el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 7 de octubre de 2010

07/ 10: THE BOOKS OF MAGIC


Me cuesta leer objetivamente (o algo así) a Neil Gaiman. No sé por qué. Por ahí es porque es uno de los pocos autores mega-consagrados con los que uno compartió, además de entrevistas o conferencias en eventos, salidas, comidas, aventuras, viajes y hasta una habitación de hotel durante varias noches. Y muchas charlas y muchas risas, porque Gaiman es un tipo muy gracioso. Algún día escribiré mi biografía y habrá un capítulo para las peripecias que me tocó vivir junto a Neil en la Patagonia, algunas de las cuales él narró en su momento en su blog…
Pero ahora es momento de reseñar esta obra, la cual había leído una sóla vez: hace 20 años, cuando salió serializada en cuatro libritos prestige. La verdad es que envejeció bien. De todos los trucos que pela Gaiman (capo de la prestidigitación comiquera, si los hay) el único que ya no sorprende es ese tono con el cual todo el tiempo se mencionan hechos y personajes sin llamarlos por su nombre, ese show de las referencias veladas a eventos y momentos en la historia del Universo DC (acordate que en 1990 no existía Vertigo) que en aquel entonces era novedoso y hoy no, hoy parece una estupidez de geek vergonzante. Pero hace 20 años, que Boston Brand tuviera un rol destacado en una saga y nunca apareciera en su típico traje rojo y nadie le dijera “Deadman” era grosso. O que Zatanna blanqueara casi de keruza un viejo romance con John Constantine te emocionaba a full.
The Books of Magic, más que narrativo, es descriptivo. Cuatro tipos curtidos en las artes místicas van a llevar a Tim Hunter (un púber británico al que le ven uña de buen hechicero) a recorrer la historia desde su inicio hasta el final de los tiempos, y en el mismo pack turístico, un paseíto por las dimensiones ocultas adyacentes a la nuestra. La onda es presentar más o menos ordenadamente todo el abanico místico del Universo DC, y Tim Hunter es medio la excusa. De hecho, después de esta saga nadie volverá usarlo durante tres larguísimos años. Pero Gaiman aprovecha para sembrar a futuro y le mete unas cuantas cositas atractivas al personaje, incluso sin saber que lo iba a poder retomar en Children´s Crusade.
El otro concepto de The Books of Magic que se retomará años más tarde (aunque con mal tino y peores resultados) es el de la Trenchcoat Brigade, un no-grupo integrado por los cuatro veteranos de la magia que guían a Tim en su viaje iniciático. Dos de ellos muy grossos (Constantine y el siempre amargo Phantom Stranger) y los otros dos, personajes que hasta 1990 acumulaban poquísimas apariciones y casi ningún fan: Doctor Occult (un eterno tercerón que la remaba desde la Golden Age) y Mister E, un ignoto y sacado ocultista ciego, rescatado por Gaiman del más absoluto olvido. Lógicamente, el personaje menos conocido resulta siempre el más toqueteable por los guionistas y así es como Mister E será el único de los “consagrados” que se vea más o menos alterado por los sucesos de este libro que –repito- son mínimos, porque la onda no es para nada narrar una epopeya, sino más bien cartografiar un sector semi-inexplorado del DCU.
Los cuatro dibujantes elegidos comparten un estilo pictórico, pero no mucho más. John Bolton es el más completo, Scott Hampton es el que dibuja las expresiones faciales más creíbles, Charles Vess es el que narra mejor y Paul Johnson, que es el que dibuja “menos bien”, es el que más y mejor se zarpa a la hora de jugar con las viñetas y la puesta en página. El guión de Gaiman les da a los cuatro la oportunidad de brillar, con splash pages (ideales para artistas con estilos tan proclives a la ilustración) y con climas y situaciones que cualquier dibujante quisiera plasmar (el infierno, el fin del universo, mundos de hadas y duendes, la caída de Atlantis, etc.). Les cobra peaje, obviamente, porque todos los episodios tienen su buena dosis de cabecitas que hablan, y en 1990 en los comics se hablaba más que ahora, sobre todo en un libro que se proponía explicar un montón de cosas. Pero los cuatro jinetes se la bancan con mucho decoro y le ponen huevo también a las secuencias llenas de diálogo y con cero acción. La peor parte se la lleva Hampton, que casi no dibuja otra cosa, pero lo hace con mucha onda y le pone mucha humanidad, mucha carnadura a las legiones de magos que le toca dibujar.
Esto no se parece demasiado a las otras obras de Gaiman y no se le puede decir ni mu al fan de Gaiman que la pasa por alto. Pero si te gusta el DCU, o los personajes místicos en general, esto es sumamente power, por lo que pasa en limpio, por lo que siembra a futuro y porque además son casi 200 páginas muy bien escritas y muy bien dibujadas. No es poco.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé por qué esta reseña me recordó mucho al sketch de ChaChaCha: "Yo como con las estrellas", donde el gordo Casero parodiaba a Mirtha Legrand y el cholulaje vacuo en general, donde es más importante demostrar cómo uno se codea (o se codeó diez años atrás, aunque haya sido más suerte que otra cosa)con famosos que lo que estos tengan para decir.. Cambiá de gordo y ¡zas!, tenés una reseña paposa de Los Libros de la Magia.

Anónimo dijo...

Negro, estóy buscando un especial de Spiderman llamado Daily Bugle, que contaba historias del diario en tono de novela negra. Lo editó Forum hace años ¿Donde lo podré encontrar para bajarlo?

Andres Accorsi dijo...

Yo no sólo como con las estrellas, Anónimo. También duermo con ellas! A mí favor debo decir que mis experiencias con Gaiman y demás bestias no fueron vacuas. Aprendí millones de cosas charlando con ellos!
Y no, otro Anónimo, no tengo ni la menor idea de la existencia de ese comic como para orientarte...

Redskull dijo...

YYYy a mi si me gusto, que queres que te diga, me copo, por supuesto, sandman y aledaños le pasan con una aplanadora, pero esta bien narrada, y bien contada, ademas de tocar el tema de la magia de dc de manera interesante.

Anónimo dijo...

Neil Gaiman es tan culpable como Tim Burton de toda la onda emo maricona que vino despues

Andres Accorsi dijo...

Jajaja! Eso decía Garth Ennis! Y algo de razón tiene. Pero a mí no me molesta la onda "emo maricona", por ende no me da para pasarle factura ni a Gaiman ni a Burton...

Patricio dijo...

Mira me parece que de esto puede haber salido Harry Potter o no?.

Andres Accorsi dijo...

Obviamente Harry Potter sale de Tim Hunter. No hay discusión posible al respecto.

Luciano Saracino dijo...

Leí Los Libros de la Magia en Valencia, hace ocho años, y después lo dejé en la biblioteca, sin saber muy bien qué tipo de obra era.
Ayer leí esta reseña y me llevé el libro a la cama (en Flores, claro). Verdaderamente, a mí con los años me gustó más este libro.
Y tu reseña me marcó un buen camino para re-leer.
Eso es lo bueno de este blog (o una de las cosas buenas, claro): se conocen historietas que en la puta vida uno oyó nombrar y se puede tener una nueva visión de historietas que uno tiene en la casa.
Naturalmente, yo me compro de cabeza tu biografía, Andrés.
Y en la próxima sobremesa ya sabés sobre qué te voy a preguntar.

Abrazos!