jueves, 25 de septiembre de 2025
JUEVES DE GÉNEROS
Bueno, acá vamos de nuevo, ya casi en la recta final hacia mis vacaciones. Le estoy poniendo huevo a Septiembre, porque en Octubre vamos a tener muy pocos posteos acá en el blog. Y en Noviembre... ya saben, le entro con todo a la Comiqueando Digital y no asomo la nariz hasta fin de año.
Quienes siguen el blog hace tiempo también saben que a mí me cuesta muchísimo conectar con la historieta pre-1960-65, que me resulta farragosa, predecible, aburrida... Bueno, en este libro de 2003, el especialista John Benson ofrece una selección de las mejores historietas románticas de los años ´50, que para él son las que publicaba la editorial St. John, escritas por el hoy olvidado Dana Dutch, y dibujadas principalmente por el exquisito Matt Baker. Y no quiero vender humo, pero sinceramente en Romance Without Tears me encontré con historietas románticas mucho más dinámicas y atractivas que las que habíamos visto el 27/02/14 en el tomo de Young Romance (que eran de fines de los años ´40) o las que vimos el 08/11/12 en el Showcase de Young Love (que eran de los ´60). En su extensa introducción al libro, Benson explica por qué a él le parece que la calidad de estas historietas que publicaba St. John nunca pudo ser igualada, y no quiero entrar en la tentación de reiterar sus conceptos. Benson se cebó tanto con este material, que en 2007 publicó un libro solo de texto, llamado Confessions, Romances, Secrets and Temptations, donde analiza mucho más a fondo estas historietas (de hecho, su lectura fue lo que me motivó a buscar Romance Without Tears) y además investiga acerca de quiénes fueron y por qué hoy se nombra tan poco a Archer St. John, Dana Dutch y -en menor medida- Matt Baker.
Las historietas románticas de Dana Dutch eran tranqui, perfil bajo, con conflictos chiquitos, muchas veces ambientadas en ciudades pequeñas, con muy buenos diálogos y bloques de texto (abundantes, pero no tanto como en otros comics de los años ´50) en su mayoría narrados en primera persona por las protagonistas femeninas. Acá, generalmente las pibas no son ni boludas, ni trolas fáciles, ni mojigatas reprimidas: son chicas jóvenes que están aprendiendo a vincularse afectivamente con los varones. Y a veces se mandan cagadas, y lastiman a los chicos, o salen lastimadas ellas, pero aprenden. Los padres no son "el cuco", ni el obstáculo que se interpone entre las pibas y sus chongos, sino que suelen ser figuras comprensivas, que les brindan consejos y contención. Terminar la historia solteras, o sin novios a la vista, para las chicas de Dutch no constituye un castigo ni una tragedia. Son etapas. Por supuesto, como en cualquier historieta yanki de los años ´50, no existen los negros (pese a que Matt Baker era afroamericano) y el sexo es algo que no solo no se muestra, sino que ni siquiera se menciona. Está claro que muchos de los protagonistas varones les quieren bajar la caña a sus novias adolescentes, pero Dutch nunca lo expresa en esos términos. Hay forcejeos, hay "negociaciones"... pero me atrevo a decir que en una sola historieta hay un garche concreto, que obviamente los autores no nos muestran.
Las historietas que no dibuja el virtuoso Baker se reparten entre la muy competente Lily Renée y otros dibujantes bastante menores, pero por suerte, de las 15 que incluye el tomo, 10 se benefician del trazo elegante, expresivo y detallado del dibujante de It Rhymes with Lust. No te digo que ya me pongo a coleccionar todos estos títulos de romance (indistinguibles unos de otros) que publicaba St. John en los años ´50, pero sí que esta selección que armó Benson, y su libro de texto, ampliaron grosso mi mirada hacia un género que supo ser masivo y que hoy quedó prácticamente barrido abajo de la alfombra, seguramente por culpa de guionistas que se lo tomaron mucho menos en serio que Dana Dutch.
Me vengo a Brasil, año 2020, cuando Panini publica el quinto tomo de Astronauta, una colección de álbumes escrita y dibujada por el glorioso Danilo Beyruth. Como tantas otras historietas que integran el sello Graphic MSP, Astronauta está basada en una creación del mítico Mauricio De Souza, en este caso una tira cómica que el Walt Disney brazuca creó a fines de los ´60, cuando el tema de la exploración del espacio tenía una presencia fortísima en los medios de comunicación. En 2012, el autor de Banda de Dois se adueñó del personaje de Mauricio y lo reformuló por completo: ahora Astronauta es un comic de ciencia ficción en serio, apto para todo público, pero con una impronta dramática y conceptos sumamente ambiciosos, dignos de una saga interestelar de Alejandro Jodorowsky.
Este quinto tomo es tremendamente impactante, repleto de tensión, y con algunos problemas menores: 1) hace mucha referencia a lo que pasó en las entregas anteriores, con lo cual, si te enganchás acá (como hice yo) no entendés muy bien por qué hay tres iteraciones distintas de Astronauta, de tres universos distintos; 2) el planteo de Beyruth es tan complejo, que no lo llega a resolver en la última página, y hay que comprar más libros para enterarse cómo termina la saga; y 3) para 80 páginas de historieta, lo que sucede en este libro tiene gusto a poco. Y eso se debe a que Beyruth no se juega a aprovechar el (espectacular) formato de novela gráfica en el que trabaja. Salvo una página con siete viñetas, todas las demás tienen cinco o menos, y son viñetas con poco texto, con lo cual la historieta se lee muy rápido. Para que te des una idea, 80 páginas serían cuatro episodios de un comic book mensual yanki. Y en este tomo de Astronauta pasa lo mismo que pasaría en... dos entregas de un comic book, o a lo sumo en 45-46 páginas. Supongo que la idea de no meterle más contenido a cada página tendrá que ver con cierto interés por captar lectores más jóvenes, acostumbrados a leer poco texto, o a leer manga (que se lee a los pedos). Y obviamente celebro que la escasa cantidad de viñetas por página permite que el dibujo de Beyruth se luzca muchísimo.
Y ahí está lo que hace definitivamente irresistible a Astronauta: nunca había leído un comic de ciencia ficción de Beyruth, y en estas páginas me convencí de que es un género que le sienta a la perfección. Complementado como los dioses por los colores de Cris Peter y Marina García, Beyruth despliega todo su repertorio de acción y emociones, con personajes recontra expresivos, secuencias de alto impacto y el foco siempre puesto en el lado humano de los conflictos. Acá hay realidades enteras en juego, pero el autor no deja de subrayar que lo importante es lo que les pasa a los distintos Astronautas, las distintas Isabeles y las distintas Ritas. Obviamente, cuando ves las tiras de los ´60 de Mauricio De Souza resulta inimaginable que algo tan sencillo y tan naïf haya dado origen a esta epopeya multiversal, pero bueno, la magia de Danilo Beyruth lo hizo posible. Ojalá en algún momento logre hacerme con más tomos de Astronauta, porque este me dejó muy manija.
Nada más, por hoy. Gracias por el aguante y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.
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