el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 9 de febrero de 2024

PREVIA DEL FINDE EXTRA-LARGE

Bueno, ahora sí, me pongo con las reseñas que me quedaron en el tintero ayer. Me voy a España, año 1983, cuando la editorial Ikusager le encarga un álbum sobre La Batalla de Vitoria al por entonces joven y promisorio Felipe Hernández Cava, guionista de apenas 30 años, pero ya consagrado en el mercado peninsular. Hernández Cava se saca la lotería cuando quien acepta dibujar el álbum es nada menos que el maestro argentino José Luis Salinas, el mitíco, el excelso, el sublime, decidido a dibujar la obra más grossa de su vasta carrera. Pero lamentablemente, una enfermedad retrasa la labor de Salinas, quien muere en Buenos Aires a principios de 1985, tras entregar apenas la portada y cinco páginas. Unas páginas magníficas, pintadas a color directo, con un despliegue visual al nivel de sus mejores trabajos. Entonces toma la posta Adolfo Usero, dibujante español competente pero mucho más modesto, y completa el libro en pocos meses para que se publique en 1985. El cambio de dibujante se nota mucho, y el esfuerzo que hace Usero para parecerse mínimamente a Salinas es cada vez menor con el correr de las páginas, con lo cual ya sobre el final del álbum los dibujos son... no del montón, pero tampoco demasiado notables. El álbum reproduce hasta el mínimo detalle todos los movimientos de las tropas de los dos bandos que se van a enfrentar el 21 de Junio de 1813 en Vitoria (al sur del País Vasco), con el agregado de que los dibujos toman los rasgos de los personajes históricos que lideraron la contienda entre las tropas francesas (con José Napoléon a la cabeza) y el rejunte de españoles, portugueses e ingleses que querían que España dejara de ser parte de los dominios del emperador francés Napoleón Bonaparte, por supuesto cada uno con distintos intereses para nada altruistas. Si te gusta esa época de la historia española, o la historia militar del Siglo XIX en general, esto está genial porque tanto Hernández Cava como los dibujantes apuestan fuerte al rigor documental. Y claro, fiel a su estilo, el guionista se propone contarnos también la historia de la gente común. Y así aparece el plot de Vicente y Ricardo, dos hermanos que van a pelear en bandos enfrentados y el impacto que genera esto en su familia. Y también esos diálogos agudos y amargos acerca de las guerras, sus motivos, sus consecuencias y su rol deshumanizador y creador de miseria y dolor para muchos y gloria para pocos. Obviamente esta es la parte que a mí más me gustó, cuando Hernández Cava hace reflexionar a los personajes acerca de lo que está sucediendo y de cómo esto altera la vida no solo de los militares, sino de la gente común que muchas veces no entiende ni por qué carajo se están peleando pero igual paga los platos rotos. Esto no es la gloria, primero porque Salinas dibuja muy poquitas páginas y segundo porque Hernández Cava tiene guiones muy superiores a este. Pero es una buena historieta histórica, hoy medio olvidada, que merece por lo menos una lectura.
En 2023 se publicó en Chile y Uruguay la novela gráfica Bajo el Ala del Cóndor, primera colaboración entre un guionista uruguayo de primera línea (Rodolfo Santullo) y un dibujante chileno también de primer nivel (Gonzalo Martínez). A quienes siguen este blog hace un tiempo, no hace falta explicarles quiénes son estos señores y por qué soy fan de ambos. Creo que lo más difícil de explicar es por qué si en Chile y Uruguay esta obra salió a través de Planeta Cómic, en Argentina fue ninguneada por Planeta y saldrá a través de Historieteca. El resto, se entiende fácil. Bajo el Ala del Cóndor es una aventura en la que una periodista uruguaya, joven e intrépida llamada Georgina Remi (sí, claro, es un homenaje a Georges Remi, mucho más conocido como Hergé) se involucra en un caso que la lleva de Montevideo a Buenos Aires y de ahí a Santiago de Chile, en un intento por develar un misterio que viene de la época en la que los tres países padecían sendas dictaduras militares y que tiene que ver con la desaparición de valiosas obras de arte. Pero como Santullo es mucho mejor guionista que Hergé, no se parece a un álbum de Tintin, sino más bien a uno de Gil Jourdan, de Maurice Tillieux, el maestro del género detectivesco del comic franco-belga clásico que además (como Santullo) sabía meterle a sus tramas sutiles pinceladas de humor y una bajada de línea siempre acertada. Así tenemos una trama ágil, concisa, que no pierde el tiempo en boludeces y que se resuelve de manera lógica y consistente, sin recurrir a ningún deus ex machina bizarro. Estamos hablando de autores que comprenden perfectamente la dinámica de la aventura, de la narración de género, en general, y que encontraron una excelente excusa para ambientar su primera obra en conjunto en locaciones que les son familiares a ambos. Rodolfo y Gonzalo pegaron mucha onda, la pasaron bomba y ese disfrute queda impregnado en cada página del álbum. Y se transmite al lector, que es lo más importante. Bajo el Ala del Cóndor es un relato atrapante, cercano, posible, con acción, suspenso, buenos diálogos, buenos dibujos (por momentos Martínez se va al recontra carajo con la arquitectura, su otra pasión, y dibuja lugares y edificios típicos de las tres ciudades con un nivel de detalle que te hiela la sangre) y una mirada actual acerca de los años más oscuros de la historia de Sudamérica. No sé exactamente cuándo llegará la edición de Historieteca a las bateas argentinas, pero desde ya recomiendo tirarse de cabeza el día que se anuncie la preventa, porque se van a encontrar con un muy buen comic. Y porque además hace falta que los creadores de los distintos países de Sudamérica se encuentren más y colaboren más a menudo. No recuerdo una obra anterior a esta con un autor uruguayo y otro chileno... y son países que están al toque y donde se habla el mismo idioma, no son Rumania, ni Bostwana, ni Myanmar. Ojalá pronto haya luz verde para nuevas aventuras de Georgina Remi. Nada más, por hoy. Disfruten del finde extra-large y nos reencontramos pronto.

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