el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 15 de junio de 2010

15/ 06: MAIL ORDER BRIDE


Mark Kalesniko nació y creció en Trail, una ciudad de la región canadiense conocida como Columbia Británica. Cebado mal con los comics desde chico, en 1981 se mudó a las afueras de Los Angeles, para inscribirse en el California Institute of Art. Ahí obtuvo su diploma en Animación de Personajes y empezó a trabajar como dibujante en distintas producciones, principalmente para Disney, donde durante años trabaja como diseñador y animador en películas como La Sirenita, El Rey León, Mulan y Atlantis. Pero desde 1990, Kalesniko alterna su producción entre la animación y los comics, hasta publicar en 2000 la que –por ahora- es su obra maestra. Y subrayo el “por ahora”, porque en Agosto saldrá Freeway, una nueva y ambiciosa novela gráfica en la que lleva años trabajando.
Pero centrémonos en Mail Order Bride, la obra con la que el canadiense ganó prestigio y premios en todo el mundo, la que le permitió abandonar definitivamente la animación y ponerse a trabajar full time en historietas. Estamos frente a 260 páginas de historieta, o sea que lleva un rato. Pero es sencillamente GENIAL (por algo ganó todos esos premios).
Mail Order Bride es la historia de Monty Wheeler, un geek patético que tiene un negocio de comics y juguetes en un pueblo de Canadá, y que llega virgen a los 39 años. Al tipo no se le ocurre mejor idea que comprar una novia por correo a una empresa coreana que les ofrece a los norteamericanos una vida de lujuria junto a sensuales y sumisas geishas orientales. Pero claro, Kyung no es una action figure, sino una persona, y ahí es donde empiezan los problemas.
Acá Kalesniko se revela como un narrador completo, que sabe perfectamente cómo meterte en su historia, cómo enroscarte, como llevarte de la nariz y hacerte sentir lo que él quiere que sientas. Hay secuencias pensadas para DESESPERARTE (así, con mayúsculas), para dejarte pensando, para amargarte, para shockearte, para que te quede BIEN CLARO que no leíste “un comic más”. Kalesniko es cualquier cosa menos intrascendente, y eso se debe a que el tipo PONE TODO. Hasta su propia vida, que no tiene reparos en exponer, mínimamente camuflada detrás de sus personajes.
Como todos los artistas que vienen de la animación, Kalesniko tiene un manejo supremo del timing, de la secuencia muda, de cómo usar el tamaño de la viñeta para manipular el clima del relato. Como también es típico en la animación, elabora muchísimo los fondos (mucho más que a los personajes) y conoce el verdadero valor de las expresiones faciales. Pero dos de sus máximos logros poco tienen que ver con su trabajo en la industria del dibujo animado: Por un lado, su espectacular dominio del blanco y negro y por el otro, la temática 100% adulta, jodida y arriesgada que aborda. Como guionista, Kalesniko tampoco falla: Kyung y Monty se nos presentan al toque como personajes creíbles, a los que el autor deja evolucionar, dota de millones de herramientas para gambetear las obviedades (y los finales felices!) y aún así, no tiene reparos en faltarles el respeto, en desnudar frente a nuestros ojos sus miserias y sus contradicciones.
Mail Order Bride es una historia profunda, vibrante, sofisticada y visceral a la vez, en la que los estereotipos se caen a pedazos y el choque entre las expectativas de los protagonistas produce esquirlas de esas que se te clavan en el bocho para siempre. Historieta Perfecta, sin duda alguna, dibujada meticulosa, sutil y hasta irreverentemente por un maestro de la narrativa, la secuencia, el diálogo, la ambientación, el lenguaje corporal y el compromiso con historias fuertes, creíbles y “de hondo contenido humano”, como dicen los críticos-de-cine-a-sueldo-de-las- distribuidoras cuando les encajan por el orto esos bodrios con Meryl Streep y Susan Sarandon.
Sigo contando los días que faltan para leer Freeway…

1 comentario:

Joe dijo...

Me encantó éste comic, te hace sentir una basura como hombre, porque en mas de una ocasión te sentís identificado con Monty Wheeler, o será que soy tan geek y tan patético como él sea como sea, el comic es horriblemente genial y perturbador.

jlg