domingo, 14 de abril de 2024
RESEÑAS CON TORMENTA
No es un combo tan choto como parece, sobre todo si tenés a mano algo rico para comer...
Arranco con el Vol.3 de Black Science, otra serie de Image que tenía colgada hace mil años (vimos el Vol.2 el 23/01/18). Aquella vez yo decía que el Vol.2 se entendía poco si no tenías muy fresco el Vol.1, y esta vez me pasó lo mismo, pero al cubo. Empecé a leer y no entendía un choto, no me acordaba quiénes eran los personajes, por dónde pasaban los conflictos, cómo habían llegado al punto en el que están, etc.. Y el guacho de Rick Remender no hace el menor esfuerzo por explicártelo. Si no leíste lo anterior, curtite.
Por suerte, cuando ya iban unas 25-30 páginas, se me acomodaron los melones en el carro y logré sintonizar la onda de Black Science, y recordar lo básico de esta trama demencial narrada a un ritmo que te pasa por encima. Este es un comic furibundo, trepidante, que no da respiro. Pero no tiene a la machaca ni a las escenas de acción ni a las peripecias imposibles como principal sustento. En esa vorágine narrativa, Remender se las ingenia para meter MUCHAS escenas en las que los personajes interactúan, en las por un lado que desarrolla vínculos muy interesantes, muy retorcidos, y por el otro se luce con unos diálogos muy fuertes, a veces muy afilados, otras veces muy groseros, pero con una gran sensación de realismo, que contrasta a la perfección con el nivel de fantasía casi delirante que propone el argumento.
Esto es mucho más jugado que cualquier cosa que haya hecho Remender para Marvel, una especie de versión extrema (y para adultos) de los Fantastic Four, con conceptos de ciencia ficción más atrevidos, menos superpoderes y más mala leche a la hora de construir a los personajes y relacionarlos entre sí. En este tercer TPB parece llegar a su fin una saga, pero seguramente habrá más adelante algún tipo de exploración de las consecuencias de todo lo que pasa en este tramo final del arco inicial. En total son 9 TPBs, que (creo) narran tres sagas largas. Así que tengo para rato.
El dibujo de Matteo Scalera es un motivo más que tentador para bancar esta serie hasta el final. El italiano pone toda la carne al asador en estas páginas, esta vez apuntalado por el colorista Moreno Dinisio. El trazo de Scalera transmite una vitalidad increíble, como si de pronto se fusionaran Sean Murphy y Carlos Meglia y apareciera lo mejor de cada uno en cada viñeta. Dinisio sabe cuándo apostar a la espectacularidad del color y cuando relegar la propuesta cromática para que el dibujo de Scalera gane protagonismo, y encuentra lindas variantes para aplicar el color en los flashbacks. Visualmente, esto es un kilombo hermoso, y acá también, Black Science te pasa por encima sin piedad. Esto es aventura para adultos a un nivel muy notable, sin concesiones y con un equipo creativo donde se nota una simbiosis absoluta, como si fuera todo obra de una única persona que está muy mal de la cabeza y es muy genial. Ojalá consiga pronto los tomos siguientes, para que no se me haga otro bache de más de cinco años en la lectura.
Hace poquito conseguí en papel una obra que había leído a principios de año en digital y que me había parecido excelente: Retrato de un Trompetista, de Matías De Vincenzo, uno de los grandes comics de autores argentinos publicados en 2023. Ya vimos en el blog varios trabajos de este autor (de cuando firmaba "Matías Chenzo", o simplemente "Chenzo"), tanto con guionistas como en solitario.
Esta vez tenemos una historieta sin acción, que salta para adelante y para atrás en la vida Rubén, un pibe (y un adulto cincuentón) que ama al jazz y se convierte no sin esfuerzo en un trompetista más que aceptable. Pero además le copa el tema de los OVNIs y además arrastra desde chico "problemitas" con su cuerpo y una amistad medio rara con Valeria. Matías presenta las secuencias en desorden, le mete un elemento fantástico a la escena que sería demasiado heavy dibujar de manera realista... y cuando armás el rompecabezas, y te das cuenta lo que realmente pasó y en qué orden sucedieron las cosas que el libro muestra desordenadas... Retrato de un Trompetista se convierte en una obra perturbadora, tremendamente impactante y al límite de la genialidad. No quiero spoilear nada del argumento: la historieta dura apenas 62 páginas, con poco texto, así que cualquier dato que tire puede ser demasiado revelador y cagarle las sorpresas a quienes se animen a leer la obra. Pero tiene que ver con el jazz, los alienígenas y una historia de amor prohibidísima.
Acá vemos a De Vincenzo cambiar su estilo gráfico respecto de sus obras anteriores, e incluso de Efecto Malena, el comic digital que realizó para Deriva hasta hace muy poco (y que pronto va a tener su edición en papel). Esta vez la línea negra pierde protagonismo frente a la mancha. Entra en juego un pincel muy suelto, muy libre, tanto para darle vida a las masas negras como para aplicar distintas tonalidades de gris logradas con aguadas. El resultado no está mal, y supongo que le permitió a Matías completar la obra en menos tiempo que las anteriores, pero a mí me gustaba más el otro estilo, menos etéreo y con más atención por los detalles. Lo bueno que tiene este estilo es que sirve para acentuar el clima de misterio y de mezcla rara entre realidad y delirio, que son elementos importantes en la trama.
Si te bancás una historia poco convencional, con un giro final jodido como enema de chimichurri, incómodo como tampón de virulana, te recomiendo mucho Retrato de un Trompetista. Y espero con ansias nuevos trabajos de Matías De Vincenzo en esta faceta de autor integral que se canta "quiero retruco" a sí mismo y en vez de quedarse en el molde arriesga cada vez más.
Gracias y nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog. Quienes quieran leer más, se pueden descargar cualquier número de la Comiqueando Digital en https://comiqueandoshop.blogspot.com/ y ser infinitamente felices por poquísimo dinero.
Etiquetas:
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