el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 7 de diciembre de 2018

VIERNES DE VIGILIA

Me re-cagaron. Me programaron la función de prensa de Aquaman para mañana sábado a la mañana, y entonces no puedo salir de joda esta noche, porque además mañana laburo toda la tarde. Más vale que la peli esté buena… En vez de apolillar para salir fresco a disfrutar de la trasnoche, hoy estoy acá, con un laaargo rato libre para reseñar algunas de las cositas que leí en estos días.
Encontré en una mesa de saldos el Vol.1 de Pin-Up, la serie iniciada en 1994 por Yann y Philippe Berthet, y me lo compré sin dudar. Ahora me metí en brete de aquellos, porque la serie a) consta de 10 álbumes y b) me pareció excelente.
Básicamente, lo que cuentan Yann y Berthet es cómo cambia la vida de una chica cuando un historietista famoso toma primero sus rasgos y más tarde su realidad misma para darle vida a la protagonista de una tira diaria de inmensa popularidad. Estamos en EEUU, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando el comic es una forma de  entretenimiento hiper-masiva, al punto que se lo utiliza para motivar a los soldados que pelean en los distintos frentes del conflicto bélico. Ahí va a jugarse el pellejo Joe, el novio de Dottie, mientras que esta pasa a ser la inspiración para Poison Ivy, una heroína intrépida y sexy, creada por el talentoso (e inescrupuloso) Milton. Sí, obviamente es una referencia a Milton Caniff, aquel historietista mítico de los años ´30 y ´40, tan hábil con el plumín como en la rosca con los militares y los servicios de inteligencia yankis.
El dibujante es algo así como el villano de Pin-Up (por lo menos en este primer tomo), y eso le permite a Yann abrir todo un abanico de juegos metacomiqueros, de distintos niveles de realidad al estilo Peter Kampf lo Sabía. Yann además explota a full el hecho de tener como protagonista a una chica íntegra, para nada boluda y con muchísima personalidad, en una historia ambientada en una época en la que las minas eran básicamente objetos cuyo valor estaba intrínsecamente relacionado a su belleza física.
Parte de lo que hace muy atrapante a este primer Pin-Up es que pasan muchas cosas en 44 páginas, y eso es porque Berther se morfa un montón de páginas de 10 o más viñetas. Sin embargo la narrativa no se resiente para nada, los fondos, armas y vehículos muestran un nivel de documentación superlativo y la línea del francés brilla muchísimo en ese fino equilibrio entre Luc Cornillon y Daniel Torres. Veremos si consigo a buen precio los siguientes tomitos, o si cedo a la tentación de ir directo por los integrales, qe deben costar un huevo y la cáscara del otro.
Ayer jueves me tocó conducir la presentación en Buenos Aires de Terra Australis, la nueva novela gráfica de Agustín Graham Nakamura, y obviamente me tomé el laburito de leerla previamente, para no mandar más fruta de la habitual. Terra Australis es un thriller de misterio, que amaga con ser policial pero en realidad está motorizado con elementos que provienen de la órbita de la ciencia-ficción. A diferencia de Zero Point, la obra está claramente ambientada en Argentina (en este caso, a fines de los ´80) y juega a mostrar el DNI argento en la medida justa y precisa. La trama tiene muchísimo suspenso, te logra poner bastante nervioso, y por supuesto incluye una dosis notable de acción: hay tiros, persecuciones, explosiones, poderes psiónicos fuera de control, y lo mejor es que todo sirve para que avance la historia, no es “golosina visual” para enganchar a los fans del comic bien jugado a la machaca.
Los diálogos están muy logrados, los dos protagonistas (Maia y Mosca) son fruto de un gran trabajo de elaboración por parte de Agustín, quien además se da el lujo de bajar una línea ecologista, que nos invita a reflexionar acerca del daño que le hacemos los humanos al planeta que nos tocó habitar. O sea que la lectura trasciende el mero entretenimiento.
La narrativa que despliega Graham Nakamura es bien cinematográfica, con mucha viñeta widescreen, como si quisiera convencernos de que estamos viendo una peli, no leyendo un comic. Pero además maneja muy bien los recursos propios del Noveno Arte y hasta se florea tirando homenajes a Katsuhiro Otomo y el Viejo Breccia. Visualmente, Terra Australis es belleza e impacto en estado puro, con puntos muy altos como la aplicación de las tramas de grises y esos primeros planos del villano que te hielan la sangre.
Si te gusta la historieta de género, con buenos y malos, intrigas y kilombos, y esa mezcla oesterheldiana entre elementos de ciencia-ficción extremos y gente que toma mate y es hincha de San Lorenzo, no tengo dudas de que Terra Australis te va a cautivar. Banco fuerte y espero que Agustín se juegue a contarnos (en un futuro no muy lejano) un nueva aventura con estos mismos personajes.

Nos reencontramos pronto con la reseña de la peli de Aquaman, acá en el blog.

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