el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 2 de marzo de 2015

02/ 03: A MAQUINA DO TEMPO

Mirá cómo una boludez (que no se le ocurre a cualquiera, pero no deja de ser una boludez) hace que el típico libro de rejunte de obra dispersa de un autor X cobre un sentido y hasta una identidad más copada. A algún genio se le ocurrió reeditar un montón de historias cortas de Adao Iturrusgarai (el brasilero radicado en Argentina) realizadas entre 1983 y 2013… de adelante para atrás. O sea, retrocediendo, como en un viaje al pasado. El libro arranca con una historieta de 2013 y termina con una 30 años anterior. El efecto es muy raro, porque invita al lector a realizar el camino inverso al que realizó Adao, desde su presente como autor consagrado hacia sus inicios como emergente del fértil under brazuca de los ´80.
Aunque, para ser justos, la evolución (para atrás) del estilo de Iturrusgarai no es tan marcada ni tan evidente como uno podría suponer. La historieta de 1983 no es tan distinta, ni en temática ni en estética, de la de 2013. Son más las continuidades que las rupturas, lo cual habla de la coherencia del autor consigo mismo y del muy buen nivel que ya tenía cuando le tocó dar sus primeros pasos. En el medio hay momentos más raros, en los que Adao amaga con agarrar para otro lado, y eso está muy bien. La página fechada en 1986, por ejemplo, nos muestra al autor en una busqueda que lo aleja de Georges Wolinski (su referente natural) y lo acerca a Philippe Vuillemin. En las páginas de 1989, Adao parece transformarse en un autor de El Víbora, con cositas de Miguel Gallardo o Bartolomé Seguí. En las páginas de 1997 y 2001 vemos la versión más limpita, más “careta” del estilo del autor, algo que me había llamado mucho la atención en la reseña del 02/04/14. En 2005, lo vemos coquetear con el minimalismo más extremo en la brillante Drink Fatal. Y de ahí en más, pueden variar las técnicas de entintado, o de coloreado, pero es básicamente el Adao Iturrusgarai que nos conquistó a todos con su onda visceral y desfachatada.
Además de Drink Fatal, la antología ofrece varias historias más realmente notables. Moscas (2013) es una maravilla, que debería ser de lectura obligatoria en las escuelas. Son tres páginas fundamentales para entender… todo. Timoteo o Timido (2011) es un muy lindo ejercicio narrativo, más experimental que cómico. Otro ejercicio muy interesante es la página sin título (y sin textos) de 2009, la del tipo que se agranda hasta abandonar el planeta. Del mismo año, O Contorno de Gregório Sancha es una muy buena historia, bizarra pero profunda, con bastante contenido como para pensar. Y también de 2009 y también sin textos, me encantó Love Story, que aparentemente es un “cover” de una historieta de Wolinski.
De 2008 me encantaron la breve pero demoledora Já Mentiu Hoje? y la desopilante O Vendedor de Respostas, que me parece que la leí hace unos años en la Fierro. De 2007, me reí mucho con Morte no Horario de Verao, una gran idea muy bien desarrollada. Me sorprendió muy gratamente el final de Festa a Fantasía (2006). Y me gustaron algunos (no todos) los episodios de Stronzata Galattica. Y ya mucho más atrás, me reí mucho con las tiras de O Fim Dos Super-Herois (1990), con chistes de exquisita mala leche. Y hay muchos chistes más muy graciosos, de pijas, tetas, borracheras, drogas y boludeces varias. Los tests tipo “¿Cuánto te va a durar el enamoramiento?” no son muy originales (los hizo durante mil años Matt Groening en Life in Hell) pero están muy bien resueltos.
También hay un par de historias cortas realizadas en colaboración: la que dibuja Adao con guión de Verde se me hizo muy larga, y la que escribe para que dibuje el maestro Laerte va muy rápido, está muy comprimida, de modo que no se llega a establecer bien quiénes son los personajes y cuál es el conflicto.
Si sos fan de Iturrusgarai, no lo dudes: pedile a alguien que viaje a Brasil que te traiga esta joya, muy bien editada por Zarabatana. Y si no lo conocés, acá te vas a encontrar con un abanderado del Humor Sin Barreras, que casi siempre renuncia al virtuosismo gráfico para irse al carajo con las ideas, con los diálogos e incluso con situaciones de la vida real que Adao reinterpreta para llevarlas al extremo del delirio, del descontrol y –obviamente- de la comicidad. Muito prazer.

1 comentario:

Luq dijo...

Iturrusgarai es un genio. A ver si mi cuñada que está en Brasil se copa y me lo trae...