el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 18 de marzo de 2011

18/ 03: ULTIMATE FANTASTIC FOUR Vol.3


Hace… nada, me tocó leer un comic de Warren Ellis en el que los malos eran los Fantastic Four. Ahora el mismo Ellis me cuenta una historia en la que los Fantastic Four son los buenos. ¿Qué es esta panquequeada? ¿Estamos todos locos?
Un poco sí. Y un poco la respuesta pasa por el poder icónico de estos personajes, a los que un mismo autor puede interpretar de modos diferentes. Pero yo propongo una tercera variante: ¿Quién dijo que los FF del Universo Ultimate son héroes? Por lo menos en esta saga, no lo son. Son científicos bancados por el gobierno que viajan a una dimensión adyacente para explorarla en beneficio propio. No es una gesta heroica, no viajan para impedir que la Zona Negativa explote, o invada a nuestro mundo, ni para liberar a otros seres prisioneros de Annihilus (perdón, Nihil). De hecho, Reed le chorea al villano un rayo mortífero y se lo entrega al General Ross para que el ejército yanki lo investigue y lo replique… Y no estamos hablando de una vacuna contra el cáncer, sino de un arma más peligrosa que el PRO. O sea que entre aquellos FF pasados de rosca que hacían de malos en Planetary y estos Fantasteen Four del Universo Ultimate hay diferencias, pero tampoco tan tajantes.
Como todas las sagas de UFF, esta va lento, porque se toma el laburo de explicar TODO de forma racional y creíble. Lo que en los comics de Lee y Kirby era maravilloso, bizarro y espectacular, acá es lógico, coherente y no por eso menos espectacular. Ellis usa las extensas explicaciones no sólo para dotar a la historia de un contexto más “realista”, sino también para estirar. El argumento de esta saga no resiste ni en pedo las más de 130 páginas que dura, y el guionista encuentra la forma de que toda la perorata científica se haga llevadera y funcione –como los diálogos graciosos y los chistes- para llenar páginas de modo llevadero, aunque no dinámico. Para que te des una idea, el tomo se lama N-Zone y se trata, ni más ni menos, de la primera incursión de Reed y los suyos en la Zona Negativa. Pero llegan a la zona recién en la página 44! Todo lo anterior es el chamuyo previo, el foreplay. Y el resultado es una historia sólida, llena de detalles interesantísimos y muy bien pensados, pero larga al pedo y casi sin machaca. De hecho, piñas-lo-que-se-dice-piñas hay apenas dos o tres, en el quinto episodio de la saga.
Pero está bueno, porque los personajes están bien desarrollados y el laburo de Ellis de aggiornar y des-bizarrear las historias clásicas está muy bien logrado. El Annihilus de este universo no tiene ni en pedo la onda del clásico, y no mete ni un décimo del miedo que metía el que dibujaba en Rey Kirby. Pero en el planteo de Ellis, el conflicto con el villano no es lo importante. Ni siquiera se calienta en dejarlo vivo para que cobre venganza más adelante. Nihil es simplemente un obstáculo que impide que los FF completen su exploración de la Zona-N, y aún así la historia garpa.
Lo que va para atrás como cangrejo con diarrea es el dibujo de Adam Kubert. Si querés, le echamos la culpa al hecho de que tiene cuatro entintadores distintos. Pero la posta es que, visualmente, esto es del Nacional B, ya sea comparado con Planetary, o con el tomo anterior de UFF, el que dibujó Stuart Immonen. Adam gastó sus últimos cartuchos en aquellos alucinantes numeritos de Hulk con Peter David, y después, pobre pibe, se convirtió en un clon choto de sí mismo. Tiene algunas secuencias lindas, y varias viñetas fuertes, bien pensadas, pero también algunas que parecen obra de un amateur. La página 9 del tercer episodio es de esas donde decís “¿Y este delincuente cobra cientos de dólares por página? Yo dibujo mejor!”. Adam abusa bastante de las páginas de cuatro cuadros, y –cómo no- de la doble splash-page. También hay que reconocerle que se fuma unas cuantas páginas de muchos cuadros y que lo suyo es, decididamente, la machaca, que acá casi no hay.
Si no te molestan los dibujantes del montón que se creen muy grossos, si tolerás una onda tirando a pochoclera y un argumento para 48 páginas desarrollado en más de 130, acá te esperan buenos personajes, buenos diálogos y la extraña y grata sensación de que todo está pasando por primera vez, de que es la primera vez que los humanos con superpoderes se ven las caras con un ser de otro universo, en vez de la número 534.615. Y encima esta vez, es todo 100% creíble.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que tal Andres?
Despues de leer Planetary, Roco Vargas, Opium y sobre todo Tom Strong quede con muchas ganas de leer cosas con esa onda bien PULP, Me recomendas algo de esta onda? prefiero que no sea de superheroes en si, ni tampoco tiene que ser necesariamente de ciencia ficcion, empece con The Shadow de Chaykin pero no me engancho.
Eh? Por donde podria buscar?