martes, 15 de septiembre de 2020
GUTS
Esta novela gráfica fue la historieta en lengua inglesa más vendida en 2019, ganó el Premio Eisner a Mejor Historieta para Chicos de ese año, y su autora fue galardonada como Mejor Historietista, también de 2019, por su labor en esta obra. Por si faltara algo, se editó recientemente en nuestro país (con el título de "Coraje") y también está vendiendo muy, pero muy bien.
Es una historia acerca de cómo los miedos e inseguridades se pueden somatizar y afectarte a nivel físico, protagonizada por la propia autora, Raina Telgemeier, cuando tenía 10 u 11 años. Como en casi todas las obras de Raina, buena parte de lo que sucede tiene que ver con la salud (mental o corporal) y para eso la autora suele contar con el asesoramiento de profesionales, médicos y psicólogos, para no mandar fruta y que los padres que compran estas historietas para sus hijos encuentren un andamiaje sólido para sostener la historia que cuenta Raina y la línea que baja. Eso está muy cuidado: los vómitos y las diarreas no están ahí para causar gracia, ni para impactar, sino que todo tiene un sentido en el marco del aprendizaje de la joven protagonista, que busca dominar sus ataques de miedo y angustia.
Me imagino que para una nena de 10 años esto debe ser muy lindo, muy emotivo, se deben sentir muy identificadas con lo que cuenta Raina, que es todo muy real y a la vez muy accesible. Yo esperaba un poco más del argumento, para ser honestos. Hace un par de años me tocó leer Ghosts (ver reseña del 04/11/18) y ahí me encontré, además del slice of life y la mirada muy real y muy emotiva a la vida de una chica con una enfermedad muy jodida, una historia con elementos fantásticos presentados de manera muy atractiva, más allá de que estuviera apuntada al público infantil y uno ya tenga edad como para ser abuelo. Guts, en cambio, vuelve a la onda de las primeras novelas gráficas de Telgemeier, en las que no había elementos fantásticos y todos los conflictos pasaban por los vínculos entre personas reales, en general adolescentes. Para mi gusto, Ghosts era un upgrade respecto de esa fórmula, porque introducía con éxito el elemento fantástico. Desde ese punto de vista (sesgado, por supuesto), Guts es un pasito para atrás y quizás por eso me dejó gusto a poco.
Incluso en el apartado gráfico, Raina no repite esas proezas que hacía en Ghosts cuando te clavaba en el ángulo esas splash pages fascinantes, con unos paisajes increíbles. La ambientación de Guts es más ordinaria, no está esa invitación a vivir como algo mágico o estimulante el entorno en el que se mueven los personajes, sino más bien lo contrario: el paisaje suburbano (y hogareño) es frío, desangelado, y contribuye a esa sensación de chatura y -en algunos pasajes- de opresión. En el dibujo de fondos y personajes, Telgemeier vuelve a brillar en ese estilo sintético, claro, con esos detalles que le dan realismo a la imagen sin saturarla de información y con su excelente manejo de las expresiones corporales y faciales. Raina sigue en la senda de Bill Watterson, su principal referente, pero también muestra cositas de otros artistas como Stan Sakai, John Stanley, y hasta por momentos me hizo acordar mucho a Maco, la autora uruguaya, cuyas obras (supongo) Raina no leyó nunca en su vida. Como siempre, donde más se luce Telgemeier es en la narrativa, en ese flujo absolutamente natural y envolvente que tienen sus secuencias, ideal para enganchar a los lectores más chicos. A diferencia de la mayoría de los autores que hoy piensan al comic en términos de “novela gráfica”, Raina juega fuerte con el lenguaje icónico de la historieta: las onomatopeyas, los globos con distintas formas para expresar distintas formas de hablar (o pensar), e incluso diálogos y silencios traducidos a dibujos con gran jerarquía y con cero posibilidades de desorientar al lector no muy curtido en la lectura de historietas.
Repito, entonces, que si bien a mí no me llegó tanto como Ghosts, me doy cuenta de que Guts es un muy buen trabajo, con la fuerza y la sensibilidad adecuadas para que millones de chicos y chicas se sientan muy identificados, la pasen muy bien y tengan a su disposición nuevas herramientas para ganarle a sus miedos e inseguridades. No tengo dudas de que Raina Telgemeier se merece la corona de Best Seller (que comparte con Dav Pilkey, el otro monstruo de las novelas gráficas infantiles que tiene Estados Unidos) ni de que sus historietas son un excelente punto de entrada para sumarle nuevos lectores a nuestro medio favorito. Estamos hablando de una autora que, con 43 años, encontró no sólo un público gigantesco, sino también una voz única, un estilo perfectamente idóneo para contar estas historias chiquitas, casi íntimas, en las que se ven reflejados muchísimos aspectos de la vida cotidiana de los chicos y adolescentes. Eso solo ya constituye una hazaña. Si además dibujás tan bien como ella, el éxito comercial y el reconocimiento de la crítica son actos de justicia que no tiene sentido cuestionar.
Nada más, por hoy. Sigo leyendo el material que tengo pendiente, para que no falten reseñas acá en el blog.
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1 comentario:
De acuerdo, Ghosts es más jugada en todo sentido. Drama no me pareció tan avanzada en su tratamiento de ciertos temas, pero es por el pasado puritano de Estados Unidos que muchos la enslazaron en su momento por "atreverse" a hablar de los sentimientos de un chico gay. Incluso la prohibieron en algunos estados.
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