el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 3 de marzo de 2011

03/ 03: 100 BULLETS Vol.13


Uffff.. Bueno, terminé 100 Bullets. Por fin puedo respirar. La verdad es que el último tomo es, lejos, el mejor de la serie. Atenti si no lo leíste, porque pienso spoilear a ocho manos. Acá no se jode: hay una sóla historia marginal, que no conecta con el tronco central de la obra, y está muy buena. Pero la inmensa mayoría de estos últimos 13 episodios van derecho hacia lo que todos queríamos ver, que es la resolución del sangriento conflicto entre el Trust y los Minutemen. El final está espectacular, pasa todo lo que uno quería que pasara y es todo trágico, épico y humano a la vez (bueno, lo de Lono no es humano; obviamente –y aunque Brian Azzarello lo niegue- el chabón tiene superpoderes).
Lo primera reflexión que me surge es cómo cambia la propuesta de 100 Bullets de los primeros números al final. Al principio es una cosa más episódica, más cercana a las series de TV y al final es casi una de guerra entre maffias, en la que todos los personajes se conocen hace mil años (incluso en el último episodio te enterás que uno de los “buenos” es hijo de uno de los “malos”) y tienen talonarios enteros de facturas para pasarse por las transgresiones y traiciones acumuladas desde la década del ´60. Por supuesto, estas historias y estos personajes están tan bien armados, que el conflicto final te atrapa por completo. El tema es que, si la idea era que todo condujera a esto, mucho de lo que leímos en los 12 tomos anteriores se apartó MUCHISIMO de esa idea. Lo disfrutamos a pleno, obvio, pero ¿era una parte del rompecabezas de 100 Bullets? Y, no, era otra cosa. Era una exploración de la corrupción en sus distintas formas, a lo largo y a lo ancho de los EEUU. Y por ahí alguno te explica que la serie se trata tanto de eso como de la guerra entre el Trust y los Minutemen.
La otra reflexión: el final me hizo acordar a Sandman. Sí, sí, estoy sobrio. ¿Te acordás cuál era el conflicto central en Sandman? Los Endless tenían una regla muy estricta: si uno de ellos derramaba sangre de un familiar, sería ejecutado por las Euménides. A Morpheus lo enroscan para que mate a su propio hijo y lo termina por pagar con su propia vida. O sea, por más poderoso que seas, hay UNA regla que no podías transgredir y si lo hiciste, fuiste. El final de 100 Bullets es eso: un árbitro severo (ningún “siga, siga”) imparte castigos durísimos a los que violaron el reglamento, a cara de perro y sin que le pese el complejo entramado de relaciones humanas que vincula a los distintos protagonistas. De los que merecían salir con vida, muere uno sólo, y de los que merecían la muerte, zafa también uno sólo (el hijo de puta de Lono). Pero claro, al tener personajes tan humanos, tan reales, la línea que separa a buenos y malos es muy finita. ¿Alguno era 100% inocente? No, ni en pedo. Pero algunos pelearon por lo que creían más noble, otros cumplieron órdenes y otros defendieron hasta el final sus propios y mezquinos intereses. O sea que es casi imposible no tomar partido.
¿Quedaron cabos sueltos? Sí, muchísimos. Sin dudas, el final se les vino encima y los autores tuvieron que acelerar, comprimir y dejar para otro momento (tal vez para nunca) una pasada en limpio de cómo quedó la cosa, qué pasó con algunos personajes a los que dejamos de ver en algún punto de este tomo y cómo se resolvieron puntas a las que en su momento Azzarelllo les dedicó mucha atención (sagas enteras!), como la de la pintura robada.
Del trabajo de Eduardo Risso ya hablamos muchísimo, y no me quiero repetir. Simplemente destacar las cátedras de narrativa que da a lo largo de todo el tomo, especialmente en el noveno episodio, que es el que intercala secuencias de seis o siete historias paralelas sin perderte ni marearte en ningún momento. Hay que ser infinitamente grosso para que te salga bien eso. Y la secuencia del final, esas seis páginas mudas que transcurren en algo así como cinco segundos, son imbatibles y lo serán forever.
Al final, 100 Bullets terminó por ser un comic raro, muy arriesgado, muy complejo, muy ambicioso… y aún así ganchero y taquillero como pocos. ¿Qué pasó ahí? ¿Cómo se generó esa sintonía entre dos autores que en ningún momento se bajaron los lienzos y un público que ama ver cómo los autores se bajan los lienzos? Por ahí tiene que ver con las fechas en las que se publicó, 1999-2009, años en los que el público del comic yanki se renovó casi por completo… Ni idea, pero te recomiendo que lo descubras por vos mismo, porque garpa de verdad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que onda All Star Batman? Es tan malo como dicen? Por lo que vi, esta afiladisimo Jim Lee, a partir del segundo numero.

Andres Accorsi dijo...

El dibujo no apesta ni mucho menos, pero el guión es horrendo, mal.

mentedemente dijo...

Para mi gusto el final de 100 bullets es acorde a como fue la serie. Es un muy buen final, pero que te deja con ganas de muchisimo mas y muchas dudas. Al igual que cada tomo, al igual que cada mínimo capítulo.

Disfrute mucho de 100 bullets aunque si lo hubiera leido durante esos 10 años y no todo de corrido hubiera sido muy dificil engancharse realmente.

Obra altamente recomendada para cualquiera.

Anónimo dijo...

100 bullets me pareció una joya, de lo mejor que leí últimamente.
Me parece muy buena la comparación con Sandman. Hay algo de eso, pero quizás en el fondo viene del registro trágico (casi en el sentido griego, con padres asesinando a sus hijos) que toma el final.
Y hasta donde yo entiendo a Lono lo boletea Dizzy, ¿por qué decís que sigue vivo? ¿me perdí algo?

Y che, felicitaciones por el blog
Lucas