el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 5 de noviembre de 2011

05/ 11: TRADUCIR ES TRAICIONAR


Retomo lo que estaba pensando en voz alta la vez pasada. Habíamos llegado al punto clave, a la encrucijada: enfrentar un texto repleto de localismos e informalismos y ver qué se hace con eso. La solución más fácil y más traidora para con el autor que originó la obra es, obviamente, traducir todo al neutro. De pronto, por obra y gracia de un traductor vago o inepto, todos los personajes hablan igual, con cero onda, como si fueran robots. Nadie putea (todos dicen “rayos!”), nadie se come una ese (en inglés se comen las ges) y los escoceses, australianos y texanos hablan todos con el mismo acento.
¿Por qué estamos tan acostumbrados a esto, que es espantoso? Porque Latinoamérica tuvo durante décadas mentalidad de colonia, de patio de atrás, de periferia. En España, a nadie le tiembla el pulso a la hora de aplicarle a un comic de origen yanki, francés o ponja los informalismos españoles. No sé cómo hacen con los regionalismos, pero supongo que de alguna manera estarán plasmados en la traducción. Y me imagino al pobre tipo que traduce 100 Bullets tratando de imaginar una subcultura conocida por el lector español que funcione como análoga al slang de los gansta norteamericanos. Acá por lo menos tenemos la jerga y la tonadita de los pibes chorros. Allá no sé cómo harán para reproducir esa forma tan particular de hablar de esa subcultura urbana que Brian Azzarello capta tan bien en su magnum opus.
En España hacen esto porque son concientes de su propio mercado. Esta obra traducida en España se va a vender en España, pues entonces entendámosla los españoles, coño, y el resto me la trae muy floja. En Latinoamérica, nunca falta el buitre que quiere ganar más guita en detrimento del respeto por la obra. ¿Cómo vamos a hacer una traducción para cada país, con los localismos e informalismos de cada país? Se hace una sóla, sin un puto localismo, y que la consuman en todos los países, qué joder. Y donde los españoles ponen “tío”, ni se te ocurra poner chamo, hueón, pana, chabón o bo´, porque no da. Porque vos como latinoamericano pobre no tenés derecho a que los personajes de las historietas extranjeras hablen como vos. Olvidate y resignate a que todos digan “amigo”, o “chico”.
De a poquito, gracias a esta pelotudez con décadas de tradición de traducir todo al neutro, el público latinoamericano se acostumbró a eso y muchas veces rechaza lo otro. A lo cual yo respondo: lo otro es más difícil de entender, pero es más fiel a la obra original! ¿O alguien cree que los neozelandeses y los irlandeses entendían todos los chistes de la Liga de la Justicia de Giffen y DeMatteis? Eso estaba escrito por newyorkinos a los que les chupaba un huevo si en Dublin no entendían los diálogos. Yo prefiero no entender. Si leo un comic español, chileno o mexicano, prefiero fumarme un montón de localismos que me cuesta decodificar antes que tolerar la mentira de que todos los adolescentes del mundo hablan como en una serie yanki mal traducida al castellano. Nuestro idioma está lleno de matices, de diferencias que (como decíamos la vez pasada) tienen que ver con las regiones, con la épocas y con los niveles socio-culturales, y a los otros idiomas les pasa exactamente lo mismo.
El traductor, entonces, tiene que tener conocimientos y criterio para reproducir esas diferencias en la versión castellana, y lograr que los distintos personajes hablen distintos castellanos. Es una sintonía finita, pero si la captás (y si aceptás que no está mal que en otros países de habla hispana no entiendan todo en la primera lectura) vas a poder darle a tu traducción riqueza, diversidad y fidelidad respecto de la obra original. Obviamente, si traducís un texto en el que –efectivamente- todos los personajes hablan igual, no hace falta que te pases de vanguardista y les inventes a los tipos distintos acentos o niveles de habla que el autor original no les puso. Pero no hay muchos textos en los que todos los personajes hablan igual y menos desde el Siglo XX para acá.
Hay más puntas para analizar en el siempre polémico tema de las traducciones, así que pronto la seguimos. Mientras tanto, aprovechá los ratitos libres que tengas para estudiar nuevos idiomas, así podés acceder a más obras sin la triste intermediación de los traductores-traidores.

