr. Mortis no aparece nunca (apenas se lo nombra) y el argumento avanza muy lento, hacia un final un poco más impactante que en la historia anterior, pero muy lastrado por lugares comunes. Es una historia que hubiese sido menor (no sé si chota) en el contexto de una revista de suspenso/terror/misterio de la E.C. en los ´50 y quizás digna en las antologías tipo House of Mystery de la DC a fines de los ´60. Pero para eso tenía que durar 8 páginas, 10 a lo sumo. Al llevarla a 28, Marino lo único que hace es diluir el conflicto, restarle intensidad. En el dibujo lo tenemos de nuevo a Peñalillo, ahora en una búsqueda un poco más moderna (se nota que es varios años posterior a la primera historia), en un estilo muy cercano al de los referentes de la editorial Columba de mediados de los ´70: Lito Fernández, Cacho Mandrafina, Daniel Haupt, el primer García Durán… esa onda. Peñalillo intenta jugar un poco más al claroscuro para generar climas extraños, pero después viene un colorista bien del montón y se los hace mierda. El color está bastante retocado para esta edición y revela que muchas (por no decir todas) estas páginas están reproducidas de revistas antiguas digitalizadas y muy toqueteadas en el photoshop.
La tercera historieta no tiene autores acreditados, pero sospecho que en el dibujo lo tenemos una vez más a Santiago Peñalillo, un poco más suelto, más cerca de un Gustavo Trigo o un Enio Leguizamón, ponele. De nuevo, achatado por un color mediocre, que al digitalizarlo quedó muy opaco, por momentos muy empastado. Con 24 páginas, “Chef de Cuisine” es la mejor historia de este tomito. Tiene dos problemas: 1) podría durar 8 ó 10 páginas menos y ganar en fuerza dramática, pero se ve que la onda de los guionistas de Mortis era estirar todo lo posible cada historia; y 2) no hacía falta revelar en el último cuadrito que el villano era el Dr. Mortis con otra identidad. La historia funcionaba lo más bien como un plan macabro de un hijo de puta X, y vincularlo con el personaje del título sirve sólo para justificar que se haya publicado en esa revista y no en otra. Lo importante es que es una historia atrapante, bastante jugada para los standards de los años ´70, con personajes un poco mejor definidos, una investigación por parte de la cana un poco mejor armada y sin elementos fantásticos traídos de los pelos.
Las referencias a Columba se multiplican, porque como muchos de los clásicos de la editorial de la palomita, los clásicos del Dr. Mortis quedaron muy anclados en el tiempo, y hoy se les nota demasiado las cuatro décadas (o más) transcurridas desde que esto era “la posta”. Para el lector actual, esto es historia antigua en el peor sentido del término: el de las fórmulas remanidas, los dibujos adocenados, los personajes casi sin personalidad, los diálogos interminables que no hacen avanzar las tramas, los bloques de texto que muchas veces redundan con lo que muestra el dibujo… en fin, esa cosa herrumbrosa que hace tan difícil leer la historieta pensada y ejecutada en un contexto que no se parece un carajo al actual. Tengo dos tomitos más de esta colección, que iré leyendo (espaciadamente) durante las próximas semanas, a ver qué onda…

1 comentario:

Daniel Barragán dijo...

particularmente yo recuerdo con mucho cariño estas revistitas que eran publicadas cuando yo era un puber de primario. tanto hinchaba las pelotas, que mis compañeros de cole me apodaban el Dr. Mortis. Hoy, como adulto, tan solo me queda la añoranza ya que (como vos decis) las historias me parecen predecibles y soporiferas. a algunas cosas les pasa el tiempo.