jueves, 13 de agosto de 2020
MEGAMAN ROTO
Después de la dosis extra-large de X-Men que me clavé la vez pasada, mi idea era no leer más comics de superhéroes hasta fin de mes. Pero bueno, pasaron cosas.
Megaman Roto es una historieta de 82 páginas, en la que Fer Calvi retoma al personaje que surgió en 1996 en la revista Comiqueando (por ahí te suena) y que llegó a tener un par de números de su propio comic-book en Ediciones de la Urraca, también a mediados de los ´90. Lo increíble de este regreso es que, si bien Megaman siempre fue una serie que le servía a Calvi para homenajear a sus ídolos, ahora el foco se desplaza de la aventura a la meta-ficción. Como lo hiciera Grant Morrison en sus últimos números de Animal Man, acá el creador de Bosquenegro se dedica sobre todo a pensar cómo funcionan los mecanismos narrativos que impulsan los relatos protagonizados por superhéroes. El origen, los villanos, las debilidades, la motivación, la relación con otros héroes y –lo más morrisoneano- ese momento en que el personaje queda cara a cara con el autor, narrado en términos serios, dramáticos, de modo que se convierta en el pico máximo de tensión de toda la obra.
O sea que más que un comic de superhéroes, Megaman Roto es un ensayo acerca del mito del superhéroe en forma de historieta. Con una especie de recorrida histórica, incluso, por las aventuras pasadas de Megaman, pero también por la historia del género en sí, con momentos que intersectan con las distintas “eras” en las que esta suele dividirse. Y además de toda esta faceta más reflexiva, más analítica, hay también escenas de machaca grandilocuente, escenas sostenidas en el desarrollo de personajes y hasta escenas más poéticas. Ninguna le disputa el protagonismo a las ganas que tiene Calvi de contarnos qué es para él un superhéroe, cómo funcionan y por qué lo emocionan este tipo de personajes. Con lo cual todo amague de conflicto más clásico o más aventurero queda en un segundo plano. Pero está perfecto. Lo que hace único y alucinante a Megaman Roto es que se anima a apartarse del molde de las historias a las que está homenajeando y acerca de las que nos invita a pensar, para narrar otra cosa.
Después si querés nos preguntamos cómo le pegará esta historieta al que no leyó miles de comics de superhéroes y por ahí no sabe qué es un “kirby dot”, o no pesca las referencias al Superman de los años ´50, a la Silver Age de Marvel, a Watchmen, a los autores que fundaron Image en el ´92, etcétera. Por ahí los deja medio fríos. A los que consumimos, seguimos y pensamos este género, en cambio, Megaman Roto seguro nos detona los ojos, la mente y el corazón. No se le puede pedir mucho más a una historieta.
Otra cosa que me encantó es que Calvi no juega a la mímica. No acomoda su estilo (de probada versatilidad) a cada referencia visual que nos quiere ofrecer. En un momento juega a dibujar como Pablo Picasso y le sale genial. Gráficamente, es un Calvi genuino, auténtico, comprometidísimo con lo que quiere contar y con espacio para la experimentación tanto en el trazo, como en el color, como en la narrativa propiamente dicha. En este último rubro, me hubiese gustado ver menos splash pages, pero la verdad es que están dibujadas a un nivel estupendo, con una fuerza y un dinamismo que te sacuden mientras las recorrés con la vista. La verdad que a nivel visual este es un trabajo muy bestial de Fernando, al nivel de lo mejor que dibujó en su vasta carrera.
Y dejo para el final lo peor, lo más lamentable, lo que parece mentira que siga sucediendo en pleno Siglo XXI: las faltas de ortografía en los textos. ¿Cómo puede ser que nadie detecte o corrija errores (horrores, en realidad) como “horfanato” o “distorciones”? Un bajón tremendo, porque esos detalles, si bien son pequeños, opacan una muy buena edición y una historieta definitivamente memorable.
En Argentina, muy lejos de donde los superhéroes grossos nacen, se desarrollan y se exprimen comercialmente más allá de cualquier lógica, hay un autor que los leyó, los estudió y entendió todo. Megaman Roto puede ser muy raro para el que busca un comic de superhéroes tradicional, o muy “nerd” para el lector que sigue las obras de Calvi apuntadas al público adulto. Pero si sos o fuiste fan de los muchachos musculosos con capas y superpoderes, no tengas dudas de que te va a conmover. Y si no, igual lo podés leer para deleitarte con los dibujos, que son impresionantes.
Hasta acá llegamos por hoy. Gracias y nos reencontramos pronto, acá en el blog.
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1 comentario:
uh me dejaste cebadísimo (lo de las faltas de ortografía me la baja un poco, pero bueno), ya me pongo a rastrear esto
gracias por tanto, Andrés
abrazo
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