el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 18 de noviembre de 2015

18/11: LAS MORADAS DE SANTA TERESA DE JESUS

Este libro es, desde su concepción, un disparate. O por lo menos un desafío extremadamente jodido, de esos que uno no termina de entender qué necesidad había de afrontar. Trece historietistas de 2015 se propusieron trasladar al comic los textos que Santa Teresa de Jesús escribiera allá por 1577 para festejar los 500 años del nacimiento de la famosa “monja andariega”.
Yo era (hasta hace un rato) un profundo desconocedor de la obra de esta señora, y me quedé atónito al descubrir que estos textos (a veces llamados “El Castillo Interior”) son una especie de libro de autoayuda avant la lettre, en los que Santa Teresa les explica a otras monjas cómo recorrer el camino del espíritu que lleva hasta Dios. No son relatos al estilo de la Biblia, tampoco son fábulas, ni moralejas, ni debates con otros teóricos del catolicismo. En cada uno de los capítulos, Santa Teresa recorre una de las siete moradas que llevan hacia Dios, hasta que “se consuma el matrimonio espiritual”. Pero esa recorrida no implica necesariamente una evolución de un punto A a un punto B, ni tampoco se queda en la descripción “física” de cada una de estas moradas. Es todo muy raro, y por suerte los distintos autores encararon las adaptaciones de distintas maneras.
El libro arranca con una biografía de Santa Teresa, narrada por ella misma, con guión de Marcos Vergara y Leo Sandler. Acá hay un relato que (como toda biografía) narra algo, va a alguna parte, y por eso es el texto más fácil de adaptar. Vergara y Sandler lo hacen muy bien, por suerte.
Después viene el prólogo: un chamuyo en el que la monja cuenta por qué, para quién y sintiendo qué se pone a escribir estos textos. Daniela Kantor rodea a esas palabras con lindos dibujos, pero no hay drogas alucinógenas que alcancen para sostener que esas 12 páginas componen una historieta.
Las “Moradas Primeras” se convierten en una historieta gracias a Alejandro Farías y Pato Delpeche, que logran que los conceptos metafísicos de Santa Teresa parezcan algo así como una narración. Hay secuencias, hay acción… pero no creas que si sólo mirás los dibujos (excelentes, por cierto) se entiende la trama. Sí o sí, para saber de qué corno estamos hablando vas a necesitar de los textos… en los que Santa Teresa te cuenta lo importante que es la oración, destaca el valor de la humildad y ofrece tips varios para emprender el camino hacia Dios.
Para la segunda parte, la dupla uruguaya integrada por Roy y Maco patea el tablero y narra 12 páginas casi sin textos de una especie de aventura que vive Santa Teresa. Al final, llegan las reflexiones: “Quien anda en el peligro, en él perece”, “No hay mejores armas que las de la cruz”. La primera parece una frase del Viejo Vizcacha, el que le bajaba línea a Martín Fierro. La segunda no la entendí, quizás porque soy ateo. El dibujo y la narrativa de Maco, brillantes.
El capítulo que le tocó a Federico Reggiani y Max Aguirre era inadaptable. De las 12 páginas, apenas dos tienen algo así como una secuencia narrativa. El resto son ilustraciones de Max, en las que Federico mete medio a presión cachos de texto que hablan de lo lindo que es ser pobre cuando se busca el camino hacia Dios. El tramo a cargo de Jorge Quién también tiene el mismo problema.
Las “Moradas Cuartas” son otro masacote de texto ya al borde del delirio, que Farías mete (mediante finos malabares) en un sinfín de bloques de texto. El dibujo de Jorge Vildoza encuentra espacio para brillar, para irse al carajo, para teñir de lisergia, de psicodelia y de freakeada los escritos de Santa Teresa. Fernando Calvi intenta algo parecido en el tramo final (también muy lleno de texto) pero se restringe a sí mismo con una grilla de seis viñetas iguales que se mantiene a lo largo de toda la “historieta”. En páginas chicas como las de este libro, meter seis viñetas implica no dejar espacio para que el dibujo se luzca y, eventualmente, explote por más potentes que sean las imágenes.
Y dejo para el final la adaptación que más me impactó, que es la de Pedro Mancini. Con un texto muy escueto (y muy fumado), Pedro convierte a Santa Teresa en una especie de Arzak que flota en silencio en un cosmos metafísico, sufre transformaciones y lanza rayos de los ojos. Todo esto con su habitual dibujo recontra sobrecargado de rayitas, de texturas y de expresividad.
En fin, esto se puede comprar principalmente porque todos los dibujantes, hicieron un gran trabajo. Los guiones… casi todos tienen que recorrer hacia arriba una cuesta MUY empinada. En todo caso, algunos funcionan como ejemplo de que en la historieta se pueden abordar temáticas que pocos teníamos en cuenta, como la autoayuda o la “orientación vocacional” para quien se cope dedicándole su vida a la religión. Amén.

1 comentario:

Ad Astra dijo...

A mi mucho no me llama, pero igual, este libro tiene el merito de haber sido recontra comentado en medios por fuera de los grupitos de historieta. Si hasta tiene exposición en el Museo Larreta! En ese sentido creo que va a un publico que trasciende el mundillo comiquero y se arrima a la obra a ver qué onda.