En el día de San Valentín,
Febrero nos regala otra noche hermosa a los que nos gusta más salir a atorrantear
que enamorarnos, pero antes, vamos con unas reseñas.
Retomé (después de un
parate) la lectura de Oyasumi Punpun, el manga más raro que leí en mi vida. Mientras
leía el tomito, todo el tiempo me estuve preguntando qué carajo le pasará por
la cabeza a Inio Asano. Cuánto de lo que estoy leyendo responde a mambos que el
autor tenía en la cabeza y se le ocurrió exorcizar a través de esta obra. Acá
el elenco de secundarios ya cambió por completo (ni rastros del querido Tío
Yoichi), el propio Punpun cambió por completo, y lo único que perdura, en forma
tenue y muy en tercer plano, es el fantasma de Aiko, la primera chica de la que
se enamoró el protagonista, allá lejos y hace tiempo.
El plot del manga que
Punpun estaba creando junto a Sachi se desinfla sin haber estado nunca a punto
caramelo (igual Asano lo aprovecha para bajar una línea bastante poco sutil
acerca de cómo los editores eligen los mangas que publican), la relación entre
Punpun y esta chica (a esta altura, el personaje más interesante que tiene la
serie) tampoco parece ir a ningún lado, pero la vida de este chico continúa y
Asano nos sigue haciendo comer todo tipo de amagues y gambetas, con destreza
maradoniana.
A lo largo del tomo,
tenemos una segunda línea argumental, la de ese especie de gurú new age limado
que quiere ser gobernador de Tokyo, un personaje estrafalario de gran carisma,
que a su vez se vincula con otros personajes que –por ahora- no intersectan con
la historia de Punpun. ¿A dónde va esta línea? Ni la menor idea. Conociéndolo a
Asano, en una de esas en el Vol.10 ya nadie se acuerda de Toshiki Hoshikawa y
sus buenas vibraciones.
El dibujo, glorioso como
siempre. Me dieron ganas de arrancar esa viñeta-página de Aiko que aparece casi
al final del tomo y enmarcarla como si fuera un cuadro del Museo del Prado.
Increíble cómo este zarpado le pinta la cara a tanto mediocre que vende
fortunas. Habrá más Oyasumi Punpun muy pronto.
Salto a Argentina, año
2019, cuando se publica Los Condenados, un recopilatorio de historias cortas
del maestro Jok, donde mezcla trabajos con guiones propios con otros escritos
por dos grandes: Alejandro Farías y Rodolfo Santullo. Varias de estas historietas
aparecieron en Fierro, otras en antologías que ya reseñamos en el blog
(Próxima, Crónicas del Lejano Oeste) y otras estaban inéditas, o habían
aparecido sólo en sitios de historieta digitalizada. El paso a grises de las
historietas que originalmente eran a todo color es bastante bueno, aunque las
sigo prefiriendo a color. Y lo mejor que tiene el libro es la “Ratio Accorsi”:
sobre 88 páginas, ¡84 son de historieta! Termina una, arranca la otra. Y así
hasta el final, sin separadores absurdos, ni carátulas, ni páginas en blanco.
Una fiesta para los que somos fans del dibujo de Jok.
Vamos a las historias: Las
dos que más me gustaron tienen guiones de Farías: La Aceptación y Pique. De las
escritas por Santullo, creo que mi favorita es Hombres de Provecho. Y de las
que tienen a Jok como autor integral, me acuerdo haber leído en algún lado
Jauría (que necesitaba tres o cuatro páginas más para desarrollar mejor un
argumento interesantísimo y un par de personajes tremendos) y me sorprendieron
el guión de Lapsus (cátedra para cualquier guionista de superhéroes con
tendencia a la oscuridad) y el dibujo de Toque Invisible, en el que Jok trabaja
con viñetas más grandes y deja la vida en cada retrato de esos templos, parques
y pagodas que vio en China.
Pero hablar bien de los
dibujos de Jok ya es medio redundante porque hace años que este aventajado
alumno de Oswal definió y perfeccionó un estilo, y lo puso siempre al servicio
de contar historias, nunca se quedó en el despliegue de virtuosismo ni en lo
superficial. Si conocés las obras más difundidas de Jok (40 Cajones, Merlín,
Ladrones y Mazmorras, Reflejo) y querés descubrirlo como autor integral, Los
Condenados es una excelente opción. Si lo que te atrapó de Jok es cómo se
complementa con los guiones de Santullo, acá vas a ver a la dupla tirar magia en espacios reducidos. Y como
bonus track, Los Condenados te ofrece esas colaboraciones inéditas con Ale Farías,
con ideas, climas, silencios y diálogos realmente formidables.
Ojalá cunda el ejemplo y
empiecen a salir libros con las historias cortas (la “obra dispersa”, como
dicen en literatura) de muchos más autores de los que solemos consumir en el
otro formato, el de los relatos más extensos.
Nada más, por hoy. Buen
finde para tod@s y nos reencontramos pronto, acá en el blog.
1 comentario:
¿Qué significa atorrantear?
Publicar un comentario