el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 15 de noviembre de 2011

15/ 11: BURMA CHRONICLES


Pobre pibe Guy Delisle... Compite con Joe Sacco a ver quién viaja a los lugares más chotos del planeta. Si no leiste la reseña de Pyongyang (página 51 del segundo libro del blog) te recomiendo leerla antes de seguir con esta...
¿Ya está? Bueno, Burma Chronicles cuenta las andanzas de Delisle en Birmania, el país al que la dictadura militar que lo gobierna desde fines de los ´80 decidió llamar Myanmar y al que en los países anglófonos se conoce como Burma. Como en Pyongyang, el autor combina las no-aventuras típicas del comic autobiográfico con un montón de información acerca de la vida en Birmania, su geografía, su cultura, su religión, su gastronomía y –sobre todo- los serios problemas de pobreza y desigualdad social, olímpicamente ignorados por un régimen totalitario que encarcela y tortura a quienes se le plantan en la vereda de enfrente.
La gran diferencia era que en Pyongyang (capital de Corea del Norte, si te llevaste Geografía a Octosto o Juliembre) el canadiense se encontraba con una población totalmente adoctrinada para apoyar de modo acrítico las excentricidades de la élite gobernante, mientras que en Birmania se encuentra con una población que está muy al tanto de las prevendas, los chanchuyos y las inequidades del régimen dictatorial, pero no tiene huevos para reaccionar. La gente agacha el lomo y sigue como siempre, clavada en el atraso y el oprobio, mientras la única líder opositora (galardonada con el Premio Nobel de la Paz) lleva décadas condenada a un arresto domiciliario que le impide aparecer en público y conducir al pueblo hacia la rebelión, o forzar una salida democrática.
En el medio, Delisle analiza (sin meterse demasiado a fondo) el rol de las Naciones Unidas, las potencias centrales, las multinacionales, los países vecinos y las organizaciones no gubernamentales que están presentes en Birmania, todas defendiendo sus propios intereses, excepto las ONGs, que gambetean como pueden las restricciones de la dictadura para ayudar a paliar las deficiencias sanitarias, educacionales y nutricionales de la gran masa del pueblo birmano, abandonado a su suerte por la cúpula militar.
Y aún así, Burma Chronicles no es un comic abiertamente socio-político. Lo Delisle es más abrir grandes los ojos y decir “boludo, no puedo creer que pase esto” que armar la barricada y erigirse en improbable oposición a la dictadura. ¿Por qué? Porque tiene otras cosas que hacer: viajar, conocer, acompañar a su esposa (que trabaja para Médicos Sin Fronteras), criar a su hijito Louis, dar clases de animación y –por supuesto- dibujar historietas, que de eso vive. Todas esas actividades de Delisle, su vida social, su ocio, etc., comparten protagonismo con la faceta “testimonial” de la obra y van casi siempre para el lado contrario, es decir, para el lado de la comedia costumbrista y de choque de culturas. Que además es el terreno donde el canadiense la tiene más clara. El equilibrio entre ambas cosas está tan bien logrado que probablemente sea lo más interesante de la obra. ¿Algo para criticar? Sí, es un poco larga. Son más de 260 páginas y te tiene que interesar demasiado el tema para fumártelas todas sin decir “uh, loco... ¿falta mucho para que vuelvan a Francia?”.
El dibujo, una vez más, es excelente. Bajo la aparente sencillez del trazo de Delisle se ocultan un virtuoso del lápiz, un gran observador y un narrador nato. Esta vez se nota claramente que los grises están aplicados con técnica digital, sin ese truquito para que parecieran puestos a lápiz que vimos en Pyongyang. Y de nuevo suman muchísimo a las composiciones tanto de las viñetas como de las páginas. En general, toda la faz visual se ve mejor y más sólida que en las obras anteriores de Delisle, como si de pronto hubiese recibido una transfusión de sangre de Miguel Gallardo, además de la influencia más obvia, que es la de Lewis Trondheim.
Si te interesa conocer la remota, exótica y cuasi-aislada Birmania de la mano de uno de los grandes autores de la historieta francófona actual, Burma Chronicles es un trip del cual no te vas a querer bajar ni a palos. Mingalaba!

4 comentarios:

Diegogue dijo...

coincido mucho con la reeña, las crónicas burmanas es un excelente libro, y si, tanto el dibujo como la forma de contar se pulen con relación a las anteriores obras de Delisle quien, en mi opinión personal, es aun mejor que el propio Trondheim ( o sus temas me gustan más, o me parecen más profundos o una cosa de ésas)

Guido Cuadros F.A. dijo...

Lo mismo se podría decir de todos los cómics de superhéroes actuales de DC y Marvel: ''te tiene que interesar demasiado el tema para fumártelas todas sin decir “uh, loco... ¿creo que me están contando las mismas historias desde hace 25 años?”.

Andres Accorsi dijo...

Jajaja! Es cierto!
Pero como no publican las obras en tomos de 260 páginas, no siempre te das cuenta de lo estiradas que están las historias.

Arconte dijo...

Este no lo lei, lei el de Corea del Norte. Y no me gusto, me parece que Delisle tiene una mirada totalmente occidental (como si fuera un yanqui medio, aunque se que no lo es) y no intenta ni un minimo de comprension hacia una cultura diferente, solo se burla y resalta lo ridiculo que le parece lo que ve. Esto dicho, sin quitar que evidentemente el gobierno de Corea del Norte tiene mucho criticable. No se como es este pero si sigue la misma tonica no me parece demasiado interesante...