el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 26 de enero de 2023

TARDE DE JUEVES

Quería postear ayer, pero no encontré el momento, así que quedó para hoy. Empezamos bien vintage, con un libro publicado en Argentina en 1991. Sex Rep recopila un montón de trabajos de Miguel Rep para las revistas SexHum® y SexHum® Ilustrado, todos de la segunda mitad de los ´80. Fue una etapa increíble para esas revistas de Ediciones De la Urraca, porque de pronto había libertad total para hablar de un montón de temas referidos a la sexualidad que durante muchos años habían estado vedados. Y también fue un momento increíble para Rep, que producía montones de páginas todas las quincenas, con margen para experimentar, para inventar nuevos personajes y desarrollar distintos tipos de historias. El primer tramo de Sex Rep está compuesto por historietas de una página, historietas de dos páginas y chistes de una sola viñeta. Las páginas de Rep están laburadísimas, con una gran cantidad de cuadros, muchos elementos en cada cuadro, a veces con secuencias mudas, otras con muy buenos diálogos, y con un estilo gráfico cambiante, donde se nota que el autor no se limita a reproducir una fórmula exitosa, sino que está todo el tiempo en busca de nuevos recursos, tanto en el trazo como en la puesta en página. Hay varios guiones muy buenos y uno brillante, "El Gran Mastorna". Y las 20 páginas finales reúnen todas las historietas de El Hombre Látex, un personaje que empezó como parodia de Plastic Man pero con chistes de sexo (la misma fórmula que había empleado el Negro Fontanarrosa con Sperman), y que con el correr de las aventuras -que no son tantas- gana una identidad propia e incorpora otras temáticas que no van solo para el lado del garche. En estas historias Rep se enfrenta con el desafío de tener que contar muchas cosas en muy pocas páginas, y lo único que se le ocurre para resolverlo es meter muchas viñetas chiquititas una al lado de otra (casi una arriba de otra), lo cual desluce un poco el dibujo. Hay historias de El Hombre Látex condensadas en tres páginas que se podrían desarrollar tranquilamente en 12. Sobre todo para que se aprecie bien el dibujo, que es excelente, en parte porque Rep entiende que un comic de superhéroes no se dibuja igual que Joven Argentino o Los Alfonsín. Tiene que haber otro despliegue, y eso se ve poco en estas páginas, solo en el cuadro con el que se inicia cada aventura. Pero, comprimidas y todo, las historias son entretenidas, originales y están generosamente adornadas con chistes muy efectivos. No todo el contenido de Sex Rep pasaría los filtros actuales, donde nos hemos vuelto más sensibles al tema de cómo se muestran en la ficción las relaciones sexuales y de pareja, los estereotipos y demás aspectos que en los ´80, en la vorágine de "ahora que se puede, démosle con todo a los chistes de sexo", no se cuidaban tanto. Pero bueno, hay que entender que es material de hace 35 años, y sobre todo que son CHISTES. No hay una intención documental, o testimonial, sino simplemente humorística. Y con eso en mente, este libro te regala un montón de buenos momentos. Y te deja alzado (o alzada) pidiendo más.
Me voy al 2000, cuando se forma la dupla integrada por el guionista belga Denis Lapiére y el dibujante catalán Rubén Pellejero, de la cual ya vimos dos obras posteriores a esta, en las reseñas de 27/01/12 y el 28/06/14. Pero me faltaba Un Poco de Humo Azul, la primera colaboración entre Lapiére y Pellejero, que me pareció muy, pero muy satisfactoria. Lo que más me gustó es algo que acá es secundario pero que los autores van a desarrollar mucho más en El Vals del Gulag. Se ve que a ellos también les pareció atractivo o emotivo esto del vínculo afectivo entre los prisioneros de un régimen opresivo y sus esposas o novias. En Un Poco de Humo... no está tan presente la veta testimonial, ni siquiera nos aclaran en qué país transcurre la historia (pareciera ser la República Checa, pero no lo puedo asegurar). Pero está muy presente todo lo otro: la fuerza y la emotividad de los vínculos. El contrapunto entre una mujer que no cree en el amor y otra que es capaz de cualquier cosa por la pasión que le despierta un hombre al que apenas conoce. Esos vínculos se van a desarrollar y a crecer a lo largo de la novela, donde también habrá un poco de acción, bajada de línea política, sexo, costumbrismo, romance y poesía. Y un misterio, no tan enfatizado, que se va a resolver con sorpresa al final. Lapiére orquesta la trama de manera muy clara, y la deja avanzar a un ritmo un tanto pachorro (porque sucede -probablemente a principios de los ´90- lejos de las grandes urbes de este país eslavo que se separó hace poco de la Unión Soviética), que resulta siempre natural y nunca aburrido ni estirado. Son casi 80 páginas que se disfrutan a pleno, en las que cada elemento del relato tiene su espacio y su forma muy armónica de encajar con los demás. Y el punto más alto de Un Poco de Humo... es -cómo no- el dibujo de Rubén Pellejero, otra vez más allá de toda exégesis. Con ese trazo engañosamente simple, esos contraluces impactantes, esas texturas, ese manejo sublime del color, esos fondos perfectos, esa expresividad en cuerpos y rostros, Pellejero logra que para la segunda o tercera página ya no te puedas imaginar a estos personajes y este entorno dibujados por otro autor, en otro estilo. Una bestia, un animal del comic que tiene un instinto asesino para narrar con imágenes y transmitir un abanico de sensaciones y emociones con el que la mayoría de sus colegas no pueden ni soñar. Yo conseguí la edición de Glénat, pero en años posteriores Un Poco de Humo de Azul se incorporó al catálogo de Astiberri. Sea en la edición que sea, nunca es tarde para descubrir y disfrutar esta gema del comic europeo. ¿Me gustó más que El Vals del Gulag? No, pero igual me pareció una belleza. Y hasta acá llegamos. Nos reencontramos pronto con nuevas reseñas, acá en el blog.

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