9 comentarios:

Gustavo Ippolito dijo...

Estoy absolutamente de acuerdo. Soy un defensor acérrimo de las traducciones con localismo.

Obvio, siempre nos van a sonar raritas ya que tenemos el oido (y la cabeza) ya martillanda con el castellano supuestamente neutro (que de neutro no tiene nada).

Ojo, así como soy defensor de esto, creo que entra en el mismo tema el no usar tantas frases o palabras en inglés cuando existen palabras en español, empezando, dado nuestro medio, de dejar de usar tanto "comic" o "manga" y empezar a usar "historieta", en todo caso aclarando el origen si es que esa es la excusa para usarlas.

Igual, así y todo, comprendo a las editoriales, especialmente cuando son chicas, cuando ceden a las traducciones por intentar meter las revistas en el mercado hispano parlante.

Gustavo Ippolito dijo...

Leyendo este artículo me enteré que había uno previo, fui y lo leí.

Y leyendo los comentarios, también tengo que aclarar algo: en el caso de los superheroes, por ejemplo, yo también defiendo el derecho de traducir los nombres de batalla de los personajes, aplicando cierto criterio. Por ejemplo, personajes como Green Arrow, Wonder Woman o Spider-Man son perfectamente traducibles y me parece imperdonable no hacerlo.

Cabe destacar que no son nombres propios, sinó alias, y me parece que se pierde algo de sentido al no traducirlos.

Y ni hablar con la moda esta de mantener los nombres en inglés de las ediciones locales de revistas yankees. Qué necesidad de ponerles ¿"Amazing Spider-Man", Avengers o "Identity Crisis" cuando son títulos perfectamente traducibles?

Claro, entiendo que así se deben ahorrar un dolor de cabeza en retoques de tapa.

Luciano Saracino dijo...

Excelentes notas, Andrés. deberían ir directo a alguna cátedra de la facultad de comunicación, ya que la traducción es otro de los modos de entrarle a un texto.

Dato: terminados de leer estos dos artículos me fui a las "viejas" historietas de Perfil y, si, confirmé lo que recordaba: sos el "autor" de aquellas traducciones. Te cuento que TU Guy Gardner es absolutamente fascinante. Leer esos mismos comics en "español" pierde toda la gracia. Lo mejor de esos diálogos está, hay que reconocerlo, en la mano de quien los tradujo.

Tenía que venir a decírtelo.

Abrazos!

Unknown dijo...

Por mi parte yo no coincido plenamente con gustavo. Hay nombres que tienen significado, pero se usan como nombres propios. Yo, por ejemplo, sí traduciría "crisis de identidad", pero no traduciría el nombre de los avengers o el de spider-man. Después de todo uno no traduce el nombre de los all-blacks, por ejemplo. Y tambien pensemos que, si es por eso, el nombre de superman es perfectamente traducible (de hecho alla por los 40 creo que aca salia publicado como "el superhombre")
Hay casos en los que sí estoy de acuerdo, por ejemplo muchos mangas y manhwas de ivrea cuyo título era perfectamente traducible (fushigi yugi o nabi, por ejemplo) y supongo que los dejaron en sus respectivos idiomas por una cuestion de que eran mas cortos y marketineros. Igual creo que esta cuestion es bastante delicada y queda muy a criterio del traductor evaluar que titulo es traducible y cual no.

Gustavo Ippolito dijo...

Claro Pablo, entiendo que hay nombres (o mejor dicho alias) que no daría traducir por una cuestión de que quedan largos o porque ya están muy arraigados. Flash por ejemplo no tiene sentido traducirlo porque de hecho es una palabra de uso común en español.

Pero por ejemplo no se que tiene de malo decir Vengadores en lugar de Avengers. En si no cambia nada y si se quiere, acerca mas la historia al espíritu de creador. U Hombre Araña, cuando es un personaje que prácticamente todo el mundo de habla hispana (no hablo de solo gente que lee historietas) lo asocia.

