sábado, 15 de abril de 2023
HOY, TRES RESEÑAS
Cuando por fin encontré un rato para sentarme a escribir reseñas, son tres los libros ya leídos que se me acumularon.
En el año 2000, el diario barcelonés El Periódico publicó a lo largo de 44 días en pleno verano boreal una tira doble (el formato que hoy utiliza Gaturro en La Nación) llamada Paula, para la cual se volvieron a juntar el guionista Xavier Roca y el genial dibujante Alfonso López, que ya habían trabajado juntos en series como Alex Cunillera (Ático Tercera). Todo el material que realizó la dupla a lo largo de ese verano reapareció en un lujoso libro de tapa dura en 2005 y yo tuve la suerte de conseguirlo el año pasado.
Paula es una tira muy breve pero realmente brillante. Los autores hacen gala de un humor ácido, al hueso, que satiriza sin piedad a adolescentes (Paula tiene 18 años) y adultos, que anticipa los niveles zarpados de alienación que nos van a producir los celulares y los videojuegos, y que -sobre todo- juega con la precariedad laboral que aflige a los jóvenes españoles hace ya varias décadas. Trabajos espantosos donde los patrones te explotan sin piedad, te rajan sin indemnización cuando se les da la gana y tenés menos gratificaciones que juntando estiércol con la boca en un chiquero. Pero los pibes y pibas se quieren pagar el escabio, las salidas con chongos o los estudios, entonces van y laburan mil horas por chaucha y palito en pleno verano, en una Barcelona vital, dinámica, llena de opciones para divertirse (si las podés pagar, claro).
También hay un gran elenco de personajes secundarios, amigas, padres, un noviecito... pero el tema central es ese: ya no somos nenes, tenemos que generar un ingreso a como dé lugar y las opciones son estas, una más horrenda y frustrante que la otra. Y todas pagan igual de mal. Algunas tiras te invitan más a reflexionar que a cagarte de risa, pero el tono de comedia está muy bien logrado y Roca tiene la pericia suficiente para no jugarse todas las fichas al remate en la viñeta final: a lo largo de cada uno de los breves relatos hay varios chistes en los diálogos, que funcionan muy bien.
Y claro, lo que hace a Paula una lectura indispensable es el dibujo de Alfonso López, un autor al que banco a muerte y al que le compro cualquier cosa, porque lo considero uno de los más grandes historietistas que están vivos y trabajando en la actualidad. Ese pulso vital que exhibe la ciudad, ese tono de comedia, y muchos logros más que pueden apreciarse en estas 44 tiras llegan de la mano del trazo fluido, sintético y recontra-expresivo de López. Esas pinceladas sueltas, que cambian de grosor sobre la marcha y te hacen acordar todo el tiempo a Yves Chaland son apenas una de las características del inigualable dibujo de este genio. López tira unas perspectivas increíbles, unos personajes que actúan y se mueven con una gracia irrepetible y un tratamiento del color precioso (o dos, porque en las pocas entregas en las que el chiste consiste en una única viñeta, Alfonso ensaya una técnica mucho más pictórica, que le sale perfecto).
No sé si esto será fácil de conseguir hoy en día, pero yo lo encontré acá, en Buenos Aires, juntando polvo en el depósito de una distribuidora. Lo recomiendo muchísimo a los fans de la comedia costumbrista y la sátira social. Y sigo militando para que más gente se haga fan de Alfonso López, capo total.
Che, ¿puede ser que el Vol.7 de Saga sea el mejor de la serie? No sé, pero creo que hasta ahora fue el que más me gustó. Acá me encuentro con Brian K. Vaughan y Fiona Staples afiladísimos, recontra asentados cada uno en su estilo, y además con la sana intención de narrar una historia de seis episodios que, si bien es parte de una serie larguísima, funciona muy bien como arco autoconclusivo, y hasta se lo podés dar a alguien que jamás leyó Saga. Hay algún que otro sub-plot que viene de arrastre de tomos anteriores, pero el núcleo de la trama está perfectamente presentado, desarrollado y resuelto en estas páginas.
