jueves, 16 de junio de 2022
ESSENTIAL CLASSIC X-MEN Vol.2
Otro Essential de durísima digestión, esta vez con el aliciente de que yo ya sabía lo que me iba a encontrar en estas 640 páginas, porque ya había leído todas estas historietas, por supuesto a color.
Y entré tan convencido de que me estaba sumergiendo en un foso séptico, que por momentos el material me pareció menos choto de lo que suponía que iba a ser. De hecho, hay algunos numeritos de Roy Thomas que no están mal, que se me hicieron entretenidos, a pesar de la cantidad ingente de diálogos. Me parece que el problema fundamental de esta etapa de X-Men (años 1966-68, más o menos) es que es una serie que no va a ningún lado, que hace la plancha y simplemente acumula episodios, que hasta se podrían leer en cualquier orden. A partir del nº38, cada número incluye un episodio principal más corto (15 páginas) y un back-up protagonizado por uno solo de los miembros del equipo en el que generalmente se exploran sus orígenes. Esto le da un poco más de aire a los relatos, porque Thomas y sus sucesores (Gary Friedrich primero y Arnold Drake después) no sienten más la presión de cerrar las aventuras en la página 20, y estas se extienden a lo largo de varios números.
Dos cosas me llamaron mucho la atención. Uno: me divertí mucho más en las escenas en las que los X-Men actúan en sus identidades civiles, como adolescentes "normales" de los años ´60, que durante las peleas con los villanos. Dos: parece que en el Universo Marvel de 1966-68 todavía no había afroamericanos. Ni en las escenas de multitudes, ni cuando aparecen grupos de soldados, policías, bomberos o incluso pandilleros, vemos gente de raza negra. Nunca, jamás, ni un solo personaje que no sea caucásico.
Lo mejor, lejos, el ídolo Hank McCoy y la magia que nos regala en los diálogos, con un vocabulario florido, sofisticado, y referencias al cine, la literatura, la música y las artes plásticas, además de a la ciencia, que es su especialidad. Incluso en esta época "oscura" de los X-Men ya había motivos de sobra para hacerse hardcore fan de este personaje carismático y genial, quizás no tan relevante a la hora de definir los combates, pero brillante para tirar chistes y diálogos de los que los otros personajes no podrían tirar jamás.
No sé si a causa de la vejez o del blanco y negro, no me disgustó el trabajo de Werner Roth en el dibujo. Al vilipendiado autor lo mandan a clonar los layouts de Jack Kirby, y si bien no logra reproducir el impacto y el carisma de los dibujos del Rey, zafa dignamente. Sobre todo en los primeros números, cuando lo entinta un Dick Ayers extrañamente elegante, que por momentos parece Sid Greene entintando a Gil Kane en un comic de DC. Después, al pobre Roth le infligen las tintas de asesinos como John Tartaglione y (en menor medida) John Verpoorten, y el dibujo se hunde en los pantanos del oprobio. En el medio, a Roth le permiten probar otras puestas en página, no clonadas de las de Kirby, a veces imaginadas por él mismo y otras veces delineadas por Don Heck.
Entre los suplentes están Ross Andru, George Tuska (a los que también masacran los entintadores), un numerito más que decente de Dan Adkins, uno espantoso de Jack Sparling, uno de un primerizo Barry Smith (todavía sin el "Windsor") que es un pastiche bochornoso de afanos a Kirby, un par de números dibujados por Don Heck sin alma ni talento, y los dos numeritos del mítico Jim Steranko que ya vimos (a todo color) en la reseña del 22/03/18. Después de años de Roth y Heck, el despliegue visual que propone Steranko es un soplo de aire fresco, pero al ídolo también le enchastran los lápices con las horrendas tintas de John Tartaglione y el resultado queda muy por debajo de lo que pudo haber sido.
El Essential incluye también un número de Avengers, ya que Roy Thomas ensaya un crossover entre las dos revistas de equipos que escribía en este entonces. Y claro, aparece en escena John Buscema y su jerarquía se impone de modo natural... excepto por un detalle. Parece que nadie le avisó al dibujante que los X-Men eran adolescentes, y dibuja a los pibes de 16 años con los mismos rasgos que a Hank Pym (que tenía más de 30) o Hawkeye (que no tendría menos de 23-24).
En fin, poco para rescatar a nivel dibujos, pocas aventuras interesantes, y en todo caso si vale la pena guardar este masacote es por su valor histórico: acá están las primeras apariciones de personajes como Polaris, Banshee, Mesmero, Erik the Red, Mimic y la primera de las muchas muertes del Professor Xavier. Y por supuesto, también hay apariciones de un sinnúmero de personajes irrelevantes, que más tarde serían prolijamente barridos abajo de la alfombra, o reformulados por completo. Ah, y la dulce ironía de ver a Arnold Drake (co-creador de la Doom Patrol) como guionista de los X-Men también suma unos puntos.
Tengo el tercer y último Essential de Classic X-Men en la pila de los pendientes y seguro le entraré durante este año.
Nada más, por hoy. Gracias y hasta pronto.
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