el blog de reseñas de Andrés Accorsi

lunes, 1 de noviembre de 2010

01/ 11: PREACHER Vol.4


En su momento, hace como 15 años, cuando todos los meses me compraba la revistita de Preacher, me pareció medio ladri que Garth Ennis empezara a sacar mes por medio un spin-off de la serie, en parte porque al mismo tiempo el irlandés escribía no menos de cuatro series regulares y uno quería que se pusiera las pilas en Preacher (y después en Hitman) y se dejara de joder. O sea que dejé pasar muchos de los comics que interesectan con la saga de Preacher. Años después, cuando me deshice de las revistas y empecé a armar la colección en TPBs, me encuentro con que algunos de esos especiales aparecen en los libros integrados a los episodios de la saga central y otros no. Los que no, están todos juntos en este libro, considerado (a partir de no sé qué reedición) el Vol.4 de Preacher, y cuando me lo compré para completar la colección de 9 TPBs, me encontré con varias historietas que no había leído nunca.
Cuando salió (repito, hace mil años) había leído el especial de Arseface y me había gustado mucho. Ahora me gustó bastante más. The Story of You-Know-Who es un slice of life ido muy, pero muy al carajo, casi sin sexo, bastante droga y un poco de rockanroll. Y unos diálogos fastuosos y un personaje (el sheriff Root) que se devora la trama cada vez que aparece. El dibujo corrió por cuenta de Richard Case, dibujante tan eficiente como sub-valorado y está muy bueno.
Y ahora descubrí por primera vez el especial de Jody y T.C., The Good Old Boys, un canto a la grosería, la violencia más extrema y la mala leche más corrosiva. Esto es apenas para divertirse un rato, no esperes que te deje mucho más. Pero en ese contexto, garpa. Jody (la máquina de matar) y T.C. (la máquina de empomarse animales) se suman a la vasta galería de personajes desagradables y chocantes que pueblan los comics de Ennis en una historia menor, pero impactante. Y Ennis la hace bien, porque nunca muestra lo que el lector todo el tiempo quiere ver: a Tommi, la periodista sexy, garchada por alguno de los tipos a los que les revoluciona las hormonas. Un manifiesto más de Ennis contra la historieta convencional, de malos y buenos, de damiselas en peligro y finales con moraleja. O más que un manifiesto, un “fuck you” bien vulgar. Dibuja otro maestro poco valorado en EEUU (pero ídolo en el Reino Unido), el español Carlos Ezquerra.
Tampoco había leído nunca la mini del Saint of Killers, en la que Ennis forma equipo con Steve Pugh (también miembro de la Legión de Super-Dibujantes Sub-Valorados) y Ezquerra (que cubre a Pugh en uno de los episodios) para sacudirnos con un western escalofriante, extremo y visceral. Toda la faceta sobrenatural del Saint, todo lo que hace a su origen y demás está muy bueno, pero todo es mucho más grosso si lo leés como una de cowboys. Ahí te pone los pelos de punta. Y además te deja en claro de dónde sale la versión actual de Jonah Hex. Los puntos de contacto son tantos, que el Saint no es Hex sólo porque Preacher era una serie propiedad de sus autores y Hex es propiedad de DC. Si tenés estómago para la violencia, la sangre y la crueldad en dosis aberrantes, esta saga te va a cambiar la forma de pensar el género del Oeste. Si no, salí corriendo, porque esto te perfora el alma a tiros.
Y bueno, este tomo no es trascendental y si te lo salteás no importa. Por supuesto, si lo leés vas a entender y disfrutar mejor algunas de las cosas que pasan en Preacher, pero si no, no pasa nada. Igual sería injusto considerarlo “de relleno”. Es accesorio, sí, pero no es más relleno que varias de las sagas que escribió Ennis en la serie mensual, que está obscenamente estirada. Acá en vez de agarrar una idea boluda y hacerla durar seis números a como dé lugar, tuvo tres ideas distintas (algo insólito en un TPB de Preacher) y desarrolló cada una en la cantidad justa de páginas. La consigna de The Good Old Boys se pasa un poco de cabeza, pero las otras dos están buenas y el sólo hecho de no durar el triple de lo que deberían (como Dixie Fried o Salvation, por ejemplo) las hace brillar con luz propia en la mitología preacheriana. Historia antigua, sí, pero muy copada.

5 comentarios:

Patricio dijo...

Sí a mi me paso eso con Preacher , como que está estirada, fijaté que incluso no le he leído entera deserté, en esa saga en que le hacen un excorsimo a Jesse Custer en Louisianna. Creo que la mejor que leí es la saga donde se encuentra con su "familia", nunca la serie recuperó ese nivel de tensión, crudeza , humor, la seguí leyendo esperando enconrarme con algo similar, pero la sagas siguientes, la de ese tipo De Sade, la del Papa y ese nazi, no están mal pero palidecen en comparación a la de la familia.

