el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 18 de diciembre de 2024

MEDIODIA DE MIERCOLES

Un poco porque lo tenía a mano (lo conseguí hace unos días en una librería de usados de San Pablo), un poco porque quería escribir sobre esta serie en el sitio web de Comiqueando, me leí el álbum de Lola y Ernesto editado en 1990 por La Cúpula. Son historietas que yo había leído de modo muy salteado, incluso en desorden, en varios números de El Víbora, de los años 1988-89. En aquel entonces ya me gustaba muchísimo el dibujo de Bartolomé Seguí, y ahora me gusta mucho más, tanto sus trabajos más actuales, como estos que tienen ya más de 35 años. El Seguí de Lola y Ernesto exhibe un trazo que combina a Jaime Martín con Sanyú, un combo devastador al que se le suma un manejo magistral de la aplicación de los grises y cositas que recuerdan a los primeros trabajos (también en blanco, negro y grises) de Daniel Torres. Una línea muy idónea para lo que quiere contar el autor, que es básicamente una comedia romántica, un When Harry Met Sally español. La serie nos cuenta momentos en la vida de Lola y Ernesto, una pareja moderna que vive en Barcelona y disfruta a pleno de la apasionante movida nocturna de la hermosa Ciudad Condal. Es la época en la que Barcelona está en plena transformación, con la mira puesta en los Juegos Olímpicos de 1992, y en sus calles (ahora menos turbias que las que veíamos en las historietas de El Víbora de principios de los ´80) se respira optimismo y ganas de salir de joda, ser felices y, en una de esas, enamorarse. Lola y Ernesto se conocen por casualidad en el primer episodio y pronto se empieza a armar un romance que -no sin contratiempos- se va a sostener a lo largo de toda la serie. Seguí nos invita a recorrer restaurantes, cines, centros comerciales, discotecas y playas, como un guía turístico que no le tiene miedo a la parte no turística de las ciudades que visita. Los romances, celos, choques, rispideces, borracheras y malos entendidos entre los protagonistas y su peculiar grupete de amigos le agregan sal y pimienta a un relato muy distendido, a años luz de la peripecia, donde la violencia solo aparece de manera accidental. Los diálogos son mordaces, agudos, por momentos desopilantes y siempre cargados de referencias a actores, actrices, músicos y hasta políticos de fines de los ´80. Pero, más allá de las marcas de época, las no-aventuras de Lola, Ernesto y sus amigos son un canto a la vitalidad, repletas de realismo, humor y alta onda. Seguí va a equilibrar perfectamente la comedia costumbrista con el romance e incluso nos va a pegar un golpe bajísimo cerca del final, cuando César, el amigo gay de la pareja, descubre que tiene HIV y decide quitarse la vida. También había espacio para el drama en la mágica Barcelona de fines de los ´80. Incluso aparece en escena la temática del aborto, en el último episodio, cuando Lola está encinta y -como en 1988 el aborto no era legal en España- la pareja viaja a Inglaterra a ponerle fin a ese embarazo no deseado. Nada va a salir según lo planeado, pero Seguí se va a divertir llevándonos por calles, museos, teatros, tiendas, parques y pubs de la capital del Reino Unido. Un álbum bien escrito, bien dibujado, donde no se siente como algo negativo ni aburrido la falta de conflictos fuertes, donde la única cagada es que hayan dejado afuera el hermoso episodio a todo color de Lola y Ernesto que apareció en el nº111 de El Víbora. Fuera de eso, estamos ante un gran viaje por una ciudad y una época que nos quedan lejos, pero son lo más.
Sigo tratando de completar la colección de los comics de The Escapist que publicó Dark Horse a principios de este milenio, y conseguí el librito que reedita el material de los dos primeros prestiges. todo basado en el personaje que crean los protagonistas de The Amazing Adventures of Cavalier and Klay, la magistral novela de Michael Chabon. Este librito tiene unas 160 páginas, y un solo problema: Kevin McCarthy. Más adelante, este guionista va a aportar buenos trabajos a esta antología, pero acá, en los dos primeros números, no solo escribe un montón de guiones (seis, nada menos) sino que todos son entre aburridos, decepcionantes y definitivamente chotos. Pobre pibe, no da pie con bola. Y duele, porque le dan esos guiones a dibujantes superlativos, genios de la talla de Bill Sienkiewicz, Kyle Baker o Dan Brereton, y dibujantes dignísimos como Steve Lieber. Incluso McCarthy dibuja una historieta (cortita y en joda) y es mejor como dibujante que como guionista. Obvio que cualquier cosa dibujada por Sienkiewicz, Baker o Brereton es una fiesta, y se disfruta aunque los guione sean pedorros. Pero bueno, uno quiere que el lujo sea completo. Otro guionista que quedó por debajo de mis expectativas fue Glen David Gold, que deasprovecha la oportunidad de lucirse en una historieta de 21 páginas dibujada con todas las pilas por el inmortal Gene Colan. De la dupla integrada por Mike W. Barr y Val Mayerick no esperaba casi nada, y eso es lo que puedo rescatar de su participación. La mejor historieta "de dupla" es claramente la primera, escrita por el mismísimo Michael Chabon y dibujada por el más que correcto Eric Wight. Y tenemos también a itros dos autores integrales, uno más legendario que el otro: Jim Starlin aporta una historieta casi muda, poética y extraña, mientras que Howard Chaykin la rompe con una historia de 10 páginas, que por suerte no será la última que realice con The Escapist. Una vez más, me deleité con los textos apócrifos en los que varios especialistas en historieta injertan retroactivamente en la historia del medio a The Escapist, como para darle sustento a la ficción (nacida en la novela de Chabon) que lo presenta como un personaje vigente desde la Golden Age. La portada de Chris Ware, otra exquisitez. Y sí, me quedé con las ganas de leer más guiones impactantes y copados. Pero me quedo con los maravillosos dibujos de un puñado de ídolos, que representan un porcentaje generoso de la antología. Me faltan dos libritos de 80 páginas para completar todo lo que me interesa tener de The Escapist. Ya aparecerán. Nada más, por hoy. Nos reencontramos por acá ni bien tenga más material para reseñar, y si no, el miércoles 25 nos vemos en el canal de YouTube de Comiqueando, con una nueva emisión en vivo de Agenda Abierta.

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