el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 15 de julio de 2025

UN PAR DE COMICS, ENTRE PELI Y PELI

Hoy fui a ver la peli nueva de los Pitufos, pero no quería meter otra crítica cinematográfica justo atrás de la de Superman. Entonces mañana vamos a hablar de los Pitufos (total, se estrena el jueves) y ahora vamos con las reseñas de un par de libritos que leí en estos días. Empiezo en Estados Unidos, año 2011, cuando Dark Horse recopila en libro Chimichanga, una creación del maestro Eric Powell que no tiene mucho en común con The Goon, excepto por el hecho de que la existencia de monstruos enormes y grotescos no parece escandalizar demasiado a nadie. La protagonista es Lula, una nena gordita y barbuda que se exhibe como freak en un circo de mala muerte, quien de casualidad se encuentra con un monstruo al que llama Chimichanga, se hacen amigos, y se lo lleva al circo a vivir con ella. Lógicamente, la presencia de un monstruo del calibre de Chimichanga levanta las alicaídas acciones del circo, mientras que -muy en segundo plano- genera un cierto recelo entre las otras "atracciones" que integran el mismo. Pero ese no es ni por asomo el conflicto principal. Que Chimichanga se quiera comer elefantes, edificaciones y seres humanos, tampoco. El gran despelote se dispara cuando una bruja descubre que los pelos que le crecen a Lula en la cara son vitales en una poción mágica que permite controlar -por un rato- las flatulencias. Un remedio temporario, que requiere ser consumido periódicamente para ser efectivo, resulta irresistible para un nefasto empresario farmacéutico dispuesto a llenarse de oro con la poción de la bruja, y fabricarla en escala industrial. Pero para eso necesita una provisión de pelos de Lula, que la nena solo le brindará si logran capturarla y tenerla completamente a su merced. Y ahí es donde la historieta cobra vuelo: el empresario inescrupuloso secuestra a la protagonista y el monstruo tiene que formar equipo con otros freaks del circo para rescatarla. Una trama sencilla, con momentos impactantes, con momentos un poco más dark entre tanto disparate, y que funcionaría perfecto en una peli de dibujos animados realizada por Pixar o DreamWorks. Por ahí bajándole un poquito el nivel de violencia, porque cada vez que Chimichanga entra en acción, los destrozos son múltiples. Pero tranquilamente se podría adaptar al cine y ser un hitazo de vacaciones de invierno. Por supuesto que, más allá de lo efectivo de la aventura, de los momentos emotivos y de las situaciones que te arrancan carcajadas por lo extremo y lo disparatado, lo que realmente brilla y hace irresistible al librito es el dibujo de Powell. En su faceta visual, Chimichanga es un lujo, un comic inmersivo, que te hace sentir que estás adentro de este mundo de monstruos, brujas y freaks. Si bien el personaje de Lula está casi en las antípodas de The Goon, el autor apuesta por un trazo muy similar, con esas expresiones faciales extremas, un tratamiento del color complejo y muy bien logrado, unos climas en general menos opresivos que los de The Goon, pero muy trabajados, y una narrativa ágil, trepidante, que te lleva sin que te des cuenta de punta a punta del libro. Si sos fan de The Goon y no conocías este otro trabajo de Powell, no dudes en entrarle. Y si no sos fan de Powell y te gustan las historias bizarras, con aventura, humor y un toque de ternura freak, no tengo dudas de que Chimichanga te va a encantar.
Vamos a Japón, año 2021, cuando se publica un tomo que recopila historias cortas con guion y dibujos de Boichi, el mangaka nacido en Corea que la rompió toda con su shonen Dr. Stone. Seguramente si alguna vez hojeaste un tomo de Dr. Stone dijiste "la puta madre, qué desperdicio un dibujante de esta calidad para un guion tan livianito". Por suerte acá aparece otro Boichi, que dibuja todavía mejor que en Dr. Stone, y que además se juega a contar historias infinitamente más interesantes. La primera, "Hotel", es la más difundida. Es una de ciencia ficción especulativa, que habla de la extinción de la humanidad a causa del desastre ecológico, de cómo y para qué preservar las especies que habitan la Tierra, pero además tiene una trama más humana, más íntima, que está muy bien. Me gustaría más si fuera más breve, pero la banco. La segunda, "Present", es una GEMA DEL ALMA. Una historieta brillante, emotiva, impredecible, con un trabajo magnífico en los personajes, en cómo presentar un conflicto, esconderlo y hacerlo reaparecer cuando el lector menos se lo imagina. Un clásico instantáneo que justifica el precio que pagues por todo el libro. En la tercera historia, Boichi vuelve a un planteo extremo para el lado de la ci-fi, pero le agrega el componente del humor. "Todo sea por el atún" tiene momentos épicos, grandilocuentes, que recuerdan en un punto a los de "Hotel", pero la consigna es tan disparatada que Boichi nunca se la llega a tomar del todo en serio. Es una fábula ecologista, sí, pero llevada a un límite tan absurdo que te cagás de risa. "Tanto en el cielo como en la tierra" es otra maravilla. Una historia de ciencia ficción clásica, que rompe un montón de esquemas, porque acá la Inteligencia Artificial es, básicamente, el héroe. Si querés convencer a un termo total de que los robots y la IA pueden hacer muchísimo por la humanidad, dale esta historieta y vas a ver cómo pasa de poner cara de ojete a conmoverse con la chapa de Origin Factory, un personaje que al principio parece menor, casi irrisorio y con el correr de las páginas se revela como un grosso total. "La Leyenda de la Noche" es tranqui, un cuento de hadas fantástico, no 100% ingenuo, pero si ese subtexto más picante que Boichi le pone a sus relatos de ciencia ficción. Y también en el terreno de la fantasía, pero con una impronta aventurera mucho más salvaje, "Diadem" es una breve epopeya de 14 páginas a todo color. Un relato que explota de violencia, crueldad y machaca bien rústica, bien sanguinaria... que Boichi contrapone con un trabajo sublime en el dibujo y el color, que estalla en belleza, sutileza y elegancia. El giro del final no es mega-original, pero sí consistente con cómo se desarrolla la trama hasta ese punto, y está muy bien. Es una historia que podría aparecer en cualquier número de Métal Hurlant o Heavy Metal, y conquistar a los lectores que no te tocan un manga ni con un chorro de soda. La edición de Ivrea es linda, la traducción de Damián Gaggero se lee sin sobresaltos, y la verdad que este primer tomo de Boichi Short Stories me dejó muy manija. Tengo comprado el Vol.2, así que en cualquier momento le entro y lo comentamos en este espacio. Nada más, por hoy. Gracias totales a tod@s l@s que pasaron por https://comiqueandoshop.blogspot.com/ a descargar la Comiqueando Digital, y nos reencontramos mañana acá en el blog, con la pitufa de la pitufa de los Pitufos.

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