el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 23 de octubre de 2021

18 al 24 de OCTUBRE

Estoy 100% pendiente de un tema familiar complicado, así que hoy ofrezco reseñas muy breves de dos libros que pude leer en estos días. El Vol.2 de 20th Century Boys, de Naoki Urasawa, mantiene el excelente equilibrio del Vol.1. El misterio, el suspenso, la comedia, la trama conspiranoica, todo eso está ahí. Pero además suma dos elementos muy atractivos. Por un lado, vemos cómo los villanos empiezan a interactuar con y a influir en la política de Japón. O sea que ahora el thriller también cobra una dimensión política, que por el momento no explota con toda la furia, porque Urasawa prefiere cocinarla a fuego lento, y me parece bien. Por el otro lado, en un momento el autor le clava el freno a la trama de Kenji y sus amigos de la infancia en Tokio, para trasladarnos a la ciudad de Bangkok, en Tailandia, donde un violento justiciero urbano factura fortunas como sicario a sueldo, dedicado principalmente a desbaratar redes de prostitución. Son unas cuantas páginas a plena acción, a cinco centímetros de un comic de Marvel (pero con putas menores de edad), que parecen no conectar en lo más mínimo con el resto de lo que venía narrando Urasawa… hasta que en un pase de magia esta historia conecta con la de Kenji de una manera brillante, que me hizo levantarme del asiento del bondi para aplaudir al maestro. La primera mitad del tomo por ahí no es brillante, no tiene muchos momentos memorables, si bien (como ya dije) conserva intacto ese equilibrio fascinante. Pero la segunda mitad es realmente gloriosa, repleta de escenas logradísimas y que impulsan hacia adelante esta historia densa y enroscada en la que los buenos no tienen la menor garantía de encontrarse con algo parecido a un triunfo. El dibujo, como siempre, superlativo, expresivo, dinámico, preciso. Y la narrativa, impresionante, con una infinidad de recursos para ponerle onda a las largas escenas de gente hablando y con power de sobra para armar un kilombo de altísimo impacto en las escenas en las que Shogun surte gente a lo pavote. Tengo comprado el Vol.3 y ya salió el Vol.4, así que habrá más 20th Century Boys en el blog, probablemente antes de fin de año.
Leí también Gómez, la ópera prima de Gustavo Diéguez, arquitecto argentino de enorme talento para el dibujo, que incursiona ya de grande en el campo de la historieta. Visualmente es una obra muy hermosa, con un trabajo consagratorio en los fondos y decorados (lo que se espera de un arquitecto y más), donde se ve una atención a los detalles y un conocimiento realmente apabullante. Los cuerpos y las caras me hicieron acordar a Ignacio Noé, pero como un poquito más civilizado, menos salvaje que el Noé que trabajaba en blanco y negro a principios de los ´90. Como si fuera una cruza entre aquel Noé y un dibujante realista más preciosista y menos kilombero, tipo Fabián Mezquita. Y la cruza funciona bárbaro. Desde las viñetas que están claramente copiadas de fotos hasta las que son más expresionistas, más jugadas a conjurar climas y sensaciones que no aparecen en las fotos, todo el conjunto de la obra sostiene a lo largo de unas 150 páginas un nivel gráfico estupendo. Por el lado del guion, me encontré con un autor demasiado ambicioso para mi gusto. Diéguez urde una trama muy compleja, con muchos elementos, muchísimos personajes, mucha data que el lector necesita manejar para entender todo lo que pasa… y por momentos se le va de las manos, se le empantana el relato. Hasta llega a ofrecer una página de “mapa”, que le explica al lector dónde está cada personaje y qué está haciendo. Después hay un segundo tramo más breve, casi una secuela, ambientada unos años después, donde Diéguez baja un poquito las pretensiones y cuenta una historia un poco más simple, más accesible, aunque siempre dentro de un tono muy sofisticado, muy intelectual (en el buen sentido), con una hábil mezcla entre datos, elementos y personajes tomados de la realidad y otros producto de la imaginación del autor. No quiero contar mucho de las tramas, pero hay villanos nazis, complots, gente del palo de la literatura, de la fotografía, y mucho énfasis en las maravillas arquitectónicas que lució Mar del Plata en sus primeras décadas de existencia. Quiero ver más trabajos de Gustavo Diéguez en historieta, por ahí en colaboración con un guionista que esté un poco más canchero en esto de las tramas complejas y los elencos multiestelares. Nada más, por ahora. Gracias a tod@s l@s que están comprando mi libro en la preventa, y hasta el finde que viene.

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