Y en si no son nombres propios (que si me parecería mal traducir, a menos que tenga alguna relevancia en la historia), sinó "nombres de batalla" o alias. O sea, también termina perdiendo el sentido porque Spider-Man pasa a ser una palabra mas, cuando la gracia es justamente asociarlo inmediatamente a la araña. O Green Arrow, o Green Lantern.

Igual, son criterios.

José A. García dijo...

La idea de una traducción en español 'neutro' comienza cuando Argentina pierde la preponderancia en las traducciones al español de literatura anglosajona en particular y mundial en general.

Las traducciones que hacían Borges o Cortázar o quien fuera, en nuestro país, eran mucho más fieles y, al mismo tiempo, entendibles, al mantener los localismos y las diferencias idomáticas de los personajes.

Cuando el mercado se ve inundado por traducciones pésimas hechas en España con localismos propios de su modo de hablar el español, la respuesta centroamericana fue comenzar a hacer traducciones en ese invento de español neutro y que se entendía mejor que las traducciones españolas.

La traducciones de Cesar Aira de Mauss es muy correcta y formal, pero al mismo tiempo respeta los modos de hablar de los personajes. Y ese fue un gran acierto. La versión española de Scott Pilgrim, por poner dos ejemplos yanquis y bien conocidos, es pésima por el nivel de españolismos desconocidos para nosotros, y en algunos casos para los porpios españoles no dedicados a la traducción. Y una versión de Scott Pilgrim con un grado menor de localismos, aunque manteniendo la diversidad idiomática de los personajes era perfectamente factible.

No sé quién habrá tomado esa decisión editorial de arruinar de tal forma la historia.

Y todavía recuerdo el ''carcamal'' del Wachtmen de Ediciones Zinco...

Saludos

J.

Anónimo dijo...

Pues no se,decir algo como:

"cuando tenia 5 años,fui de vacaciones a la playa y me pasaba todo el día cogiendo las conchas que encontraba,y despues las abría con mis manos y les pasaba la lengua a ver que sabor tenían"

...pues...tendra sentido en España,pero en Argentina seria un cago de risa.

Luq dijo...

Buen post, Andrés, y voy a intentar poner algo de lo que quería poner en el otro post pero falló Blogspot y no me daba para reescribirlo (eta vez, por las dudas, antes hago ctrl+a y ctrl+c).

Este tema de la traducción obviamente excede a la historieta, y el material crítico-teórico sobre traducción es bastante prolífico.

Yo lamentablemente me acostumbré a leer una historieta, Usagi Yojimbo, en español, porque así la podía leer uno de mis hermanos... y ahora me da cosa cambiarme. Pero alguna vez me dieron ganas de cortarme las bolas cuando un personaje decía "cerveza de arroz" en lugar de "sake" (y eso es un problema editorial, porque en otros tomos sí decían sake, es decir, cambiaron de traductor y cambiaron los criterios... además, no saber qué es el sake... por dio').

El español neutro, el "español-no-argentino" al que tanto nos acostumbramos tiene varias raíces. El proyecto en sí de generar una variedad que no sea propia de ningún país latinoamericano pero que sí sea comprensible para todos no es malo en sí, el problema radica en que no está bien establecido ni se lo respeta mucho. Pero además, si uno lee historietas argentinas hasta la década del 70, se encuentra con personajes que tutean y no vosean (no sé cuánto se vendería Hora Cero afuera del país). En la literatura eso se había abandonado tiempo antes (tipo en los años treinta, pero antes los argentinos descriptos por Sarmiento hablaban de vosotros), pero en los 90 había novelas argentinas en las que, para poder venderlas afuera, tuteaban (Gustavo Bermúdez y Andrea del Boca, po'jemplo), y en la misma época en la primaria aún estudiábamos los pronombres con tú y vosotros.
Pese a todo, acá estamos bastante avanzados en el tema, si uno va a Chile, es impensable que en la vía pública aparezcan inscripciones como "vení, tení, salí, comí"; figuran como "ven, ten, sal, come", aunque ningún chileno hablé así.

Quería decir más pero me fui a la mierda con el largo, disculpad.

Lucas Fulgi dijo...

Quizá lo dijeron en algún comentario (no los leí). Creo que la cuestión acá son, como decís, las ediciones pensadas para varios paises.