jueves, 22 de diciembre de 2022
HORA DE RETOMAR
Sigo jugadísimo en la recta final de la Comiqueando Digital nº6 (si todo sale bien, va a estar disponible el lunes), pero como ya terminó el Mundial, y ya vi todos los miles de videos de la Selección Argentina que necesitaba ver, y los goles, y los testimonios, y las reacciones y toda esa hiper-manija que generó uno de los mejores mundiales que recuerdo haber visto, ahora sí, me queda un ratito libre para dedicárselo a las reseñas.
Empiezo con La Orden del Bes, un nuevo trabajo de la dupla integrada por Rodolfo Santullo y Horacio Lalia. Una aventura original, interesante, con buen equilibrio entre la machaca y la intriga política, con algunas peculiaridades que me llamaron la atención: Un final que no es muy final, porque no sabés si los protagonistas tuvieron éxito o no en su cruzada; un personaje femenino cuyo rol crece bastante en el segundo tramo de la obra pero de un modo que se siente bastante forzado, como si Santullo se hubiese impuesto a sí mismo incorporar a una mujer al elenco protagónico cueste lo que cueste; y algunas peripecias que están medio al pedo, como para que no falte acción, pero que en realidad no aportan mucho, más allá de ver cómo los protagonistas zafan de peligros extremos, en buena medida gracias a la pésima puntería de sus adversarios.
Todo el tiempo repito "los protagonistas", porque no los quiero definir como "los buenos" ni como "los héroes". Eso le restaría capas de complejidad a la trama que urde Santullo y, sin dudas, parte del atractivo de La Orden del Bes pasa por ese dilema moral que enfrentan Rodya y Orel, y que resulta fundamental en el devenir de los acontecimientos. Son 96 páginas narradas a muy buen ritmo, con buenos diálogos, bastante desarrollo para los personajes centrales y buena construcción de un universo duro y opresivo, cuyas particularidades le dan más sentido a la epopeya que -tarde o temprano- se come cruda a la rosca política y a la onda más de espionaje con la que empieza la historia.
El dibujo de Lalia es correcto, sin olvidar nunca que se trata del Lalia del Siglo XXI, no de aquel dibujante virtuoso y exuberante de los ´70 y ´80, ni de aquel dibujante espectacular y potente de los ´90. Acá el maestro se luce cuando dibuja casas, castillos, fortalezas y palacios, y flaquea un poco cuando le toca dibujar cuerpos en acción. El armado de la página tiene esos típicos momentos en los que Lalia desorienta un toque al lector con la ubicación de algunos cuadros y algunos globos, pero nada demasiado grosero. La Orden del Bes está lejos de entrar en la categoría de los imprescindibles, pero como aventura para entretenerse un rato, no está nada mal.
Y me liquidé también el Vol.14 de Historieta Revólver, una antología de más de 200 páginas repleta de historietas autoconclusivas de autores argentinos. No me gustó tanto como el anterior, principalmente porque no encontré una historieta que me volara la cabeza, que me conmoviera con su originalidad o con su belleza plástica. Dentro de ese panorama donde es más difícil destacar gemas del dibujo o genialidades del guion, encontré algunos trabajos que me gustaron bastante.
El dibujo de Paula Andrade en la historieta llamada "Hypnos" me pareció excelente. Lástima que sean tan poquitas páginas. Santiago Miret dibuja dos historietas en la antología y hay mucha diferencia en la calidad. Muchísimo mejor en "Selección" que en "Más Allá", donde dibuja un muy lindo guion de Javi Hildebrandt. "El Llamado", de Fabián Slongo, probablemente sea la historieta más pareja, donde tanto guion como dibujo están a un gran nivel. Nunca había visto a Slongo dibujar en ese estilo, y me encantó. Me pareció brillante el guion de Walter Koza en la historieta "Los Negros de Nueva Esperanza". El dibujo también es bueno (a cargo de Loco Gonzales), pero al lado del guion queda chiquito.
Más dibujantes que me impactaron con su trabajo: la gran Carina Altonaga y Carlos Vera, a quien no conocía, pero es un capo. Muy bueno el trabajo de Wander Antunes (un brazuca invitado de enorme trayectoria en Europa). Y por debajo de lo que yo esperaba la colaboración entre los míticos Robin Wood y Solano López. La de Walther Taborda tiene unos dibujos impresionantes en los edificios, calles, decorados de interiores, pero se desluce un poco cuando dibuja a todas las mujeres con cuerpos de vedette, como si fuera una historieta erótica. Tomás Coggiola me sorprendió con un giro interesante al clásico mito del hombre lobo. Sebastián Rizzo me atrapó con los excelentes diálogos en su historieta "San La Muerte". Y para terminar destaco la colaboración entre J.J. Rovella y Julio Azamor, ocho páginas con buen nivel tanto en guion como en dibujo.
El resto, o no me llamó la atención o no me gustó. Pero por supuesto está bueno que cada tanto aparezcan estos masacotes en los que tienen cabida decenas de autores y autoras y donde se le da protagonismo a las historias cortas, sin personajes recurrentes, que es algo que corre el riesgo de desaparecer hoy que todo el mundo está tan pendiente de las las obras de gran extensión.
Ni bien tenga un par de libritos leídos, nos reencontramos por acá. Aguante la Scaloneta y las Abuelas de Plaza Mayo, que encontraron al nieto nº 131. Será hasta pronto.
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1 comentario:
Leí la orden del Bes. Pintaba para más. La ambientación en la epoca zarina me atrajo pero el guión de va deshilanchándose de apoco tornándose trillado y predecible. Lalia acompaña bien y levanta el guión. Para leer una vez y guardar en lugar oculto. Dibujo 8, guión 6. Con respecto a la edición de revólver: está entretenida ya que consta de varias historias con estilos bien diferentes de guionado y dibujo. Es un crisol en donde se encuentran a consagrados en la historieta y algunos que hacen sus primeras armas(cosa que veo muy bien que den esa posibilidad): Se que esta editorial hace gran esfuerzo por seguir publicando historieta nacional y esporo que siga así que va por buen camino según mi opinión.
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