Andres Accorsi dijo...

Yo recomiendo leerla hasta el final. Pero sí, está claro que el nivel de los primeros 18 números no lo volvés a ver más adelante. Hay sagas muy estiradas y otras que están directamente al pedo. Y en el medio, si le tenés paciencia, cosas copadas, heavies y emocionantes. Pero no para bancar 66 números. En 40 números se podría haber contado lo mismo, mucho mejor.

Juan Ferreyra dijo...

Lo primero que lei de preacher fue exactamente el Vol2 , el que dicen uds, el de la familia y no sabia nada de nada, no tenia y idea lo de el poder de Genesis, y en ese arco le sacan el poder, y no aparece Cassidy, asi que salvo por la escena en la que se queman los tipos, el resto es una historia Normal (bah, normal, jaja) Y me impacto muchisimo, me encanto y si, es la mejor de todas las historias, al final cuando Jesse mata a todos te sentis como supercontento que los cague matando a todos, son tan hijos deputa durante todos esos numeros que festejas sus muertes, grosso!
El tomo de Cassidy de vampiros en Nueva Orleans esta bueno tambien.
El especial de los caballos, a pesar de estar dibujado por dillon es muy malo y esta de sobra mal.

Anónimo dijo...

Esta fue una de las series (junto con Sandman) que comencé a coleccionar luego de haber leído Watchmen y de experimentar la necesidad de leer historietas diferentes a las que venía consumiendo. Compré el tomito de Ed. Zinco que recopilaba los primeros cuatro números y ensegudida decidí que quería formar parte de la legión de lectores de Ennis. Ese primer arco es excelente, recuerdo haberlo releído hasta el hartazgo –en verdad nunca me harté-, disfrutando hasta el olor de las hojas y acabando (ja) por pulverizar la mísera encuadernación. Ese tomito, junto a la historia de Arseface, fueron las cartas de presentación que use para cebar a medio mundo con la serie, aunque nunca logré que nadie se comprara un puto número. Puedo asegurarles que leer la historia de Arseface a los quince años me produjo el impacto de una bala de escopeta en la cabeza.
La del Santo es muy buena (aunque admito que la aparición del demonio en el capítulo dibujado por Ezquerra le quita todo el dramatismo que venía construyendo el relato) y tienen el mérito de hacerle disfrutar una historia del lejano oeste yanqui a un lector al que el Western se la suda.
Lamentablemente existen momentos como “Salvación” o esos números de apología a Vietnam que tanto fascinan a Ennis, la ponderación de John Wayne y su “a la mierda el comunismo” más la cada vez menos trabajada faz gráfica (que empieza de puta madre y que –a mi gusto- hubiese terminado todavía menos elaborada si la serie se extendía 10 números más). Y es verdad, si la serie hubiera durado 40 números sería impecable, y no me generaría esa sensación de cosa grotesca al mango injustificada y sin gracia (como cojerse un churrasco) y violencia excesivamente al pedo (bar, puteadas y gresca) que termino teniendo luego de 66 números.
Perdón por la extensión.
Saludos.
PB.

Iñaki dijo...

Coincido en todo lo observado, Andrés. Y aprovecho para contar mi experiencia: en el 2005 (tenía 35 por entonces) me embarqué con un amigo en la aventura de hacer una película contada en fotos. Para tal movida, me hice la pregunta "¿Y cómo se cuenta una historia en imágenes fijas?", y me contesté "Bueno, el cómic". Confieso que el último cómic que había leído, probablemente, había sido "Mi novia y yo", allá por la década del '80. Y alguna que otra FIERRO de la época, pero no mucho más. Hasta esta oportunidad que aquí te cuento. Me metí en Internet, puse "Comic" en Google, y en la página "Guia del Comic" encontré a Predicador. Y un mundo nuevo se abrió para mí.

Desde entonces, y gracias a Jesse Custer (o mejor dicho, a Garth Ennis) soy un adicto al 9no Arte. Me confieso fan de Ennis, Mark Millar, Trillo, De Santis (ya lo era por su prosa), Azzarello, Warren Ellis, Morrison, Frank Miller, Straczynski y una lista interminable. Incluso, he publicado en mi provincia (Mendoza) un par de comics en revistas locales. Y todo, gracias al predicador que persigue a Dios por este mundo.

Genial el blog, Andrés. Y desde que te conocí a través del documental "Imaginadores", te sigo y sigo tus críticas fervientemente. Si alguna vez visitás mi provincia, te invito un Cabernet Sauvignon para brindar por el fantástico mundo del comic.

Te mando un gran abrazo desde la cordillera.