el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 7 de agosto de 2020

DYLAN DOG: HISTORIETA

Me conseguí la edición española de Historieta, el especial a todo color de Dylan Dog que reúne cuatro historias dibujadas por maestros de Argentina y España. La primera historia es el homenaje a El Eternauta a cargo de Luigi Mignacco y Enrique Breccia, que ya había leído en la edición chilena (ver reseña del 03/08/15). No me quiero poner a repetir qué me pareció la historia, pero sí destacar que el dibujo de Enrique se ve mucho mejor a todo color. De hecho es, lejos, la historieta mejor coloreada del tomo, la única que no hubiese preferido ver en blanco y negro puro. Vamos a la segunda, escrita por Pasquale Ruju y dibujada por Lito Fernández. El guion es muy interesante, tiene una intriga muy bien llevada, un giro sorpresivo en el final, la verdad que me atrapó. El dibujo es muy raro, es Lito haciéndose pasar un dibujante de Dylan Dog cualquiera, un Nicola Mari, ponele. Entre que Lito dibuja como si no fuera Lito y que el colorista lo pasa por encima, queda algo muy blando, con una identidad gráfica muy endeble. La chica que coprotagoniza la historia con Dylan Dog está muy sexualizada, con un vestido que parece un body paint, y Lito busca todo el tiempo enfoques en los que se luzcan o las gomas o el culo del personaje. Nada, me gustaría ver esto mismo dibujado de otra manera. O dibujado por Lito en su estilo, y con Martin Hel en vez de Dylan Dog. En la tercera historieta tenemos el mismo problema: el glorioso Alfonso Font juega a no parecer Alfonso Font, a ocultar las marcas de su inconfundible estilo, también por abajo de la paleta digital de un colorista que busca lucirse por encima del dibujante. El guionista Giovanni Gualdoni también se guarda un giro copado para el final, pero hasta que llega, el desarrollo se hace aburrido, predecible, inverosímil, por momentos bastante pavote. Y exactamente el mismo problema se nota en la cuarta historieta, uno de los últimos trabajos del prócer español José Ortiz, cuyo estilo también desaparece para dejar lugar a una imitación poco inspirada de los típicos dibujantes italianos que trabajan en la popular serie de Dylan Dog. Acá ni siquiera le podemos pasar factura al colorista que es más sobrio, se esfuerza menos por eclipsar al dibujante. Pero aún así Ortiz brilla poco, en pocas viñetas, sobre todo aquellas en las que no aparecen ni Dylan ni la chica que coprotagoniza el relato con él. El guion de Andrea Cavaletto es el más extraño del tomo, el más jugado, donde los saltos que le propone a nuestra imaginación son los más extremos. No te digo que es una de la Doom Patrol escrita por Grant Morrison, pero sí que se eleva un toque por encima de las clásicas consignas del investigador de asuntos paranormales metido en un kilombo sobrenatural. Complementan una muy buena portada de Carlos Gómez y un gran texto de mi amigo e ídolo Norman Fernández, que le cuenta un poco a los lectores españoles de qué va este especial. Me encantó el formato de antología con cuatro historietas autoconclusivas de 32 páginas, y no entendí por qué en España se publicó en tapa dura algo que en Italia salió en tapa blanda. Pero bueno, se ve que son mercados distintos, con distintas reglas. En Italia las historietas de Dylan Dog son furor en los kiosco, y en España hace mucho que las únicas historietas que se ven en los kioscos son los coleccionables que lanzan las editoriales gigantescas como Planeta o Salvat. Como diría Miguel Angel Russo, “son decisiones”. Como fan de Breccia, Fernández, Font y Ortiz, entré como un caballo por los dibujantes, pero en líneas generales me gustaron más los guiones que los dibujos, porque –salvo Enrique- el resto de los dibujantes se escondió detrás de la mímica de los dibujantes clásicos de la serie. El día que los llamen para laburar en Marvel, se van a poner a imitar a Jack Kirby o a John Buscema :P . Por el lado de los guiones me encontré con trabajos bastante atractivos, dentro de un género que no me fascina ni muchos menos, y con un protagonista con el que me cuesta horrores engancharme (igual cada tanto me leo online algún episodio en italiano, sobre todo cuando dibuja alguno de esos tanos que rompen todo). Y nada más, por hoy. Nos reencontramos la semana que viene con nuevas reseñas, acá en el blog.

2 comentarios:

CARDI dijo...

Comparto cada palabra de tu comentario. Compré este libro por los dibujantes y al hojearlo me costó horrores reconocerlos! Todavía no leí las historias, pero no puedo creer que hayan dibujado de esa manera. La pregunta obligada sería, por qué? Alguna exigencia de mercado? Seguramente. Pero qué increíble, porque, repito, justamente la compré para tener un Dylan dibujado por grosos que idolatro. Dios, no reconozco a Font, me muero...
Sigue impecable el blog!!!

Liponidas dijo...

Gracias por la reseña Andrés! Yo vivo en España y lamentablemente la editorial tuvo que cerrar y ahora todo lo de Bonelli está saldado por dos mangos. Es muy raro el mercado acá...salen con fritas la tapa dura y se queda arafue el tomo barato. Le pasó lo mismo a la edición española de Valiant.