Por fin tengo un rato para
sentarme a escribir las reseñas de los últimos libritos que leí…
Me quedaba por comentar
Slay per View, el tercer (y creo que último) tomo recopilatorio de Sinister
Dexter editado por DC y 2000 A.D. allá por 2005. Esta entrega ofrece casi 240
páginas de material, casi todo publicado originalmente en el semanario 2000
A.D. durante 1997, en lo que –sospecho yo- habrá sido el pico de popularidad de
esta serie creada por el prolífico Dan Abnett.
De nuevo se hacen inevitables
las referencias a Pulp Fiction y a Hitman, pero la verdad es que a nivel
guiones este tomo no nos brinda ni por casualidad la magia del anterior. Hay
pocas historias realmente chotas: la mayoría son un “meh, no está mal”. La
mejor es la que da título al libro: en apenas 25 páginas, Abnett conjura una
trama espesa, logra crear verdadera tensión, sorprende con la resolución y
hasta se anima a hacer avanzar a los personajes por el lado de los vínculos. La
historia más extensa, “Mother Lode and the Red Admiral”, tampoco está mal, de
hecho tiene varios de los mejores diálogos del tomo, pero el dibujo de Calum
Alexander Watt la deja al borde de lo ilegible de tan ramplón y torpe que es. Y
la otra aventura atractiva es “Drop Dead Gorgeous”, donde también, en 20
páginas el guionista juega un par de cartas bravas, arriesga y sale bien
parado.
Después hay muchas
historias cortas, de 8 ó 9 páginas, en las que Abnett ni se propone armar algo
asi como una estructura narrativa coherente. Son chistes largos, intentos de
satirizar algo, anécdotas intrascendentes, secuencias medio oníricas… todo vale
para llenar ocho paginitas en las que seguramente Sinister y Dexter van a
boletear a alguien a sangre fría. De estas aventuritas menores y/o en joda,
destaco a “Lyrical Bollards”, una farsa demencial con certeros palos al mundo
de la poesía y la literatura “de vanguardia”. Además esas 16 páginas son las
únicas del libro dibujadas por el descomunal Simon Davis, que en el tomo
anterior había aportado muchísimo material de alto nivel visual.
En este tomo por suerte
hay poquito Steve Yeowell, ocho paginitas muy locas de Sean Phillips, bastante
de un Andy Clarke al que todavía le faltaba un montón, bastante Greg Staples
clonando a Simon Bisley a lo pavote y apenas un par de historias cortitas (y
con guiones tirando a impresentables) a cargo de Paul Johnson, lejos el pico
más alto dentro de una faz gráfica algo despareja. Y no tengo más material de
la 2000 A.D. sin leer. Eventualmente volveremos a explorar esa rama del comic
británico, pero no sé cuándo.
¿Qué onda los dibujantes
argentinos que trabajan para editoriales de EEUU en historietas con estilo
similar al manga? Hasta ahora hemos visto poco o nada de esto en el blog, pero
cayeron en mis manos los tres tomos de StarCraft: Ghost Academy, un comic de la
editorial TokyoPop publicado en 2010 y vinculado (lógicamente) al universo del
famoso videojuego StarCraft. Esto está escrito por Keith Decandido y el guión
es tan malo que no sé si voy a poder llegar hasta el final del tercer tomo, y
mucho menos juntar aguante para reseñar los dos tomos que todavía no leí.
El atractivo que tiene
Ghost Academy es, sin dudas, el dibujo de Fernando Heinz Furukawa (FHF), un
argentino con padre alemán y madre japonesa. FHF tiene un estilo muy alineado
con el manga más comercial, una especie de Masashi Kishimoto un poco más
oscuro, o más cargado, con menos tendencia a la síntesis. Esto no es
exactamente un manga, porque está contado en sentido occidental y porque el
manejo del tiempo narrativo no se parece al de ningún manga, sino más bien al
de un comic mainstream occidental. FHF es un dibujante de gran solidez, de gran
despliegue. Repite mucho algunos planos, pero sus páginas no se ven estáticas
ni aburridas. Y el trazo está claramente potenciado por la aplicación de los
grises, que lo levantan muchísimo. FHF trabaja en esta obra con un equipo de
asistentes, entre los que están su mujer, la talentosa Rocío Zucchi, Leandro
Rizzo, Gabriel Luque y Gonzalo Duarte, que para mí era guionista, pero ahora me
entero que también es colorista, letrista y en Ghost Academy trabajó aplicando las
tonalidades de gris. Muy notable todo el aspecto visual de este comic, desde el
diseño de personajes (que no sé si es 100% original o está tomado de los
videojuegos) hasta el laburo a destajo en los fondos.
Lástima el guión, que es
realmente paupérrimo, de escasísima originalidad, estirado y reiterativo al
recontra-pedo… Posta, cuesta un huevo llegar al final de un tomo de tantas páginas
cuando está todo tan mal escrito, tan prendido con alfileres, con personajes definidos
con brocha tan gruesa… En una de esas está apuntado sólo a los muy fans del
StarCraft, que ya conocen y aman con pasión al universo del videojuego. Lo
cierto es que a mí me pareció prácticamente irredimible.
Esta semana seguramente
habrá nuevos posteos, acá en el blog. Gracias por el aguante y hasta pronto.
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