el blog de reseñas de Andrés Accorsi

sábado, 3 de octubre de 2020

ELEKTRA LIVES AGAIN

De las obras en las que Frank Miller dibuja sus propios guiones, Elektra Lives Again debe ser la más rara. E incluso la menos difundida, la que menos se menciona, o la que menos menciona el propio Milller. Lo más raro es que el guion se escribió en 1984 y la novela gráfica salió a la venta en 1990. O sea que varias obras que se publicaron antes que esta (Elektra: Assassin y Daredevil: Born Again, por ejemplo) se escribieron después que Elektra Lives Again. En la continuidad de Daredevil, no es difícil de ubicar en el algún punto de la etapa de Denny O´Neil, pero la novela gráfica no lo aclara. Originalmente, tampoco había sido pensada como novela gráfica: lo de editarla en tamaño más grande, en tapa dura y con el logo de Epic (que le habilitaba a Miller meter escenas de sexo y un nivel de violencia muy salvaje) surgió después. En algún momento esta historia iba a ser un número de la revista Marvel Fanfare y después el proyecto mutó y pasó por las manos de varios coordinadores a medida que los tiempos se dilataban. Entre que Miller la escribió y la fecha de publicación, el autor tuvo un regreso a Daredevil, vio cómo su padrino y amigo Jim Shooter caía en desgracia, rompió todo con The Dark Knight Returns y Batman: Year One, recorrió todo Estados Unidos promocionando sus comics de Batman, se peleó con DC, empezó a trabajar para Hollywood… En un punto, la tremenda demora que sufrió Elektra Lives Again es casi lógica si pensamos en las turbulencias que experimentó Miller en su vida profesional durante esos años. Ya estoy veleteando, al mejor estilo UCR: lo más raro –me parece ahora- es que no esté el logo de Daredevil en la portada. Esta no es una aventura de Elektra, ni por casualidad. El protagonista absoluto es Matt Murdock (ni siquiera Daredevil) y toda la historia está narrada en primera persona por el abogado ciego. De hecho, lo peor que tiene la historia es que durante buena parte de la novela, no sabés si lo que está contando Miller es real, o si son sueños o alucinaciones de Matt. Acá tenemos la clásica batalla de Argumento vs. Guion, y esta vez el guion es realmente hermoso. Son casi 75 páginas con unos bloques de texto poéticos, muy bien escritos, un ritmo narrativo muy ganchero, con secuencias orquestadas con imaginación y coraje, diálogos memorables, miles de referencias sutiles a la saga original de Elektra, mucho juego simbólico con la fe católica de Matt… Pero es como tratar de ponerle vitraux a una carpa. La estructura es tan débil que no lo resiste. Elektra Lives Again te impacta con un guion muy pulido, muy sofisticado, pero nada llega a buen puerto porque el argumento, lo que Miller tiene para contar, es la nada misma. Entonces todo se disuelve en la ambigüedad, en el “capaz que fue todo un sueño”, o “Matt estaba tan obsesionado con Elektra que por ahí todo esto lo flasheó” y atrás de eso no se ve una historia sólida. Sobre el final, pareciera que Matt hizo un recorrido, que todo esto le sirvió para poder seguir viviendo sin el amor de Elektra y sin su fantasma quemándole la cabeza. Pero no está muy enfatizado por el autor. Otro punto rarísimo (y maravilloso) es que Miller no le da estas páginas para entintar ni a Klaus Janson ni a nadie más. En una de esas, el proyecto se atrasó los años que se atrasó porque Miller decidió hacerse cargo él mismo de las tintas, en un estilo distinto, con una línea clara, que cambia poco de grosor. Es un estilo precioso, sutil, finoli, con los mismos trucos narrativos que vimos en The Dark Knight Returns, pero con otro acabado, mucho más prolijito, con más detalle, con unos fondos elaboradísimos, como si Miller estuviera en tránsito hacia un estilo más cercano al de… Geoff Darrow, ponele. Lo cual también hace un ruido descomunal si pensamos que la siguiente obra que Miller va a dibujar él mismo va a ser Sin City (en 1991), donde visualmente pega un volantazo bestial y se va a terrenos totalmente impensados para los fans acostumbrados al Miller de los ´80. En Elektra Lives Again todo se ve realmente increíble: no sólo se nota el laburo a destajo de Miller, sino que además, a la hora de agregar el color, Lynn Varley inventa nuevas magias que potencian muchísimo el resultado final. Brillos, texturas, detalles, atmósferas, esfumados… todo cobra un relieve de gran belleza plástica gracias a la labor de la colorista cuyo nombre aparece –con toda justicia- del mismo tamaño que el de Miller en la portada del libro. ¿Recomiendo Elektra Lives Again? Si te gusta Miller como dibujante y querés ver un momento extraño y notable en su evolución gráfica, por supuesto que sí. Si sos fan de Elektra, también. Si sos fan de Daredevil, supongo que también, porque Miller se mete a fondo en la psiquis del personaje y demuestra (una vez más) que lo entiende como pocos autores. Pero si te gustan las historias sólidas, donde el argumento se te venga encima como un tren dispuesto a pasarte por encima y te deje pensando en lo mucho que cambiaron las cosas entre la primera página y la última, la verdad que no. En ese caso, me parece que esta historieta te va a dejar bastante frío, vas a proferir varios “¿WTF?!?” y vas a entender por qué en los 30 años transcurridos ningún guionista se hizo cargo de lo que narra Frank Miller en estas páginas. Nada más, por hoy. Gracias por estar ahí y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.

3 comentarios:

Pablo Garat Dibujo dijo...

Andrés, cuando Miller salta de estilo y crea Sin City, es porque descubre la obra de Alberto Breccia, y se influencia de ella ?

Andrés Accorsi dijo...

No te sabría decir si lo descubre en ese preciso momento, o si ya lo conocía de antes. Pero la influencia de Alberto Breccia en Sin City es innegable...

Pastruki dijo...

A mí me gusta bastante este álbum, y creo que se disfruta mucho más en un formato europeo (creo haber visto ediciones tamaño comic book y no me parece que sea tan disfrutable)
Lo de Lynn Varley acá no tiene nombre, es impresionante, y realmente una muestra de cuando dibujante y colorista trabajan a la par.
Lo de Miller como artista me parece que es su máxima obra, tiene unas paginazas y unas secuencias impresionantes.