A lo largo de esta trepidante aventura llena de acción, tiros, espadazos, machaca y muertes tremendas de personajes a los que uno llegó a querer fuerte, Vaughan explora el tema de los refugiados políticos, de esa gente que tiene la mala suerte de vivir en un territorio que lleva décadas en medio de una guerra, y depende de la ayuda externa para sobrevivir. No hace falta irse "a long, long time ago, to a galaxy far away" para encontrar ejemplos, y Vaughan no oculta en ningún momento que está usando a estos bichos alienígenas para hablar de conflictos de los que sufren todos los días africanos, palestinos, haitianos, etc.. La crisis humanitaria generada por las guerras está en primer plano y Marko, Alana y su familia se ven interpelados por el dolor y las carencias de quienes la sufren en carne propia... mientras sigue el acoso por parte de los perseguidores que los quieren liquidar.
Con todo esto y con unos diálogos magníficos, se arma un Vol.7 apasionante, tenso como el tiempo suplementario de la final contra Francia, con golpes al corazón del lector, desarrollo para un montón de personajes (principales y secundarios) y un trabajo descollante de Staples en el dibujo y el color. Tengo un tomo más de Saga en la pila de los pendientes, que ojalá esté a este mismo nivel, porque la verdad que con este tomo la pasé bárbaro. Esto es ciencia ficción de la buena, con mucho huevo, mucho corazón, sexo, puteadas, bajada de línea siempre para el lado correcto y unos dibujos de la hiper-concha de Dios. Un lujo.
Y vamos con otra saga, La Saga de los Distintos, cuya tercera entrega se titula "Reptil en el Reino de las Aves" y cuenta básicamente eso. En su trabajo más reciente (editado a fines de 2022), el inmenso Chanti nos cuenta qué pasó con la víbora a la que la gran tormenta que sacudió a Animalia desplazó a una tierra desconocida, habitada por todo tipo de pájaros. La víbora será confundida con un gusano amarillo extra-large y -lo más importante- utilizada con fines políticos por un gobierno que se da cuenta de los beneficios de tener engañada a la población. -Pará, ¿no es un comic para chicos?. Sí, pero Chanti apuesta fuerte y crea una historia acerca del oscurantismo, el engaño y la manipulación de la verdad por parte de los poderosos para expandir su poder. Un relato de una profundidad asombrosa, ágil, conmovedor y potente como pocos.
El dibujo sintético, prolijito y amistoso de Chanti te puede descolocar y hacerte creer que vas a leer algo 100% humorístico, o pueril, o incluso pavote. Nada que ver. Reptil en el Reino de las Aves, además de ese dibujo exquisito y ese despliegue fascinante en la puesta en página y el armado de las secuencias, es una historieta para pensar, para abrirle la cabeza a los más chicos desde temprano. ¿Qué es la verdad? ¿La que nos baja quién? ¿Y a ese quién se la revela? ¿Y si en realidad es mentira? ¿Y si en realidad es todo una farsa para someter, excluir o discriminar a muchos en beneficio de unos pocos que quieren todo para ellos? Chanti se mete a fondo con eso: el choque entre especies tan distintas como la víbora y el cóndor es apenas una excusa para contar el choque entre relato y realidad, entre lo que los poderosos quieren que creamos y lo que efectivamente sucede.
El resultado es un álbum breve (50 páginas de historieta) pero intenso, emotivo y atrevido en el mejor sentido posible: el de enseñarle a los chicos a cuestionar el discurso hegemónico. Nunca había leído La Saga de los Distintos, pero ahora la quiero completar. Si todos los álbumes son así, habría que ponerlos como lectura obligatoria en todas las escuelas del país.
Y esto es todo por hoy. Nos reencontramos la semana que viene, con nuevas reseñas acá en el blog.
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