Me tomé varios días para
bajarme este temible masacote de 400 páginas, que incluye 11 episodios de una
serie de Rocket Raccoon, seis de una miniserie de Groot, un par de historias
cortas y una cantidad obscena de portadas alternativas, donde vemos a los
protagonistas dibujados por grossos como Declan Shalvey, Francesco Francavilla,
Humberto Ramos, Sara Pichelli, Stan Sakai, Jason Latour, Simone Bianchi o Phil
Noto.
Los 11 números de Rocket
Raccoon fueron un flashback demoledor a mediados de los ´90, cuando Alan Grant
y Val Semeiks contaban todos los meses historias de Lobo aptas para todo
público. Esto es exactamente igual. Un personaje que es el último de su
especie, kilombero, violento, mal hablado (que profiere puteadas inventadas
para que no aparezcan las verdaderas), vive alocadas aventuras en el espacio
exterior, donde se manda cualquiera para zafar de gente que lo quiere matar
para vengarse de sus afanos, sus asesinatos o su promiscuidad. De verdad, si
cambiás al Capo por Rocket, se pueden contar exactamente las mismas historias,
con ínfimas modificaciones. La única diferencia es el vínculo fraternal entre
Lobo… digo, Rocket y Groot. El pseudo-mapache se va a jugar la vida desinteresadamente
por el árbol viviente más de una vez, mientras que el último czarniano
probablemente no lo haría nunca sin que medie un beneficio para su pecunio.
Pero no, los guiones no
son de Alan Grant. El encargado de guiar a Rocket en este periplo demencial es
el maestro Scottie Young, quien se da todos los gustos. Arma una saga
grandilocuente, la interrumpe para meter algún unitario descolgado, te
bombardea con chistes y situaciones desopilantes, muchísimos gastes a Star
Wars, y en los dos últimos episodios resuelve todo con tanta jerarquía que al
final (como hacía la Bruja Grant) te deja al personaje en el mismo lugar donde
lo encontró. En el medio, te divertiste a lo pavote durante más de 200 páginas.
El propio Young dibuja un poco más de 100 páginas, en las que deja la vida. Te
masacra con unas puestas en página alucinantes, ideas narrativas copadas,
acción a pleno, diseños de personajes, criaturas y naves gloriosos,
onomatopeyas salvajes… Todo se ve muy dinámico, muy divertido y demasiado lindo
para ser real. Cuando deja de dibujar Scottie, lo reemplaza Jake Parker, que
sigue esa misma línea de dibujo (aunque sin esos niveles de magia) y también
hay dos episodios dibujados por Filipe Andrade, un dibujante portugués
exquisito, con una estética bastante alejada de la de Young, pero también con
muchos logros en materia visual y narrativa.
En los seis números de
Groot, el guionista Jeff Loveness propone una road movie clásica, que le
permite mostrarnos en cada episodio la interacción del protagonista con
distintos personajes. También introduce a una nueva villana, repasa momentos
clave en la historia de Groot y entre acción y chistes limados (brillante la
sátira al origen de Superman), lleva el relato hacia una conclusión potente y
satisfactoria en el quinto episodio. Queda uno más, y ahí Loveness sube la apuesta.
En el nº6 juega la carta de la emotividad, lanza la estocada al corazón de los
lectores y le da a las 13 páginas finales un vuelco muy conmovedor, casi
poético, que no me vi venir nunca. Acá es donde la miniserie adquiere la
profundidad que por ahí le venía faltando en las primeras 100 páginas.
El dibujante de este tramo
es Brian Kesinger, quien dibuja bárbaro a Groot, a Rocket, a las chicas y a
todas las razas alienígenas. Lo que le sale definitivamente mal son las caras
de los varones con rasgos humanoides. Pero fuera de eso, se la banca muy
dignamente incluso al lado de una bestia como Scottie Young. En las dos
historias cortitas también hay buenos dibujantes: Mike Del Mundo (en un estilo
tipo comic de ciencia-ficción de la revista Epic o Heavy Metal) y Ming Doyle en
la línea que la caracteriza siempre, pero con un poco más de laburo en los
fondos.
Si sos fan de los
Guardians of the Galaxy, o si extrañás las aventuras galácticas de Lobo, o si
te querés divertir un BUEN rato, acá tenés mucho material, mucho compromiso y
mucho talento. Esta es la Marvel que le gusta a la gente: bardo, machaca épica,
humor salvaje, cada tanto un toque emotivo, pero sin enkilombar la continuidad
ni pretender que leamos 70 series para entender qué carajo está pasando. Y con dibujantes
capaces de entregar un episodio completo durante más de dos meses consecutivos.
Me quedó claro que Scottie Young no sólo le pone todo a su kiosquito creator-owned.
Acá, con un personaje prestado, también hizo explotar todo con la polenta de su
trazo y su ingenio.
Ultimo dato: Rocket
Raccoon fue co-creado por Keith Giffen, igual que Lobo. ¿Casualidad? Nah, ni en
pedo…
Gracias por el aguante y
nos reencontramos pronto con nuevas reseñas acá en el blog.
2 comentarios:
Pinta bien!! No leí NADA de estos personajes... ¿se entiende igual?
Se entiende todo perfecto.
Publicar un comentario